sábado, 29 de junio de 2013

Santos Pedro y Pablo.

Apóstoles y Mártires
1: † crucificado alrededor del año 69 en Roma
2: n. alrededor del año 9 en Tarso de Cilicia;
† decapitado alrededor del año 69 en Roma
1: Patrono del papado y de los Papas; Iglesia Universal; Roma; pescadores; fabricante de redes; constructores de barcos; zapateros; relojeros; constructores de puentes; panaderos; carniceros; cosechadores; cerrajeros; longevidad. Protector contra la histeria; los problemas de los pies; fiebre.
2: Patrono de los escritores y autores; periodistas y personal de editorial de periódicos; Roma; Acción Católica; personal de relaciones públicas; laicos; obispos misioneros; músicos; talabarteros. Protector contra las serpientes y sus mordeduras; granizo.
SANTOS PEDRO Y PABLO, Apóstoles y Mártires
A ti te daré las llaves del reino de los cielos;
todo lo que atares sobre la tierra,
será atado también en los cielos.
(Mateo 16, 19)
San Pedro, el Príncipe de los Apóstoles, y San Pablo, el Doctor de las gentes, cementaron con su sangre los cimientos de la Iglesia romana. San Pedro murió crucificado. A San Pablo se lo decapitó, el año 69. Los dos tuvieron la dicha de confirmar, con la efusión de su sangre, la doctrina que habían predicado con tanta elocuencia y confirmado con tantos milagros. Nerón, no te imagines haber triunfado: para siempre permanece la gloria del combate a favor de estos ilustres mártires, y muy pronto depondrán a tus sucesores de su trono; los césares abandonarán el Capitolio y cederán su lugar a los sucesores de San Pedro.
MEDITACIÓN
SOBRE SAN PEDRO Y SAN PABLO
I. San Pedro había sido testigo ocular de la mayoría de los milagros de Jesucristo y, con todo, lo negó tres veces en la noche misma de su Pasión. ¡Cuánta es la fragilidad del hombre abandonado a su propia miseria! Humillémosnos, trabajemos en nuestra salvación con temor y temblor. Pero no desesperemos: basta una sola mirada de Jesús para sacarnos del pecado. Lloremos, pues, a ejemplo de San Pedro, que derramaba un torrente continuo de lágrimas al solo recuerdo de su perfidia. ¡Que tus lágrimas sean como la sangre que brota de las heridas de tu corazón! (San Agustín).
II. San Pablo, de perseguidor de Jesucristo, llegó a ser el Apóstol de las gentes. ¿Qué somos nosotros? ¿Qué hemos hecho? Si nos hemos convertido como él, mantengámonos firmes en la virtud y muramos antes que perder la gracia de Dios. Imitemos su paciencia en los sufrimientos, su celo por la salvación de las almas, su humildad, su amor por Jesucristo. Escuchemos lo que él nos dice: Sed mis imitadores como yo lo soy de Cristo.
III. Considera la honra que al presente reciben en la tierra estos dos Apóstoles. Los reyes, los emperadores y los papas se consideran dichosos de poder prosternarse ante las sagradas cenizas de un pescador y de un artesano, porque la santidad los ha hecho omnipotentes en el cielo. Ambiciosos: ¿qué son los honores del mundo, comparados a éstos? Regocijémosnos de que Dios haya honrado tanto a sus servidores. Pero si los santos son así honrados en la tierra, ¿qué honores no recibirán en el cielo? Humillémosnos, imitemos sus ejemplos y compartiremos su gloria.
La penitencia.
Orad por el Papa.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis consagrado este día con el martirio de vuestros Apóstoles San Pedro y San Pablo, haced que vuestra Iglesia sea fiel en la observancia de los preceptos de los que han sido los primeros ministros de la santa Religión que ella profesa. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

viernes, 28 de junio de 2013

San Ireneo.

Obispo y Mártir
n. hacia el año 130 en Asia Menor;
† hacia el año 203 en Lyon, Francia
SAN IRENEO, Obispo y Mártir
Con sumo gusto sacrificaré todo
y a mí mismo me sacrificaré por la salvación de vuestras almas.
(2 Corintios 12, 15)
San Ireneo es el apóstol de Lyon. Enviado a esta ciudad por San Policarpo, discípulo del Apóstol San Juan, predicó allí el Evangelio y fue elegido para suceder al obispo San Fotino. Consagró toda su vida a combatir a los herejes. San Agustín y varios otros Padres de la Iglesia hablan con admiración de la santidad de su vida y de la excelencia de su doctrina. Fue martirizado en Lyon con gran parte de los habitantes de esta ciudad, en la persecución de Severo, hacia el año 203.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA DE LOS
PRIMEROS CRISTIANOS
I. Considera lo que han sufrido los primeros héroes del cristianismo, en la ciudad de Lyon principalmente. Se los atormenta, se les confiscan los bienes, se los destierra, se los hace morir, todo sacrifican para conservar la fe. Compara sus sufrimientos con los tuyos. ¿No eres hijo descaecido de padres tan gloriosos? Si el cristiano es cargado de oprobios, se gloría de ellos; si es acusado, no se defiende; interrogado, confiesa la verdad; condenado, da las gracias (Tertuliano).
II. Tanta era su mutua caridad que ponían sus bienes en común, dividiéndolos por igual entre ricos y pobres. ¿Qué se ha hecho esta caridad, entre los cristianos de nuestros días? La fe con la caridad es la fe del cristiano; la fe sin la caridad es la fe del demonio (San Agustín).
III. La devoción a la Santa Eucaristía era la fuente de la constancia que mostraban en los tormentos estos ilustres soldados de Jesucristo. El pensamiento de los sufrimientos de Jesucristo sostenía su valor. Nosotros somos los hijos de esos santos, tenemos la misma fe, los mismos sacramentos; tenemos, además, el ejemplo de sus virtudes: nos es fácil imitarlos. ¿De dónde proviene, pues, que sucumbamos tan a menudo? Escuchemos las advertencias que estos gloriosos mártires nos dan desde el cielo. Guardaos, dicen, de perder en el puerto la fe que hemos conservado en medio de las tempestades (San Euquerio).
La imitación de los primeros cristianos.
Orad por los incrédulos.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis un nuevo motivo de gozo con la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Ireneo, haced, en nuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo, experimentemos aquí abajo los efectos de su protección.
Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

