domingo, 30 de octubre de 2011

Fiesta de Cristo Rey.

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"Ecce homo": adoremos en este hombre de manos encadenadas al Señor omnipotente, Rey de cielos y tierra.
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Evangelio: Juan 18, 33-37
*
E
N aquel tiempo: Dijo Pilatos a Jesús:
¿Eres tú el Rey de los judíos?
Respondió Jesús: ¿Dices tú eso por
cuenta propia, te lo han dicho otros de
Mí? Replicó Pilatos: ¿Qué? ¿acaso soy
yo judío? Tu nación y los Pontífices te
han entregado a mí; ¿qué has hecho?
Respondió Jesús: Mi reino no es de
este mundo;
si de este mundo fuese mi
reino, mis vasallos me habrían
defendido para que no cayese
en manos de los
judíos; pero mi reino
no es de aquí. Replicóle Pilatos:
¿Con que tú eres rey?
Respondió Jesús: Tú lo dices: Yo soy
Rey. Yo para esto nací, y para esto
vine al mundo, para dar testimonio de la
verdad; todo aquel que pertenece a la
verdad escucha mi voz.
*

sábado, 29 de octubre de 2011

ORACIÓN A JESÚS CLAVADO EN LA CRUZ.

¿De qué trabajos puedo quejarme, oh Jesús dulcísimo, cuando os contemplo clavado en la cruz, desamparado de vuestro Padre celestial, padeciendo la más cruel sed y agonía por mi amor? ¿Cómo no esperaré cuando por todas esas llagas abiertas, como por otras tantas bocas o volcanes de amor, pedís misericordia y perdón? Sí; aliéntate, pecador; pronto está Dios a borrar culpas pasadas; alentaos también vosotras, Almas benditas del Purgatorio; ya se acerca la hora de vuestro rescate y de vuestra libertad. Mañana, con las comuniones que se os ofrecerán, será el dichoso día de vuestra redención. ¡Oh! haced que así sea, dulcísimo Jesús, moved el corazón de estos fieles para que no nieguen este sufragio a las Ánimas, apagad la sed ardentísima que esas Almas tienen de veros, de gozaros, de reinar con Vos y bendeciros por siglos infinitos. Amén. Diremos cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri para alcanzar esta gracia del Señor.

viernes, 28 de octubre de 2011

Una Voce Cuba.

Nuestra Organización tiene como principales fines :

Preservar y fomentar la Tradición Litúrgica y Doctrinal de la Santa Iglesia Católica, Apostólica y Romana, gobernada por SS. Benedicto XVI; Pontífice felizmente reinante, cuya expresión más excelsa y perfecta es la celebración del Santo Sacrificio de la Misa, según la Forma Extraordinaria del Rito Romano o de San Gregorio Magno, que data de los mismos orígenes del cristianismo, bien atestiguado en el Canon Romano y codificada a perpetuidad para todos los tiempos por San Pío V en el Año del Señor 1570; así como todos aquellos actos litúrgicos en los que se expresa la mencionada tradición, todo ello encaminado a asegurar que la liturgia latina de la Santa Iglesia se realice con la mayor dignidad, solemnidad y grandeza posible,

cual es debido a la Augusta y Sempiterna Trinidad, a los sacrosantos misterios que conmemora y corresponde al culto católico. Para que al participar, los fieles cristianos en la celebración de los misterios de nuestra fe, obtengan mayor aprovechamiento espiritual en beneficio de la salvación de sus almas, y todo ello finalmente redunde en la mayor gloria de Dios, honra de su Madre Santísima, la Bienaventurada y Siempre Virgen María, exaltación de la Santa Fe Católica y destrucción de todos sus enemigos.

Una Voce Cuba acepta el carácter vinculante del Concilio Vaticano II, y bajo el amparo de Ntra. Sra. de Fátima, promueve la Tradición Católica en comunión con el Supremo Pastor y los Obispos a él unidos, a partir de las letras apostólicas contenidas en el Mutuo Propio “Summorum Pontificum”. Su apostolado tiene como objetivo común que la gente crea en Cristo, sea bautizada y participe en las celebraciones litúrgicas, sobre todo en el sacrificio de la Misa.

Al congregar a los fieles católicos amantes de la Sagrada Tradición , de todo el país, se atiene con firmeza a todo lo que ha creído y practicado en la fe, las costumbres, el culto, la enseñanza del catecismo, la constitución del sacerdocio y la institución de la Iglesia, por la Iglesia de siempre y codificado en los diferentes libros publicados y aprobados por el magisterio infalible.

Deseamos vivamente y esperamos que la luz de la Tradición Católica disipe las tinieblas que en los últimos años vienen oscureciendo y amenazando con grave peligro el cielo de la Iglesia y del mundo.

Nos duele el catolicismo, la fe grande y universal. No defenderle y propagarle sería consentir a una muerte que rechazamos. Porque no hay nada mas hermoso, verdadero y necesario que el.

Así lo esperamos alcanzar con la ayuda del cielo, por medio de la intercesión de nuestros santos patrones y de todos aquellos hombres y mujeres que nos han precedido en esta obra y que ya han partido de este mundo, en unión de nuestros amigos, bienhechores y benefactores. Así sea.

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jueves, 27 de octubre de 2011

ORACIÓN A JESÚS TRATADO COMO LOCO Y PROPUESTO A BARRABÁS.

