Para completar dignamente nuestra preparación a la santa Cuaresma era conveniente la protección del Príncipe de los Apóstoles; por eso la estación es en San Pedro.
En el Introito están reflejados los sentimientos del hombre que, semejante al ciego de Jericó, desconfía de sí mismo e implora la piedad del Redentor.
Bajo el amparo de Santa Bárbara, virgen y mártir, Patrona de Casablanca, promovemos la Tradición Católica. Dilexísti justítiam, et odísti iniquitátem. (Ps. 44,8).
domingo, 22 de febrero de 2009
Domingo de Quincuagésima
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