jueves, 27 de junio de 2013

San Ladislao.

Rey de Hungría y Confesor
n. 1040 en Hungría; † 1095 en Neutra, Hungría
SAN LADISLAO, Rey de Hungría y Confesor
Tened un mismo sentir, conservad la paz,
y el Dios de la paz y del amor estará con vosotros.
(2 Corintios 13, 11)
Ladislao, primer rey de Hungría, unía a sus cualidades de héroe las virtudes de un santo. Fue padre para su pueblo, sostén para la Iglesia, y protector para los desventurados. Consagraba todo su tiempo a los deberes de su cargo y a los ejercicios de piedad. Su reputación de sabiduría y de valentía hizo que se le encomendase el mando de la gran cruzada contra los sarracenos. En momentos en que se preparaba para ir a libertar la Tierra Santa, lo llamó Dios a la celestial Jerusalén, en el año 1095.
MEDITACIÓN
EL CRISTIANO DEBE HACER
MUCHAS BUENAS OBRAS
I. Hay árboles que producen hojas y flores, pero nunca frutos. Los hipócritas son semejantes a estos árboles: tienen una devoción de escaparate y de alarde. Todo lo que hacen, lo hacen únicamente para parecer virtuosos y atraerse las alabanzas de los hombres. El vicio es horrible bajo cualquier color que se presente; pero es infinitamente más horrible aun cuando se oculta bajo las exterioridades de la virtud (San Jerónimo).
II. Algunos árboles no dan frutos o no dan sino malos. Son los cristianos que se entregan a sus pasiones, y no se preocupan en absoluto de corresponder a las gracias y a las inspiraciones que Dios les envía. Para hacerlos volver en sí, Dios los prueba mediante la enfermedad, los reveses de fortuna, la pérdida de un pariente o de un amigo. No te asombres si cada día eres más probado, pues cada día te haces más malo (Salviano).
III. Hay árboles que dan fruto, pero en pequeña cantidad. ¿No eres tú del número de estos árboles mezquinos para con la mano que los ha plantado? ¿No es verdad, acaso, que no produces sino pocas obras buenas, que no haces sino aquello que estás obligado a hacer? Y aun en esto faltas a menudo. ¿Dónde estarías tú si Dios te tratase del mismo modo? ¿Estaba obligado acaso a crearte, a conservarte, a redimirte, a colmarte de tantas gracias de elección? ¡Oh Dios mío, cuán generoso sois conmigo y cuán mezquino soy yo con vos! ¡Como si no fuese trabajar para nosotros mismos el serviros!
El celo de las buenas obras.
Orad por el aumento de las obras de caridad.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos dais un nuevo motivo de alegría con la solemnidad del bienaventurado Ladislao, vuestro confesor, haced que celebrando su nacimiento al cielo, imitemos sus obras. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

miércoles, 26 de junio de 2013

Martirologio Romano (1961).

SANTOS JUAN Y PABLO, Mártires
  1. En Roma, en el monte Celio, los santos Mártires Juan y Pablo, hermanos, el primero de los cuales era mayordomo y el segundo secretario de la Virgen Constancia, hija del Emperador Constantino; y ambos, después, en tiempo de Juliano Apóstata, muertos por la espada, recibieron la palma del martirio.
  2. En Trento, san Vigilio, Obispo, el cual, esforzándose por extirpar completamente las reliquias de la idolatría, con una lluvia de piedras que por odio al nombre de Cristo le arrojaron aquellos hombres fieros y bárbaros, consumó el martirio.
  3. En Valenciennes de Francia, el suplicio de los santos Mártires Salvio, que fue Obispo de Angulema, y Superio.
  4. En Córdoba de España, san Pelayo, jovencito, que por la confesión de la fe, de orden de Abderramán Rey de los Sarracenos, con tenazas de hierro despedazado miembro a miembro, consumó gloriosamente su martirio.
  5. En Belley de Francia, san Antelmo, el cual de Prior de la Cartuja Mayor, fue hecho Obispo de aquella ciudad.
  6. En una aldea de Poitiers, san Majencio, Presbítero y Confesor, esclarecido en milagros.
  7. En Salónica, san David, Ermitaño.
  8. El mismo día, santa Perseveranda, Virgen.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

martes, 25 de junio de 2013

San Guillermo.