¿Qué decíais, oh Ángeles del cielo, cuando visteis a la Majestad y Sabiduría infinita tan vilmente despreciada en casa de Herodes y en el pretorio de Pilatos? ¿Cómo? ¡Vos, oh Jesús mío, vestido de ropa blanca y tenido por loco! ¡Vos, Rey de cielos y tierra, conducido así por las calles de Jerusalén, cargado de oprobios e ignominias! ¡Vos, el Hijo de Dios, pospuesto al más vil facineroso! Pero ¡ay de mí! ¡yo también os he tratado de necio, prefiriendo las locas máximas del mundo a vuestra ley sapientísima! ¡Yo también ingrato os he abandonado y pospuesto a un vil interés, a un sucio deleite, a un puntillo de honra por un miserable ¡qué dirán! ¡Ay!, merecía estar por siempre privado de vuestra presencia amabilísima; pero, ya que por mí sufristeis escarnios tan crueles, tened compasión de mí y de las pobres Ánimas del Purgatorio. Sí, Jesús mío; por esas vuestras ignominias curad mi loca vanidad y soberbia; por aquel grito tremendo que oísteis en casa del juez, gritando todos a una voz: Crucificadle, crucificadle, haced que yo crucifique mis pasiones, para que, junto con las Ánimas del Purgatorio, logre un día alabaros eternamente en la gloria. Amén. Para más obligaros, os saludamos con cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri.

miércoles, 26 de octubre de 2011

Ante el Altar.

Señor, ¿me reconoces? Soy el viejo habitante
del valle de las sombras que hoy se vuelve a la luz.
Me he propuesto seguirte de ahora en adelante,
pienso unirme a Tu vida como el clavo a la cruz.

Vengo a rozar la orla de Tu túnica blanca
con mis manos culpables de pecado y de ausencia.
Por tu misericordia, renuévame y arranca
la cizaña que encuentres prendida a mi conciencia.

Señor, ¿me reconoces? Debajo de esta costra
de polvo y de cenizas, hoy se rebela un muerto
que, hastiado ya de huesos y gusanos, se postra
como Tú te postraste de noche en aquel huerto.

Te encomiendo mi vida. Te entrego mi pasado.
Dispón de mi presente para que en el futuro
llegue a la puerta estrecha humilde y consagrado,
no apóstata y rebelde, no réprobo y oscuro.

Sé que me reconoces. Puedes verme por dentro.
Tú penetras las almas cual la luz al cristal.
Por fin todas mis cosas giran en torno al centro.
Por fin hallo el descanso. Por fin vuelvo a ser sal.

Jorge Antonio Doré

martes, 25 de octubre de 2011

Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney


"El sacerdote solo será entendido en el Cielo".
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"Consideradlo, hijos míos: el tesoro del hombre cristiano no está en la tierra, sino en el Cielo. Por esto, nuestro pensamiento debe estar siempre orientado hacia allí donde está nuestro tesoro".
La Administración Apostólica San Juan María Vianney fue establecida el 18 de enero de 2002 por el Papa Juan Pablo II. Fue erigida como iglesia particular para la atención espiritual de los fieles vinculados a la Forma Extraordinaria del Rito Romano, pertenecientes a la Diócesis de Campos (Brasil). La Administración está gobernada por un obispo, Msr Fernando Areas Rifan, con el que colaboran más de cuarenta sacerdotes, y cuenta con más de quince parroquias, numerosas capillas, escuelas católicas, obras de caridad, etc. También cuenta con un floreciente seminario, y la colaboración de varios Institutos Religiosos surgidos en la Administración.
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lunes, 24 de octubre de 2011

San Rafael, arcángel.

Patrono de los médicos; farmacéuticos; enfermeros; personas ciegas y con problemas visuales; personas con problemas mentales; enfermos; jóvenes; amor; parejas; viajeros; pastores. Protector contra las enfermedades, en especial de la vista; problemas mentales; pesadillas.

SAN RAFAEL, Arcángel

Porque yo soy el Ángel Rafael,
uno de los siete que asistimos ante el Señor.
(Tobías 7, 15)

San Rafael es uno de los siete espíritus que están siempre delante de Dios, y le ofrecen el incienso de su oración y de la de los hombres.“Cuando tú orabas –dijo San Rafael a Tobías– con lágrimas, y enterrabas los muertos, y te levantabas de la mesa a media comida, y escondías de día los muertos en tu casa, y los enterrabas de noche, yo presentaba tu oración al Señor. Y por lo mismo que eras acepto a Dios, fue preciso que la tentación te probase”.

Tobías quedóse ciego; pero “la pérdida de la vista –dice San Agustín–, fue ocasión de que el venerable anciano recibiese la visita de un médico celestial”. San Rafael, cuyo nombre significa “Medicina de Dios”, fue enviado por Dios, como el ángel agitador del agua de la piscina probática, para curar a Tobías. Indicó al joven Tobías el remedio a propósito para devolver la vista a su padre, le buscó una esposa y ahuyentó al demonio.

“Alabemos con muestras de veneración a todos los príncipes de la corte celestial, y en especial al Arcángel Rafael, médico y compañero fiel, vencedor del demonio. ¡Oh, Cristo, Rey bondadosísimo! Haz que, con tal guarda, el enemigo no nos cause daño alguno”.

“Que el Arcángel Rafael, médico de nuestra salvación, nos asista desde el cielo, a fin de que sane nuestras dolencias, y guíe nuestros pasos vacilantes a la verdadera vida”.

ORACIÓN A SAN RAFAEL ARCÁNGEL

Gloriosísimo príncipe San Rafael, antorcha dulcísima de los palacios eternos, caudillo de los ejércitos del Todopoderoso, emisario de la Divinidad, órgano de sus providencias, ejecutor de sus ordenes, secretario de sus arcanos, recurso universal de todos los hijos de Adán, amigo de tus devotos, compañero de los caminantes, maestro de la virtud, protector de la castidad, socorro de los afligidos, médico de los enfermos, auxilio de los perseguidos, azote de los demonios, tesoro riquísimo de los caudales de Dios. Tú eres Ángel Santo, uno de aquellos siete nobilísimos espíritus que rodean al Trono del Altísimo.

