Además de las disposiciones esenciales dichas para la comunión se requiere que le preceda una diligente preparación y le siga la conveniente acción de gracias, según las fuerzas, condición o deberes de cada uno.
La preparación consiste en que por algún espacio de tiempo meditemos atenta y devotamente lo que vamos a recibir y nos ejercitemos en actos de fe, esperanza, caridad y contrición.
La acción de gracias que sigue a la comunión consiste en que por algún espacio de tiempo meditemos atenta y devotamente el don que hemos recibido y hagamos actos de fe, esperanza, caridad, de saludables propósitos, de agradecimiento y de súplica.
La comunión espiritual es un deseo vivísimo de recibir a Cristo. Puede practicarse muchas veces al día. Sus efectos son semejantes a los de la sacramental, pero de menos eficacia y variables según las disposiciones de cada uno. Hay que procurar el estado de gracia al menos con un acto de contrición.
Acerca de la comunión como Viático, téngase presente que su administración corresponde al Párroco; si el Párroco no puede hacerlo, puede administrarlo cualquier otro sacerdote. Para entonces y para cuando se lleve la comunión a los enfermos, debe prepararse en la pieza de estos una mesa cubierta con un mantel blanco y en el centro de ella conviene que haya un crucifijo. A ambos lados se colocaran palmatorias con velas de cera, a poder ser, y un vasito con agua. Habrá, además, un pañito blanco para colocarlo ante el pecho del comulgante. El altar preparado debe adornarse con flores. Si en la casa hay agua bendita, téngase un poco de ella en un vaso o copa, y a su lado una ramita o flor que sirva de hisopo.
Ejemplos bíblicos: Disposiciones para la comunión. Castigo del convidado que no llevaba el traje nupcial (S. Mateo XXII, 11-13). Recepción de Jesucristo en casa de Zaqueo (S. Lucas XIX, 6-10). Solicitud de Marta y de María en recibir a Jesucristo (S. Lucas X, 38-42).
Diversas clases de comunión. De los discípulos de Meaux (S. Lucas XXIV, 13-32).Comunión frecuente entre los primeros cristianos (Hechos II, 46; XX, 11). Comunión indigna; Judas, su traición y muerte (S. Mateo XXVI, 25-27; Hechos I, 16-20). Reconvención de S. Pablo a los corintios (I Cor. XI, 20-34).
(1939).
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