Abad
n. 1085 en Vercelli, Italia;
† 25 de junio de 1142 en Guglietto, Italia
SAN GUILLERMO, Abad
Tened un mismo sentir, conservad la paz,
y el Dios de la paz y del amor estará con vosotros.
(2 Corintios 13, 11)
San Guillermo, para dedicarse más libremente a la oración, se retira al Monte Virgen en el reino de Nápoles; pero su reputación de santidad síguelo a su retiro y lleva a él a gran número de personas que desean practicar, bajo su dirección, los ejercicios de la vida ascética. Llégasele también una mujer para tentarlo. Revuélcase el santo sobre carbones encendidos y Dios no permite que sufra la menor quemadura. Su muerte, predicha por él, tuvo lugar el 25 de junio de 1142.
MEDITACIÓN
SOBRE LA PAZ DEL ALMA
I. Vive en paz con el prójimo; disimula, sufre antes de romper la paz y faltar a la caridad. Si algún acontecimiento viene a turbar esta paz, restablécela lo antes posible: cede algo de tus derechos, en interés de la paz y de la unión. En esto se conocerá si eres imitador de Jesucristo, si amas la paz y la caridad; y esta paz, que conservas con todos, es guerra cruelísima que haces al demonio. La paz entre vosotros es la guerra contra él (Tertuliano).
II. Con todo, es preciso romper esta paz con el prójimo, cuando ella te obligue a hacer la guerra a Dios. Tienes un amigo peligroso, un pariente que te arrastra al vicio, un inferior que se entrega al libertinaje; es preciso advertirle, aun a riesgo de que se aleje de ti y se haga tu enemigo: vale más romper con los hombres que con Dios. Ninguna paz con los pecadores, ninguna paz con el vicio. Esa calma sería una tempestad (San Jerónimo).
III. Conserva no obstante la paz de tu alma, al precio que sea. El espíritu de Dios ama a los corazones apacibles y a las almas tranquilas. Si siempre te acuerdas que Dios permite todo lo que te sucede, para su gloria y para tu mayor bien, los acontecimientos, aun los más fastidiosos, no podrán alterar tu paz, ni arrebatar tu dicha. ¿Qué más precioso y más dulce para el corazón, qué más calmo y más tranquilo en la tierra que una buena conciencia? (San Bernardo).
La paz del alma.
Orad por la paz en el seno de las familias.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis dado el ejemplo y la ayuda de los santos para abrir a nuestra flaqueza el camino de la salvación, haced que honrando los méritos del bienaventurado Guillermo, abad,
aprovechemos sus sufragios y caminemos siguiendo sus huellas. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

lunes, 24 de junio de 2013

Natividad de San Juan Bautista.

NATIVIDAD DE SAN JUAN BAUTISTA
En verdad, os digo, ninguno de entre los hijos de mujer
ha sido mayor que Juan Bautista.
(Mateo 11, 11)
Toda la tierra se alegra del nacimiento de San Juan; pero, ¿no debemos nosotros afligirnos al comparar lo que él ha hecho con lo que hacemos nosotros? Él deja el mundo y se retira al desierto para hacer penitencia; su alimento es un poco de miel silvestre con langostas; su vestidura, la piel de un camello. Sus ejemplos, más aun que sus palabras, son una exhortación a la penitencia. Viendo a Jesucristo, exclama: He ahí el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo; y el Salvador quiere ser bautizado por él.
MEDITACIÓN
SOBRE SAN JUAN BAUTISTA
I. He aquí un penitente que no es culpable de pecado alguno y a quien la presencia de Jesús, oculto en el seno de su Madre, ha purificado antes de su nacimiento hasta de la mancha original. ¿Qué falta había cometido él cuando se retiró al desierto a hacer penitencia? Nos enseña con ello que el hombre, aun el más inocente, debe hacer penitencia. ¿Comenzaste tú este ejercicio? Te parece muy penoso y he aquí un niño que lo hace como juego. Pon manos a la obra y pronto experimentarás cuán indecible satisfacción reserva Dios a los que renuncian al placer para darse a Él. ¡Cuán instantáneamente pareció dulce a mi corazón privarse de las dulzuras de las vanidades del mundo! Temía perderlas, y dejarlas llegó a ser para mí la fuente de la dicha (San Agustín).
II. Temprano comienza este santo su penitencia y la prolonga hasta el fin de su vida. No basta que te mortifiques por algún tiempo, hay que hacerla hasta la muerte. Siempre tienes contra ti a tu cuerpo, al demonio y al mundo. El único medio para triunfar de estos tres enemigos es combatirlos sin descanso hasta el fin. Piensa en el infierno que debes evitar, en el paraíso que debes ganar, y nunca te cansarás de hacer penitencia.
III. Si la humildad no las acompaña, tus austeridades no te servirán sino para atormentarte. San Juan rechaza los honores que le rinden los judíos llamándole Profeta y Mesías; se humilla delante de Jesucristo. Humíllate tú ante Dios y los hombres. Lo que haces, lo que sufres, nada es comparado con los trabajos y sufrimientos de los santos. ¿De qué sirve mortificar el cuerpo por la paciencia, si el espíritu está hinchado de orgullo? (San Jerónimo).
La humildad.
Orad por la conversión de los pecadores.
ORACIÓN
Oh Dios, que habéis solemnizado este día con el nacimiento de San Juan Bautista, conceded a vuestro pueblo la gracia de los gozos espirituales, y dirigid las almas de los fieles por el camino de la salvación eterna. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