Confiados en el grande amor que has manifestado a los hombres, te suplicamos humildes nos defiendas de las asechanzas y tentaciones del demonio en todos los pasos y estaciones de nuestra vida, que alejes de nosotros los peligros del alma y del cuerpo poniendo freno a nuestras pasiones delincuentes y a los enemigos que nos tiranizan, que derribes en todas partes, y principalmente en el mundo católico, el cruel monstruo de las herejías y la incredulidad que intenta devorarnos.

Te pedimos también, con todo el fervor de nuestro espíritu, hagas se dilate y extienda más el Santo Evangelio, con la práctica de la moral. Que asistas al Romano Pontífice y a los demás pastores, y concedas unidad en la verdad a las autoridades y magistrados cristianos.

Por último te suplicamos nos alcances del Trono de Dios, a Quien tan inmediato asistes, el inestimable don de la gracia, para que por medio de ella seamos un día vuestros perpetuos compañeros en la gloria. Amén.

ORACIÓN

Oh Dios, que diste a tu siervo Tobías al santo Arcángel Rafael por compañero en el camino, concede a tus siervos que seamos siempre protegidos por el cuidado del mismo, y esforzados con su auxilio. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
24 de octubre

domingo, 23 de octubre de 2011

XIX Domingo después de Pentecostés.

Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthæum:
℟. Gloria tibi, Dómine.
Evangelio: Mateo 22, 1-14
*

En aquel tiempo: Hablaba Jesús a los príncipes de los Sacerdotes y a los Fariseos en parábolas, diciendo:
En el reino de los cielos acontece lo que a cierto rey, que celebró las bodas de su hijo. Y envió sus siervos a llamar a los convidados a las bodas, mas no quisieron acudir. Envió de nuevo otros criados, diciendo: Decid a los convidados: "Mirad que ya he preparado mi banquete, mis toros y los animales cebados están ya muertos, todo está a punto; venid a las bodas". Mas ellos lo despreciaron, y se fueron el uno a su granja y el otro a sus negocios, y los demás se apoderaron de los siervos, y después de haberles ultrajado, los mataron. Enterado de ello el rey, se irritó, y enviando sus ejércitos, acabó con aquellos homicidas, y puso fuego a la ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas están preparadas, mas los antes convidados no han sido dignos; id pues, a las salidas de los caminos, y a cuantos hallareis, convidadles a las bodas. Habiendo salido sus siervos a los caminos, reunieron cuantos hallaron, malos y buenos; y se llenaron las salas de convidados. Entró el rey para ver a los comensales y vio allí un hombre que no estaba con el traje nupcial. Y le
dijo: Amigo, ¿cómo has entrado aquí, no teniendo vestido de bodas? Mas él enmudeció. Entonces el rey dijo a sus ministros: Atadlo de pies y de manos, arrojadlo fuera a las tinieblas; allí será el llorar y rechinar de dientes. Porque muchos son los llamados y pocos los escogidos.
*
℟. Laus tibi, Christe.
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sábado, 22 de octubre de 2011

INITIUM S. EVANGELII secumdum Joannem.

V. Dóminus vobíscum.
R. Et cum spíritu tuo.
V. Initium sancti Evangélii secúndum Joánnem.
R. Glória tibi Dómine.

I n princípio erat Verbum, et Verbum erat apud
Deum, et Deus erat Verbum. Hoc erat in
princípio apud Deum. Omnia per ipsum facta
sunt: et sine ipso factum est nihil, quod factum est: in
ipso vita erat, et vita erat lux hóminum: et lux in
ténebris lucet, et ténebræ eam non comprehendérunt.
Fuit homo missus a Deo, cui nomen erat Joánnes. Hic
venit in testimónium,
ut testimónium perhibéret de lúmine, ut omnes
créderent per illum. Non erat ille lux, sed ut
testimónium perhibéret de lúmine. Erat lux vera, quæ
illúminat omnem hóminem veniéntem in hunc
mundum. In mundo erat, et mundus per ipsum factus
est, et mundus eum non cognóvit. In própria venit, et
sui eum non recepérunt. Quotquot autem recepérunt
eum, dedit eis potestáte fílmios Dei fíeri, his, qui
credunt in nómine ejus: qui non ex sanguínibus, neque
ex voluntáte carnis, neque ex voluntáte viri, sed ex Deo
nati sunt. ET VERBUM CARO FACTUM EST, et
habitávit in nobis: et vídimus glóriam ejus, glóriam
quasi Unigéniti a Patre, plenum grátiæ et veritatis.
R. Deo grátias.

viernes, 21 de octubre de 2011

Participación en la Misa.


El Papa Pío XII señala tres medios principales, que podríamos llamar clásicos, de participación activa en el Sacrificio de la Misa: 1º, el uso del Misal, con el cual los fieles siguen al celebrante rezando sus mismas oraciones y abundando en los mismos sentimientos; 2°, el canto de la Misa solemne, "la cual goza de una particular dignidad por la majestad de sus ritos y el aparato de sus ceremonias, y reviste el máximum de esplendor cuando asiste a ella, como la Iglesia lo desea, un pueblo numeroso y devoto"; y 3°, la práctica legítima de la "Misa dialogada", sea en su forma normal respondiendo todos ordenadamente a las palabras del celebrante, sea combinando ambas cosas, rezo y canto.
Todos estos modos de participar activamente en la Misa son dignos de loa y de recomendación, cuando se acomodan estrictamente a las prescripciones de la Iglesia y a las normas de los sagrados ritos y se encaminan a unir y no a separar a los fieles con Cristo y su ministro visible, que es el sacerdote.
Es un error, tratándose de la participación de los fieles en la Liturgia, hacer tanto caso de las circunstancias externas de la misma que se crea que si se descuidan, la acción sagrada no puede alcanzar su propio fin. En realidad, lo que importa sobre todo es que los asistentes a la Misa se unan del modo más íntimo posible con el Divino Redentor, que crezca cada día en ellos su grado de santidad y se aumente la gloria del Padre Celestial. R.P. Andrés Azcárate. "La flor de la liturgia".

jueves, 20 de octubre de 2011

SAN JUAN DE KENTI.

