miércoles, 22 de junio de 2011

La Extremaunción.

La extremaunción es un sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para el alivio espiritual y corporal de los cristianos gravemente enfermos.

Extremaunción significa última unción que recibe el cristiano.

La extremaunción:

-aumenta la gracia santificante

-borra los pecados veniales y aún los mortales cuando el enfermo ya no puede confesar, si tiene dolor de ellos

-disminuye la pena o castigo temporal merecido por los pecados

-fortalece el alma para las congojas de la agonía.

La extremaunción disminuye los sufrimientos del enfermo y aún le devuelve la salud si le conviene al bien de su alma.

La materia de la extremaunción es la unción en forma de cruz hecha con los santos óleos en los órganos de los sentidos: ojos, oídos, nariz, boca, manos y pies.

La forma de este sacramento consiste en estas palabras: “Por esta santa unción y su piadosísima misericordia, te perdone el Señor lo que hayas pecado con la vista, etc”.

El ministro ordinario de la extremaunción es el párroco; pero en casos urgentes, cualquier sacerdote puede administrar este sacramento.

Todo cristiano que, habiendo llegado al uso de la razón, está gravemente enfermo o herido debe recibir la extremaunción.

No debe esperarse para recibir la extremaunción a que el peligro de muerte sea inminente, sino que hay que recibirla, a ser posible, en pleno uso de la razón y de los sentidos.

Este sacramento debe recibirse en estado de gracia y con sentimientos de confianza en Dios y de sumisión a su divina voluntad.

Este sacramento puede recibirse una vez en cada enfermedad grave o todas las veces que se recayere en una misma después de haber plenamente convalecido.

Los que asisten a los enfermos de gravedad están obligados a facilitarles los auxilios del sacerdote, sin esperar que hayan perdido el conocimiento.

Conviene hacerles besar frecuentemente el crucifijo, sugerirles a menudo los santos nombres de Jesús, María y José y breves actos de fe, esperanza y caridad. Al acercarse la muerte conviene rezar las preces de los moribundos.

(1939).

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