domingo, 23 de junio de 2013

Quinto Domingo después de Pentecostés.

La liturgia de este Domingo nos inculca sobre todo el perdón de las injurias, con la historia de David que sigue leyéndose en el Breviario, y un paso de las Epístolas del Apóstol S. Pedro, cuya fiesta cae en torno de este mismo Domingo.
Vencedor David del gigante Goliat fue vitoreado con entusiasmo por todo Israel, y por doquier se oía este grito: “¡Saúl ha muerto a mil, y David a diez mil!”
Con esto entró Saúl en celos, y la envidia carcomía su corazón, porque pensaba que iba a suplantarle en el trono de Israel. Y fue tal la melancolía y la saña que se apoderó de Saúl, que llegó a lanzar dos veces una saeta contra el cariñoso David, que le tañía el arpa por ver de calmarle y darle contento. Pero el dardo no le tocó, ni tampoco le hirieron en la guerra adonde le destinara el rey para exponerlo al peligro.
El genio malo de Saúl subió entonces de punto, y exasperado, entró cierto día en una caverna, tramando emboscada contra David. Éste, que se hallaba dentro de ella, pudo entonces matar a su injusto perseguidor. 
Dijéronle sus compañeros: Es el rey; el Señor te lo entrega; éste es el momento de matarle con tu lanza. 
Pero David respondió: Jamás pondré mi mano en el que ha recibido la unción sagrada; y se contentó con cortar parte del fleco del manto de Saúl, mostrándoselo después desde lejos. Saúl al ver rasgo tan generoso, 
lloró, diciendo: “¡Hijo mío David, eres tú mejor que yo!”
Muerto Saúl en sangrienta refriega contra el Filisteo, no se alegró de ello David, antes mandó matar al infeliz Amalecita que, a ruegos del mismo rey, se había atrevido a acabar con su vida, y hasta cantó con amargas endechas su muerte, diciendo: “¡Montes de Gelboé! que ni rocío ni lluvia caigan más sobre vosotros... porque en vosotros cayeron los héroes de Israel: Saúl y Jonatás, amables en su vida, ni en la muerte se han separado”.
San Gregorio explica alegóricamente la maldición de David sobre el monte de Gelboé, y hasta llega a ver en Saúl, en el “Ungido del Señor”, una figura de Cristo, el verdadero Rey, el verdadero Ungido y Mediador entre Dios y los hombres (II Noct.). Pero lo que más nos importa es recoger esas grandes lecciones de caridad, tanto más de admirar cuanto que se nos dan antes del Evangelio, y sin haber tenido David, como los tenemos nosotros, ejemplos tan elocuentes del perdón generoso de las injurias, como no fuera el ejemplo del Patriarca José. Verdaderamente David podía decir en los Salmos: 
“He devuelto bien por mal”, y en esto era figura viva de Cristo nuestro Señor, el cual disculpaba y oraba por sus mismos sayones que le clavaban al madero. También la Epístola y el Evangelio nos hablan del perdón de las injurias: “Vivid unidos de corazón en la oración, no devolviendo mal por mal, ni agravio por agravio.” (Epist.) Y es que, además, no acepta Dios ningún sacrificio mientras haya entre nosotros alguna rencilla contra el prójimo. Tanto vale la caridad, ese mandato único que Cristo vino atraer al mundo y que los compendia perfectamente a todos. Así resultó que David, ungido después rey de Israel por los ancianos del pueblo en Hebrón, tomó por asalto la ciudadela de Sión, que desde entonces fue su ciudad y en ella colocó el Arca de la Alianza (Com.), recompensa debida a su caridad.
El modo mejor de llegar a una caridad tan heroica como la de David, a esa fusión de corazones que tanto nos inculcan el Evangelio y la Epístola, será amar a Dios, y no desear sino los bienes eternos (Or.), y el morar en aquellos celestiales palacios,(Com.) en que sólo se entra mediante la práctica ininterrumpida de esta hermosísima virtud.
*

sábado, 22 de junio de 2013

San Juan Fisher.