SAN JUAN DE KENTI,
Confesor
n. 23 de junio de 1390 en Kenti, Polonia;
† 24 de diciembre de 1473 en Cracovia, Polonia

SAN JUAN DE KENTI, Confesor

Mis amados, os conjuro a que os abstengáis
como extranjeros y peregrinos,
de los deseos carnales que combaten contra el alma.
(1 Pedro 2, 11)

Llevaba este santo la caridad hasta el extremo de despojarse de sus propias vestiduras para cubrir a los indigentes. Viajó cuatro veces a Roma para visitar las tumbas de los santos Apóstoles y dar testimonio de su adhesión a la Santa Sede. En una de estas peregrinaciones, topó con unos ladrones que, después de haberle tomado su dinero, le preguntaron si no tenía nada más. Respondió él que no; pero, recordando enseguida que tenía algunas monedas de oro cosidas en su manto, llamó a los malhechores y se las entregó. Impresionados éstos por su candor y su generosidad, le devolvieron lo que le habían tomado. Habitualmente llevaba cilicio, dormía y comía lo menos posible. Murió a la edad de 77 años, en 1473. Su memoria es objeto de gran veneración en Polonia y Lituania.

MEDITACIÓN
NUESTRA VIDA
ES UNA PEREGRINACIÓN

I. El cielo es nuestra patria, la tierra es el lugar de nuestra peregrinación o, más bien, de nuestro exilio. No hacemos más que pasar por este mundo, como un viajero pasa por la hostería; después de nuestra muerte ya no se piensa en nosotros. ¿Por qué, pues, amamos tanto este destierro? ¿Por qué tenemos tan poco amor por nuestra patria? Piensa a menudo en el cielo en donde Dios, que es tu Padre, te espera. Todos los días prepárate para la muerte en la cual desemboca el camino de esta vida.

II. Un viajero no se recarga de cosas inútiles, no edifica casa en los lugares por donde pasa, no se afana por aparecer con magnificencia en ellos. Estas riquezas, estos honores, te estorban y retrasan tu marcha. ¿Por qué tomar como estables los bienes de la tierra? En el cielo es donde debes edificar una morada y acumular tesoros, porque allí es donde debes habitar eternamente. El hombre es tanto más feliz en esta vida, cuanto más sabe aligerarse mediante la pobreza y no suspira tras el peso de las riquezas (Minucio Félix).

III. Los lugares más agradables no retienen al viajero: atráele su patria con tantos encantos que todo el resto le fastidia. ¿Por qué te detienes tú en los placeres de esta vida? Piensa en los del cielo. Si Dios te envía aflicciones, es para que el mundo no te seduzca con sus atractivos.Sírvete del mundo, pero no te dejes encadenar por él. La vida es una hostería; no has entrado en ella sino para salir (San Agustín).

El desapego a las riquezas.
Orad por los peregrinos.

ORACIÓN

Haced, os lo suplicamos Señor, que avanzando a ejemplo de San Juan, en la ciencia de los santos, y dando testimonio como él de una gran misericordia para con el prójimo, obtengamos, por sus méritos, hallar gracia ante Vos.
Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
20 de octubre

miércoles, 19 de octubre de 2011

El Sagrario.


La presencia permanente de Jesús en nuestras Iglesias tiene como lugar central el Sagrario, llamado también Tabernáculo; y cuando decimos central pensamos en él como el axis mundi, es decir, el lugar hacia el cual centramos nuestras miradas cada vez que entramos a visitarlo y, más aún cuando participamos en la celebración de la Sancta Missa.

Hacia el Sagrario miran tanto el celebrante como los fieles, ad orientem, hacia el Sol sin ocaso, Luz Verdadera que ilumina al mundo con rayos fulgurantes porque es el Verbo de Dios, de quien obtenemos todas las gracias.

En el Sagrario se reserva el Santísimo Sacramento del Altar para la adoración de los fieles; de allí la importancia que tiene como lugar central, y no relegado en un rincón como ocurre en tantas iglesias construidas por arquitectos imbuidos por una mentalidad modernizante, y menos que ocupe esa centralidad la silla del celebrante transformándola en una clericolatría, como lo ha recordado Monseñor Nicola Bux.

En nuestras Iglesias el Sagrario donde esta el Santísimo Sacramento debe estar encendida una lámpara que nos indica que allí está el Señor.

Adoro te, devote, latens déitas

quae sub his figuris vere látitas.

Tibi se cor deum tutum súbiicit,

quia te contémplans totum déficit.

martes, 18 de octubre de 2011

Reflexión del Domingo XVIII después de Pentecostés.

“Me he alegrado en lo que me han dicho: Iremos a la casa del Señor”
-Salmo 121-
Estos versos del Salmo 21 forman parte del Introito y del Gradual de la misa de este domingo. A través de ellos llegan hasta nosotros los ecos de la alegría que invade a la Iglesia por el misterio de la obra redentora llevada a cabo por Nuestro Señor Jesucristo.
La alegría de la Iglesia, Cuerpo Místico de Cristo, es la alegría de todos sus miembros.
La alegría de la Iglesia es la alegría de cuantos estamos aquí, convocados y reunidos en torno al altar de Dios, participando activamente en los sagrados misterios, “renovando la bendita Pasión de nuestro Señor Jesucristo, de su Resurrección del sepulcro, como también de su gloriosa Ascensión a los cielos”.
¿Cómo no vamos a alegrarnos cuando somos llamados e invitados a la casa del señor, si es Dios mismo quien nos invita como a hijos muy amados para dispensarnos los dulces frutos de su misericordia?
Es cierto que la llamada del Señor nos invita a acudir alegres y fervorosos al templo que es casa de Dios y casa de los hijos de Dios. Pero, hemos de pensar que sobre todo la casa de Dios es su Santa Iglesia que Él mismo ha fundado y establecido en el mundo como instrumento de salvación para todo el género humano.
Nuestra alegría es así mucho más profunda, al descubrirnos hijos de Dios y miembros de la Iglesia, que por pura gracia es nuestra casa, nuestro hogar espiritual, familia de los hijos de Dios redimidos por la Sangre Preciosa de su Hijo Jesucristo.
El gozo verdadero del cristiano brota de la conciencia clara de su filiación divina, de su confianza plena en la misericordia de Dios, cuya Providencia dirige suavemente nuestras vidas. Es gracias a esta conciencia que podemos distinguir entre los goces efímeros y pasajeros que no sacian nuestro corazón, y esa otra alegría que es interior, que nace en lo profundo del alma y que es duradera porque su origen está en Dios.
El Señor da la paz y la alegría a cuantos confían en Él. Por eso, cuanto mayor sea nuestra confianza en Dios y en su misericordia, mayor será también nuestra alegría y la paz de nuestro corazón.
Abundando, aún más en esta idea del salmo 121, diremos que la casa de Dios en medio del mundo es su propio Hijo nuestro Señor Jesucristo. A eso mismo se refería el Señor cuando el santo evangelio nos refiere sus palabras en las que Él hablaba del templo de su cuerpo.Nuestro Señor Jesucristo es el templo santo de Dios en medio del mundo, porque en Él “habita la plenitud de la divinidad”, y quien ha visto a Cristo “ha visto al Padre”.
El Corazón amable de nuestro Salvador y Redentor, que es un horno encendido de caridad, es verdaderamente “casa de Dios” y “refugio seguro” para todos nosotros pobres pecadores.
Efectivamente, en el Sacratísimo Corazón de Jesús, encontramos las fuentes del perdón y de la gracia, las fuentes vivas de la misericordia y el remanso de paz que nuestros pobres corazones buscan y anhelan ansiosamente.
El santo evangelio de este domingo nos presenta el relato del paralítico que algunos le presentaron a Jesús en la ciudad de Cafarnaúm. Y el Señor, que todo lo conoce, vio la fe de aquella gente, e invitando al paralítico a que tuviese confianza le perdonó sus pecados.
¡Cuánto le agrada al Señor que acudamos a Él!
Acudir a Jesús por medio de la oración, acudir a Jesús por medio de los sacramentos, especialmente el sacramento del perdón, que por ello mismo es el sacramento de la alegría. Acudir a su presencia para manifestarle humildemente nuestras necesidades físicas, morales o espirituales. Todo esto es siempre una manifestación de fe en Jesucristo. Y el Señor nunca deja sin premio ni sin respuesta la fe de cuantos acuden a Él.
Esto nos ha de animar y mover a acercarnos con toda la frecuencia posible al Señor. Hemos de convencernos cada vez más de lo valiosa que es la fe a los ojos de Dios.
Así también, la fe debería ser para nosotros el mayor tesoro, nuestra mayor riqueza, nuestra arma más poderosa.
La fe es la llave que abre el Corazón misericordioso de Dios.
La santa fe es el imán que atrae sobre nosotros todas las gracias divinas y el torrente de sus misericordias.
Es únicamente por la fe que se produce el milagro maravilloso del perdón y de la reconciliación con el Señor.
Sintamos como dirigida a cada uno de nosotros particularmente la misma invitación que hizo el Señor al paralítico de Cafarnaúm: “¡Confía, hijo!”.
Pidamos a la Virgen Santísima que aumente en nosotros la confianza en su Hijo. Que Ella nos obtenga la gracia de una fe más pura y más firme.
Que María, Madre de misericordia, sostenga nuestra oración confiada: ¡Señor, yo creo, pero aumenta mi fe!
P. Manuel María de Jesús

lunes, 17 de octubre de 2011

SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE, Virgen

n. 22 de julio de 1647 en Lautecourt (Borgoña), Francia;
† 17 de octubre de 1690

Patrona de los devotos del Sagrado Corazón de Jesús; enfermos de polio; quienes han sufrido la pérdida de sus padres.
Protectora contra la polio.

SANTA MARGARITA MARÍA ALACOQUE, Virgen

Vosotros lloraréis y gemiréis, y el mundo se regocijará;
os contristaréis, pero vuestra tristeza se convertirá en gozo.
(Juan 16, 20)

Santa Margarita María Alacoque, rehusando un ofrecimiento de matrimonio, entró a la edad de 24 años en el convento de las Visitandinas de Paray-le-Monial, donde dio los más hermosos ejemplos de paciencia y humildad. Recibió, el 27 de diciembre de 1673, la primera de sus grandes visiones del Sagrado Corazón, que terminaron en 1675. Su vida, en adelante, estuvo consagrada al establecimiento de esta devoción y, en particular, al de la fiesta del Sagrado Corazón. Murió en 1690.