Obispo y Mártir
n. 1469 en Yorkshire, Inglaterra;
† 22 de junio de 1535 en Inglaterra
SAN JUAN FISHER, Obispo y Mártir
Era libre respecto de todos
y de todos me hice siervo, para ganar más almas.
(1 Corintios 9, 19)
Juan Fisher, nacido en 1469, cursó sus estudios en Cambridge y llegó a ser canciller de esta universidad. En 1502, fue nombrado capellán de lady Margarita Beaufort, madre del rey de Inglaterra, y en 1504 obispo de Rochester. En todos sus cargos distinguiose por su piedad y amor al estudio. Bajo Enrique VIII, se opuso a los deseos del rey que quería obtener la anulación de su matrimonio y la dignidad de jefe supremo de la Iglesia en Inglaterra. Fue encarcelado en la Torre de Londres y, después, decapitado en 1535.
MEDITACIÓN
SOBRE EL AMOR AL PRÓJIMO
I. Bien está amar a los demás más que a sí mismo al punto de sacrificar la propia libertad para sacar a un desdichado de la esclavitud, tal como hizo San Paulino. Imita esta heroica virtud, amando al prójimo por lo menos como a ti mismo. Sírvele, complácele, habla en su favor; en una palabra, trátalo como quisieras que te trataran a ti, si estuvieras en su lugar. ¿Por ventura podría decirse de ti lo que se decía de los primeros cristianos: Ved cómo se aman; están dispuestos a morir unos por otros (Tertuliano)?
II. Te inclinas naturalmente a hablar favorablemente de ti mismo, a encontrar excelentes tus acciones, a disculpar tus defectos, a interpretar bien lo que te concierne. Haz lo mismo respecto de tu prójimo; trátalo con indulgencia. No quieres que se tengan ojos para tus faltas ni lengua para hablar de ellas. ¿Eres ciego y mudo tú cuando los otros hacen mal?
III. Tu amor por el prójimo debe ser universal, sin acepción de personas. Todos los hombres llevan la imagen de Dios, todos han sido redimidos por la sangre de Jesucristo, todos pueden ir al cielo; así, debes amarlos a todos, sin dejarte guiar jamás por tu humor y tu capricho. De otro modo, tu amor no es más que amor natural que no tiene derecho a recompensa alguna en el cielo. San Paulino se hizo esclavo para rescatar a un hombre que no conocía, pero en quien veía la imagen de Dios. Nuestro amor, decía él, no considera ni la persona ni la condición de los hombres; ve sólo las almas.
El amor al prójimo.
Orad por el acrecentamiento de la caridad.
ORACIÓN
Oh Dios, que todos los años nos proporcionáis nuevo motivo de alegría en la solemnidad de vuestro mártir y pontífice, el bienaventurado Juan, haced, por vuestra bondad, que honrando la nueva vida que ha recibido en el cielo,
experimentemos aquí abajo los efectos de su protección.
Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

viernes, 21 de junio de 2013

San Luis Gonzaga.

Confesor
n. 9 de marzo de 1568 en Castiglione delle Stiviere (Lombardía), Italia;
† 21 de junio de 1591 en Roma
Patrono de la juventud católica; jóvenes y adolescentes; estudiantes jesuitas; enfermos de SIDA y quienes cuidan de ellos.
SAN LUIS GONZAGA, Confesor
Os conjuro, hermanos, por la misericordia de Dios,
a que ofrezcáis vuestros cuerpos como hostia viva, santa, agradable a Dios.
(Romanos 12, 1)
San Luis Gonzaga, desde la edad de siete años, recitaba todos los días, de rodillas, los siete salmos penitenciales y el Oficio de la Santísima Virgen; a los ocho años hizo voto de castidad perpetua; a los trece, ayunaba tres días a la semana a pan y agua, y tres veces al día desgarraba su delicado cuerpo con la disciplina. Alrededor de los dieciocho años entró en la Compañía de Jesús y murió cinco años después, víctima de una enfermedad contraída por cuidar a los atacados de peste. Tan recogido era en sus oraciones, que todas sus distracciones en seis meses no sumaban la duración de un Ave María.
MEDITACIÓN
SOBRE LA VIDA
DE SAN LUIS GONZAGA
I. El joven santo fue víctima del amor de Dios; le sacrificó su fortuna, abandonando su marquesado para entrar en la Compañía de Jesús, a pesar de los obstáculos que oponía su padre a su piadoso designio. ¿Estás acaso, retenido en el mundo por lazos tan fuertes como los suyos? Dios bien merece que dejes todo lo que tienes, para seguir su llamado y ganar su paraíso; deja todo, si no materialmente, por lo menos por el espíritu y la voluntad.
II. Sacrificó Luis su cuerpo a Dios por el voto de virginidad, que renovó al entrar en religión. Émulo de la pureza de los Ángeles, llevó la modestia hasta no poner nunca sus ojos en una mujer. Además, mortificó su cuerpo con rigurosa y continua penitencia. ¿Quieres consagrar tu cuerpo a Jesucristo como hostia viva y santa? Custodia tus sentidos, mortifícalos. La vida de un cristiano debe ser continuo martirio.
III. Consagró el santo su libertad a Dios por el voto de obediencia. Los honores que ahora recibe, en el cielo y en la tierra, son el precio de su voluntario abatimiento. El camino más seguro para ir al cielo es el de la obediencia. Obedece a tus superiores fielmente, prontamente, sin murmurar; a Jesucristo es a quien obedeces, Él es quien te recompensará. En fin, recuerda que no sólo los religiosos, sino también los cristianos deben ser víctimas que se inmolan sin cesar a Dios. Los cuerpos de los fieles son hostias de Dios, miembros de Cristo, templos del Espíritu Santo (San Agustín).
La castidad.
Orad por las órdenes religiosas.
ORACIÓN
Oh Dios, dispensador de los dones celestiales, que habéis unido en el angélico Luis, una admirable inocencia de vida con un gran espíritu de mortificación, haced, por sus méritos y oraciones, que, si no hemos imitado su pureza, por lo menos imitemos su penitencia. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

jueves, 20 de junio de 2013

Santoral para el día de hoy.

Nació en el año 480 en Frosinone, Italia. Elegido Papa en el año 536. Exiliado a la Isla de Ponza, Italia. Murió de hambre en noviembre del año 537.
San Novato de Roma, Confesor
Italiano. Hermano de Santa Pudenciana y Santa Práxedes. Murió alrededor del año 151 en Roma.
Santos Pablo y Ciríaco de Tomis, Mártires
Martirizados en Tomis, Moesia.
San Macario de Petra, Obispo
Palestino. Se opuso a la herejía arriana, lo que le motivó cambiar su nombre Arrio (Ario) por Macario. Murió alrededor del año 350.
Santa Florentina de Cartagena, Virgen
Nació en Cartagena, España. Hermana de San Leandro, San Fulgencio y San Isidoro de Sevilla. Abadesa. Murió alrededor de año 636.
Beata Miguelina de Pesaro, Viuda
Nació hacia el año 1300 en Pesaro (Urbino), Italia. De la nobleza. Contrajo matrimonio con el duque de Malatesta a la edad de 12 años. Enviudó a la edad de 20 años. Su único hijo murió, con lo que decidió convertirse en religiosa. Su familia se opuso y la encerró, declarándola demente. Cuando logró liberarse, se deshizo de sus riquezas y se convirtió en terciaria franciscana. Murió en 1356.
Patrona de personas con problemas mentales; viudas. Protectora contra la demencia; mortalidad infantil; problemas con la familia política.
Fuentes:
- Martyrologium Romanum; Patron Saints Index; Wikipedia; y otros (Internet).

miércoles, 19 de junio de 2013

Santa Juliana de Falconieri.

Virgen
n. 1270 en Florencia, Italia; † 1341 en Florencia, Italia
Patrona de los enfermos. Protectora contra las enfermedades del alma.
SANTA JULIANA DE FALCONIERI, Virgen
Quien come mi carne y bebe mi sangre,
en Mí mora y Yo en él.
(Juan 6, 57)
Juliana apenas si sabía balbucear cuando ya se la oía en su cuna pronunciar distintamente los santos nombres de Jesús y María. Tanta era su modestia, que nunca miró la cara de un hombre; tanto su fervor por la oración, que pasaba días enteros orando; tanta su caridad por el prójimo, que nada era capaz de detenerla cuando se presentaba la ocasión de hacer un servicio. Soportó con rostro siempre alegre una larga y dolorosa enfermedad. Una sola cosa la afligía: no poder, a causa de sus vómitos continuos, recibir el cuerpo de Nuestro Señor. En su lecho de muerte, pidió que por lo menos se le acercase al pecho la Santa Hostia. Accedió el sacerdote a su pedido; pero la Hostia desapareció y, al mismo tiempo, sonriendo, expiró Juliana. Cuando se la envolvió en el sudario, encontrose impresa en su pecho, como un sello, la sagrada Forma. Su muerte acaeció en 1341.
MEDITACIÓN
SOBRE LA COMUNIÓN FRECUENTE
I. La frecuente recepción del Sacramento del altar avivará tu fe. Es el misterio de fe por excelencia: las delicias inefables que experimentarás después de una comunión bien hecha serán para ti una prueba sensible de la presencia de Dios. La Comunión fortificará tu esperanza, porque la Eucaristía es la prenda del amor que Dios te profesa. En fin, perfeccionará tu caridad para con Dios y el prójimo; Jesús, en efecto, quiso darse a nosotros por amor; ha querido darse a los pobres como a los ricos, para enseñamos a amar igualmente a todos los hombres en su Persona.
II. Muy grandes mercedes recibirás por la virtud de este Sacramento, todas las veces que te acerques a él dignamente. Dios te colmará de gracias especiales proporcionadas a la preparación que para ello pongas. Además, este pan de ángeles, este vino que engendra vírgenes, es todopoderoso para someter la carne al espíritu y reprimir los movimientos de la sensualidad.Quien ame el pan de los ángeles será enemigo de su propia carne (San Gregorio de Niza).
III. Recibe, pues, a Jesucristo; si tu amor es tibio, se inflamará mediante la recepción de este Sacramento, porque es la fuente del fervor y de la devoción. No temas que la familiaridad engendre el menosprecio; por el contrario, ella te hará descubrir en Jesús nuevas hermosuras y acrecentará así tu amor por Él. Si te acercas a él con estas disposiciones, encontrarás allí remedio para todas las enfermedades de tu alma (San Juan Crisóstomo).
La devoción al Santísimo Sacramento.
Orad por los enfermos en peligro de muerte.
ORACIÓN
Oh Dios, que consolasteis en su lecho de muerte a la bienaventurada Juliana, vuestra virgen, alimentándola milagrosamente con el precioso cuerpo de vuestro Hijo, haced, os lo suplicamos en nombre de sus méritos, que, alimentados y fortificados en nuestra última hora por el divino Viático, logremos llegar a la patria celestial. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo II; Patron Saints Index.

martes, 18 de junio de 2013

Letanías del Papa San Pío X.