MEDITACIÓN
SOBRE LA PASIÓN DE JESUCRISTO

I. Contempla a Jesús clavado en la cruz; mira cuánto sufre en todo su cuerpo. Su sagrada cabeza está coronada de espinas, su rostro magullado, sus manos y sus pies taladrados; todo su cuerpo, en fin, está cubierto de llagas y es presa de los dolores más crueles. ¡He ahí el estado en que se encuentra Jesús, mi Cabeza, mi Rey y mi modelo! Es menester que me asemeje a Él; en esto consiste mi perfección y mi dicha. ¡Ay! vivo en medio de placeres mientras Jesús es colmado de oprobios y sufrimientos. No conviene que los miembros sean afeminados cuando la cabeza está coronada de espinas (San Bernardo).

II. El Corazón de Jesús estaba sumergido en amargura y dolores tanto como su cuerpo. Él preveía que sus sufrimientos serían inútiles para la mayor parte de los hombres. Tenía piedad del enceguecimiento de los judíos. Estaba afligido más de lo que se puede imaginar, por la tristeza, los suspiros y las lágrimas de su Madre, al pie de la cruz con el discípulo amado. ¡Oh espectáculo doloroso! ¿Puedo yo contemplar a Jesús y a María en este estado sin derramar lágrimas, sin compadecer los dolores del Hijo y la aflicción de la Madre?

III. Para librarme del infierno, Jesús soportó esta muerte tan ignominiosa y tan cruel. Estaba yo perdido sin remedio si no hubiera muerto Él por mí. ¡Nada había hecho para merecer este favor; y aun ahora ni siquiera pienso en él! No sólo no doy mi sangre por este Dios que murió por mí, sino que le rehúso una lágrima, un suspiro; ¡añado nuevos pecados a mis faltas antiguas! Reconoce cuán grave es la herida del pecado, puesto que fueron menester, para curarlo, las heridas de Jesucristo (San Bernardo).

Meditación sobre la pasión.
Orad por la conversión de los cismáticos.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, que habéis revelado de admirable modo a la bienaventurada Virgen Margarita las inagotables riquezas de vuestro Corazón, concedednos por sus méritos que como ella os amemos en todas las cosas y por sobre todo, y que siempre tengamos nuestra morada en vuestro corazón. Vos que vivís y reináis por los siglos de los siglos.

Martirologio Romano (1956)
17 de octubre

sábado, 15 de octubre de 2011

Video de la Misa Solemne.

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Video que puede servir como Instructivo para aprender las partes de la Misa Tridentina Solemne.

viernes, 14 de octubre de 2011

Las Cruces de la Santa Misa.


Para avivar nuestra devoción y recordarnos que el Sacrificio de la Misa es el mismo que por nosotros ofreció Jesús en el Calvario.
*
Desde el principio hasta el Evangelio hace cinco cruces. Parte superior de la Cruz.
Desde el Evangelio al Ofertorio hace otras cinco. Parte izquierda del travesaño.
Del Ofertorio al Sanctus, otras cinco. Parte derecha del travesaño.
Del Sanctus a la Consagración, inclusive, hace diez cruces. Parte inferior de la Cruz.
De la Consagración a la Comunión, hace el Sacerdote veintidós cruces.
De la Comunión hasta el fin, hace cinco. Son las que se señalan en la parte inferior.
Las Misas sin Gloria ni Credo tienen dos cruces menos. Las de Requiem cuatro menos.
Las Misas solemnes tienen en conjunto doce cruces más.
Las cruces de la Misa rezada con Gloria y Credo son cincuenta y dos, como el número de domingos que suele tener el año.
Tengamos viva fe en el Sacrificio de la Cruz, que se renueva de una manera mística, pero real, en el santo Sacrificio de la Misa.

jueves, 13 de octubre de 2011

Un compendio de la Historia Sagrada (XVII).

Lección XVII

De la vocación de los Apóstoles.

Luego que Jesús fue bautizado, el Espíritu Santo le llevó al desierto, en donde ayunó cuarenta días y permitió ser tentado por el diablo de diversos modos. Volvió a Galilea, y vivió cerca del lago Genezaret. Allí llamó a cuatro pescadores para que le siguiesen; a Andrés y Simón, su hermano, y a otros dos hermanos, Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. Después llamó a otros, y particularmente a un publicano o recaudador de los tributos, llamado Mateo. Estos lo dejaron todo para seguirle al punto que los llamó; Jesús tuvo bien pronto gran número de discípulos, esto es, hombres dedicados a oírle y a instruirse cuidadosamente en su doctrina. De ellos escogió doce, que llamó Apóstoles, esto es, enviados, porque los envió a predicar su doctrina. El primero fue Simón Pedro; después Andrés, su hermano; Santiago y Juan, hijos de Zebedeo; Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo; su hermano Judas o Tadeo, Simón el Cananeo, y Judas Iscariote, que vendió a Jesús. Dio a Simón el sobrenombre de Pedro, diciéndole: “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y te daré las llaves del reino de los cielos”.

P. ¿A dónde fue Jesús después de su bautismo?

R. Al desierto.

P. ¿Qué hizo allí?

R. Ayunó cuarenta días.

P. ¿Y qué permitió?

R. Ser tentado por el demonio.

P. ¿Y cómo llamó a sus discípulos?

R. Díjoles que le siguiesen, y al punto lo dejaron todo.

P. ¿Qué quiere decir discípulos?

R. Personas que escuchan a un maestro y se aplican a aprender su doctrina.

P. ¿Qué quiere decir Apóstoles?

R. Enviados.

P. ¿Cuántos escogió Jesús?

R. Doce.

P. Decid sus nombres.

R. San Pedro y San Andrés, su hermano; Santiago y San Juan, hijos de Zebedeo; San Felipe. San Bartolomé y San Mateo, Santo Tomás, Santiago y San Judas, hijo de Alfeo; San Simón y Judas Iscariote, el traidor.