SAN PIO X
Señor, ten misericordia de nosotros.
    Señor, ten misericordia de nosotros. 
Cristo, ten misericordia de nosotros.
    Cristo, ten misericordia de nosotros.
Señor, ten misericordia de nosotros.
    Señor, ten misericordia de nosotros.
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre Celestial, ten misericordia de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten misericordia de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten misericordia de nosotros.
Trinidad Santa, un solo Dios, ten misericordia de nosotros.
Santa María, Madre de Dios,
    a cada invocación se repite: ruega por nosotros.
San José, Patrono de la Iglesia Universal,
San Pío X, modelo de los sacerdotes,
San Pío X, sabio Obispo,
San Pío X, humilde Cardenal y Patriarca,
San Pío X, celoso Papa de su grey,
San Pío X, maestro piadoso,
San Pío X, misericordioso con los pobres,
San Pío X, consolador de los enfermos,
San Pío X, amante de la pobreza,
San Pío X, humilde de corazón,
San Pío X, siempre fiel a sus obligaciones,
San Pío X, heroico en la práctica de todas las virtudes,
San Pío X, lleno de espíritu de sacrificio,
San Pío X, decidido en restaurarlo todo en Cristo,
San Pío X, que acercó a los niños al comulgatorio,
San Pío X, que promovió la Comunión frecuente para todos,
San Pío X, que instó a conocer y amar la Santa Misa,
San Pío X, que procuró la difusión de las enseñanzas cristianas por todas partes,
San Pío X, que resistió y condenó todas las herejías,
San Pío X, que enseñó la correcta y justa Acción Católica,
San Pío X, que consagró a los fieles al apostolado laico,
San Pío X, que se daba a conocer como pobre pastor de almas,
San Pío X, que responde a las súplicas de quienes claman a él,
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
    Perdónanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
    Escúchanos Señor.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo.
    Ten misericordia de nosotros.
V. Ruega por nosotros, San Pío X.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Nuestro Señor Jesucristo.
Oremos. Oh, Dios, que llenaste el alma de San Pío X con una caridad ardiente y lo llamaste para que sea el Vicario de Cristo en la tierra, concédenos que, por su intercesión, podamos seguir los pasos de Jesucristo, nuestro Divino Maestro; y que nuestras oraciones dirigidas a este Santo Papa den frutos en nuestra vida terrenal y nos conduzcan a la eterna. Por el mismo Jesucristo Nuestro Señor. Amén.

domingo, 16 de junio de 2013

Domingo Cuarto después de Pentecostés.

Evangelio (San Lucas V, 1-11)
*
En aquel tiempo: hallándose Jesús junto al 
lago de Genezaret, las gentes se agolpaban 
en torno suyo, ansiosas de oír la palabra de 
Dios. En esto, vio dos barcas a la orilla del 
lago, cuyos pescadores habían bajado, y 
estaban lavando las redes. Subiendo, pues, a 
una de ellas, que era de Simón, pidióle la 
desviase un poco de la orilla. Y sentándose 
dentro, predicaba desde la barca al numeroso gentío. 
Acabada la plática, dijo a Simón: 
“Guía mar adentro, y echad vuestras redes 
para pescar.” Replicóle Simón: “Maestro, 
toda la noche hemos estado fatigándonos, 
y nada hemos recogido, no obstante, fiado 
en tu palabra, echaré la red”
. Y habiéndolo hecho, recogieron tan gran 
cantidad de peces, que la red se rompía. 
Por lo cual, hicieron señas a sus 
compañeros de la otra barca, para que 
viniesen a ayudarles. Vinieron luego, y llenaron 
con tantos peces las dos barcas, que 
poco faltó para que se hundiesen. 
Viendo esto Simón Pedro, echóse a los pies 
de Jesús, diciendo: “Apártate de mí, Señor, 
que soy un hombre pecador”. Y es que el 
asombro se había apoderado así de el, como
de todos los demás que con el estaban, en 
vista de la pesca que acababan de hacer: lo 
mismo sucedía a Santiago, y a Juan, hijos de 
Zebedeo, y compañeros de Simón. 
Entonces dijo Jesús a Simón: “No temas: de hoy 
en adelante serás pescador de hombres.” Y 
ellos, sacando las barcas a tierra, dejáronlo todo y le siguieron.
*

sábado, 15 de junio de 2013

Martirologio Romano (1961).