P. ¿Por qué se nombra a San Pedro el primero de los Apóstoles?

R. Porque Jesús le dijo que sería la piedra fundamental de su Iglesia.

P. ¿Qué más le dijo?

R. Que le daría las llaves del reino de los cielos.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Un compendio de la Historia Sagrada (XVI).

Lección XVI

De San Juan Bautista.

Treinta años después del nacimiento de Jesús apareció un gran Profeta, que era Juan, hijo de Zacarías, sacerdote, y de Isabel, prima de la Virgen María. Este vivía en el desierto, aun con mayor austeridad que los antiguos Profetas, y exhortaba a todos a que hiciesen penitencia, porque decía que el reino de los cielos se acercaba. Bautizaba en el Jordán a los que se aprovechaban de su predicación, esto es, les hacía bañar y lavarse para la remisión de sus pecados, así como los judíos estaban acostumbrados a lavarse para purificarse según la ley, de donde le vino el nombre de Bautista. Los judíos querían reconocerle por el Mesías, pero él les declaró que no lo era, sino su precursor, esto es, un hombre enviado delante de El para prepararle el camino, según las antiguas profecías. Jesús vino como los demás para hacerse bautizar por San Juan, y de este modo santificó las aguas, dándoles la virtud de borrar los pecados en el sacramento del Bautismo. San Juan afirmó que había visto al Espíritu Santo bajar en figura de paloma, y dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo. La ley ha sido dada por Moisés; la gracia y la verdad han venido por Jesucristo”.

P. ¿De quién era hijo San Juan Bautista?

R. De San Zacarías y de Santa Isabel, prima de la Virgen Santísima.

P. ¿En dónde pasó su vida?

R. En el desierto, haciendo una vida austerísima.

P. Los Profetas, ¿habían hablado de él anteriormente?

R. Le habían señalado como precursor del Mesías.

P. ¿Qué quiere decir precursor?

R. El que va delante de otro.

P. ¿Qué predicaba San Juan?

R. Exhortaba a hacer penitencia?

P. ¿Qué hacía con los que se convertían?

R. Los bautizaba.

P. ¿Cómo los bautizaba?

R. Haciéndoles bañar en el Jordán.

P. ¿Y bautizó también a Jesucristo?

R. Sí, porque Jesucristo quiso ser bautizado para santificar el agua del bautismo.

P. ¿Qué sucedió en su bautismo?

R. Que el Espíritu Santo descendió sobre El visiblemente en figura de paloma.

P. ¿Qué testimonio dio San Juan de Jesucristo?

R. Que era el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo.

martes, 11 de octubre de 2011

Un compendio de la Historia Sagrada (XV).

Lección XV

Del nacimiento de Jesucristo.

Reinando Herodes en Judea, y siendo Cesar Augusto emperador de Roma, había en Nazareth, pequeña ciudad de Galilea, en la Tierra Santa, una doncella virtuosísima, llamada María, la cual había resuelto mantenerse virgen, aunque había sido desposada con un hombre justo de su misma familia, llamado José; es decir, de la tribu de Judá y de la Casa de David. El ángel San Gabriel fue enviado por Dios a María para anunciarle que sería Madre de Cristo; en lo que ella consintió luego que le aseguró el ángel que permanecería virgen, y que sería Madre por obra del Espíritu Santo. Entonces el Hijo de Dios, el Verbo, que estaba en Dios desde la eternidad, y que era Dios como su padre, se hizo carne, esto es, se hizo hombre como nosotros, tomando verdaderamente un cuerpo y un alma en las entrañas de la Virgen Santísima. José y María se vieron obligados a ir a Belén, ciudad de la Judea, y a hospedarse en un establo, y en él nació este santo Niño, que fue circuncidado a los ocho días, y llamado JESÚS, que quiere decir SALVADOR. Algún tiempo después, los Magos, esto es, unos hombres doctos, vinieron de Oriente a adorarle, y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Como decían que venían a adorar al rey de los judíos, Herodes se alarmó y mandó matar a todos los niños de las cercanías de Belén. Pero San José llevó a Jesús a Egipto con su madre, y allí vivieron hasta la muerte de Herodes; y después volvieron a Nazareth, en donde vivió Jesús desconocido hasta la edad de treinta años, poco más o menos, sujeto a su Madre y a San José, que era reputado por su padre, y trabajando con él en su oficio de carpintero.

P. Quién fue la Madre de Nuestro Señor Jesucristo?

R. La Santísima Virgen María.

P. ¿De qué tribu era?

R. De la de Judá.

P. ¿De qué familia?

R. De la de David.

P. ¿Quién fue su marido?

R. San José, de su misma familia.
P. ¿Quién le anunció que sería Madre de Cristo?

R. El ángel San Gabriel que Dios le envió para este fin.

P. ¿Cómo consintió en ello?

R. Después que el ángel le aseguró que permanecería virgen.

P. Y entonces, ¿qué sucedió en ella?

R. Que el Verbo se hizo carne.

P. ¿A quién llamáis Verbo?

R. Al Hijo de Dios.

P. ¿Qué significa hacerse carne?

R. Hacerse hombre como nosotros.

P. ¿En dónde nació Nuestro Señor?

R. En Belén, en un establo.

P. ¿Qué significa el nombre de Jesús?

R. Significa Salvador.

P. ¿Quiénes fueron los primeros gentiles que le adoraron?

R. Los Magos que vinieron de Oriente.

P. ¿Qué hizo Herodes entonces?

R. Mandó matar a todos los niños de las cercanías de Belén.

P. ¿Cómo se salvó Jesús?

R. Llevándosele San José a Egipto.

P. ¿De qué modo pasó la mayor parte de su vida?

R. Viviendo sujeto a la Virgen su Madre y a San José.

P. San José, ¿era su padre?

R. No, pero era reputado como tal.

P. ¿Qué oficio tenía?

R. El de carpintero.


lunes, 10 de octubre de 2011

Actualización de la Galería de Fotos.




Este domingo recién pasado, correspondiente al XVII después de Pentecostés, la Iglesia a recibido como hija a María Trinidad Leonor del Inmaculado y Doloroso Corazón de María, el bautizo fue realizado por el Diácono Eddie Morales Piña usando los libros litúrgicos tradicionales. La ceremonia se efectuó previo a la Santa Misa que celebró nuestro Capellán Msr. Jaime Astorga Paulsen. Las fotos se pueden ver linkeando en los títulos:

sábado, 8 de octubre de 2011

Un compendio de la Historia Sagrada (XVI).

Lección XIV.

De los judíos espirituales y de los judíos carnales.

Herodes, uno de los hombres más malos que hubo jamás, usurpó el reino de Judea, con el favor de los emperadores romanos. En su tiempo, los judíos veían muy bien que el Mesías estaba para venir, según todas las profecías; pero había judíos espirituales y judíos carnales. Los judíos carnales no tenían más objeto que las cosas sensibles, y no servían a Dios sino para alcanzar los bienes de la tierra, abundancia de trigo y de vino, grandes rebaños y tesoros de oro y plata, para vivir regaladamente con sus mujeres e hijos. No acataban a Dios sino por medio de la pobreza, de las enfermedades y de la muerte. Los judíos espirituales y los verdaderos israelitas servían a Dios por afecto, le honraban y amaban por su poder y bondad infinita. Mirábanse como peregrinos sobre la tierra, y esperaban otra vida después de esta. Unos y oros aguardaban el reino del Mesías, aunque de diferente modo. Los judíos carnales tomaban al pie de la letra todo lo que los Profetas habían dicho figuradamente; y así pensaban que había de reinar sobre la tierra, que sería un guerrero más grande que David y más rico que Salomón, y los judíos en su reinado vivirían en la gloria y las delicias, mandando a todas las demás naciones. Los judíos espirituales estaban persuadidos de que había bienes mayores que esperar que los que se pueden gozar en la tierra; por lo cual no esperaban ser dichosos sino después de la resurrección, y esperaban del Mesías principalmente el auxilio que necesitamos para conocer y amar a Dios.

P. ¿Quién fue el rey de los judíos en tiempo de los emperadores romanos?

R. Herodes.

P. ¿Cuándo se cumplió el tiempo de la venida de Cristo?

R. En el reinado de Herodes.

P. ¿Quiénes eran los judíos carnales?

R. Los que sólo servían a Dios por interés.

P. ¿Cómo se figuraban estos el reinado de Cristo?

R. Creían que reinaría sobre la tierra, que sujetaría a los judíos todas las demás naciones, y que vivirían llenos de riquezas, honores y placeres.

P. ¿Quiénes eran los judíos espirituales?

R. Los que servían a Dios por amor.

P. ¿En qué colocaban su esperanza?

R. En la otra vida, después de la resurrección.

P. ¿Qué esperaban del Mesías?

R. El auxilio necesario para conocer y amar a Dios.

viernes, 7 de octubre de 2011

Un compendio de la Historia Sagrada (XIII).

Lección XIII.

Del estado de los judíos después del cautiverio.

Babilonia fue tomada por Ciro, rey de Persia, que dio libertad a los judíos y les permitió volver a su país y reedificar el templo y la ciudad de Jerusalén. Alejandro Magno vino después, y sometió al imperio de los griegos la mayor parte del mundo. Habiéndose mezclado los judíos con las naciones infieles, no dejaron por eso de guardar puntualmente su religión, y no recayeron en la idolatría después de su cautiverio. El conocimiento del verdadero Dios se iba propagando poco a poco en medio del paganismo. Sin embargo, hubo algunos reyes que persiguieron a los judíos para hacerles dejar su santa ley y adorar los ídolos. Antíoco el Ilustre, rey de Siria, tomó a Jerusalén, profanó el templo e interrumpió los sacrificios. Muchos judíos padecieron con fortaleza la muerte y aun los mayores tormentos; pero Judas Macabeo y sus hermanos tomaron las armas en defensa de su libertad y de las leyes, y Dios les protegió de tal modo, que libraron al pueblo del yugo de las naciones. El gobierno quedó en la familia de los Macabeos, y hubo de ellos algunos reyes, pero muy pronto fueron arruinados por los romanos, que se hicieron dueño del mundo, Los Profetas habían vaticinado todo esto.

P. ¿Quién libró a los judíos de la cautividad de Babilonia?

R. Ciro, rey de Persia.

P. ¿A qué condujo el que los judíos se mezclasen con las otras naciones?

R. Para dar a conocer al verdadero Dios entre los infieles.

P. Después de la cautividad, ¿cayeron los judíos otra vez en la idolatría?

R. No.

P. ¿Quién fue el primero que luego los persiguió por su religión?

R. Antíoco, rey de Siria, y griego de nación.

P. ¿Por quién empezó el imperio de los griegos?

R. Por Alejandro Magno.

P. ¿Quiénes fueron los que resistieron a Antíoco?

R. Judas Macabeo y sus hermanos.

P. ¿Qué hicieron?

R. Pusieron al pueblo en libertad.

P. Desde este tiempo, ¿quién gobernó a los judíos?

R. La familia de los Macabeos.

P. ¿Quién los arruinó?

R. Los romanos.