SANTOS VITO, MODESTO Y CRESCENCIA, Mártires
  1. Junto al río Sílaro en la Lucania, el triunfo de los santos Mártires Vito, Modesto y Crescencia, los cuales, en tiempo del Emperador Diocleciano, conducidos allá desde Sicilia, después de vencer con la virtud divina las calderas de plomo derretido, las fieras y el ecúleo, acabaron el curso de tan glorioso combate.
  2. En Doróstoro de la Misia inferior, san Esiquio, soldado, el cual preso con san Julio, fue después de él, de orden del Presidente Máximo, coronado del martirio.
  3. En Zefirio de Cilicia, san Dulas, Mártir, que, en tiempo del mismo Presidente Máximo, azotado con varas por el nombre de Cristo, extendido en las parrillas, abrasado con aceite hirviendo y sufridos otros tormentos, recibió vencedor la palma del martirio.
  4. En Córdoba de España, santa Benilde, Mártir.
  5. En Sibápolis de Mesopotamia, las santas Vírgenes y Mártires Livia y Leónida, hermanas, y Entropia, niña de doce años; las cuales, por diversos tormentos, llegaron a la corona del martirio.
  6. En Valenciennes de Francia, el tránsito de san Landelino, Abad.
  7. En Auvernia de Francia, san Abraham, Confesor, ilustre en santidad y milagros.
  8. En Pibrac, del Obispado de Tolosa, santa Germana de Cousin, Virgen, la cual, pastoreando rebaños, llevó una vida constantemente humilde y pobre, y toleradas pacentísimamente muchas molestias, pasó al Esposo celestial. Después de muerta resplandeció con muchos milagros, y fue puesta por el Papa Pío IX en el número de las santas Vírgenes.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

viernes, 14 de junio de 2013

San Basilio el Grande.

Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
n. 329 en Cesarea, Asia Menor; † 379
Patrono de Capadocia; administradores de hospitales; reformadores.
SAN BASILIO EL GRANDE, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia
No tenemos aquí ciudad permanente,
sino que vamos en busca de la que ha de venir.
(Hebreos 13, 14)
San Basilio, vástago de una familia de santos, tuvo por padre a San Basilio el Antiguo y por madre a Santa Emilia. Su educación fue confiada a Santa Matrina su abuela, que lo formó en la práctica de todas las virtudes cristianas. Cuéntanse entre sus hermanos y hermanas: a San Gregorio Niceno, a San Pedro de Sebaste y a Santa Macrina la Joven, que era la mayor de diez hermanos, notables todos por su eminente santidad. San Basilio, habiendo sido elevado al arzobispado de Cesarea, atrájose, por su adhesión a la fe, las persecuciones de Juliano el Apóstata y de Valente, emperador arriano. A este último, que lo amenazaba con el destierro, le contestó: Échame a donde quieras, el mundo entero es un lugar de exilio para mí: no tengo otra patria fuera del cielo. Murió en el año 379.
MEDITACIÓN
EL MUNDO ES UN EXILIO
I. El mundo es un destierro y el cielo nuestra patria. De esta verdad saco tres conclusiones: la primera es que debemos tener gran deseo de ir al cielo. Los exilados emplean sus riquezas, su influencia y el crédito de sus amigos para volver a su patria; imítalos, emplea todos los bienes que poseas, tu espíritu y tu salud, para llegar a la casa de tu bienaventurada eternidad: allí está Dios tu Padre, Jesucristo tu Hermano mayor, Maria tu bondadosa Madre, con incontables santos, acaso con muchos de tus parientes y amigos. Dirijamos todos nuestros esfuerzos en esa dirección. Miremos al cielo y no podremos menos que exclamar: ¿Cuándo llegaré y apareceré ante la Faz del Señor? (Salmo).
II. Puesto que el mundo entero es un exilio, debe serte indiferente habitar en un lugar más bien que en otro. Tu patria debe estar allí donde la gloria de Dios y el bien de tu alma te reclaman. Por todas partes encontrarás la tierra que te sostiene y alimenta, por todas el sol que te alumbra. No te afanes, pues, por el lugar donde habrás de habitar; esta inquietud podría justificarse, dice San Agustín, si se te pudiese enviar a algún lado donde Dios no estuviera. No puede ser exilado quien a Dios tiene en su corazón (San Cipriano).
III. Si en este mundo, que es un lugar de destierro, hay tantas cosas que agradan, ¿qué no será en el paraíso? Si los bienes, que Dios ha otorgado indistintamente tanto a sus amigos como a sus enemigos, tienen ya tanto atractivo, ¿qué no será de los bienes que Él ha preparado a sus amigos e hijos? Por el contrario, si los elegidos y amigos de Dios deben sufrir tanto en este mundo, ¿cuáles no serán los tormentos que el Señor reserva en el infierno para sus enemigos?
El pensamiento del paraíso.
Orad por la conversión de los infieles.
ORACIÓN
Os suplicamos, Señor, escuchéis las oraciones que os dirigimos en la solemnidad de vuestro confesor pontífice, el bienaventurado Basilio, a fin de que la intercesión y los méritos de quien tan dignamente os ha servido,
nos obtengan el perdón de nuestros pecados. Por J. C. N. S.