El calendario litúrgico tradicional como también el de la forma ordinaria celebra en el día de hoy a Nuestra Señora de Guadalupe, Patrona de América. La venerada imagen de la Madre de Dios que quedó estampada en el manto del indiecito Juan Diego, hoy concita la atención de miles de fieles que no sólo en México le rinden homenaje, sino también en el mundo entero, y en forma muy especial desde la América del Norte hasta el extremo sur del continente donde se ubica nuestra patria.
La evangelización de América la llevaron a cabo los frailes y sacerdotes que acompañaron a conquistadores españoles, trayendo la luz de Cristo al continente. Entre los miles de indígenas que se convirtieron al evangelio estuvo el que se llamaría Juan Diego. A él, la Virgen María se le apareció en reiteradas oportunidades en el monte Tepeyac, solicitándole que se le construyera un santuario donde se venerara su Santo Nombre. Sin embargo, como es bien sabido, el obispo no le creyó al indiecito Juan Diego hasta que este le presentara una prueba de la señal sobrenatural. Y la Virgen, no sólo le dio a Juan Diego que recogiera rosas de Castilla en una zona y época en que estas no se daban y las pusiera en su regazo, sino que cuando las depositó a los pies del incrédulo obispo, en el manto estaba estampada la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. El indiecito es el primer indígena elevado al honor de los altares por el Siervo de Dios Juan Pablo II en uno de sus varios viajes apostólicos a la nación mexicana, mientras que el nombre del obispo sólo quedó como aquel dignatario eclesiástico que sólo puso los obstáculos al querer de Dios.
La evangelización de América la llevaron a cabo los frailes y sacerdotes que acompañaron a conquistadores españoles, trayendo la luz de Cristo al continente. Entre los miles de indígenas que se convirtieron al evangelio estuvo el que se llamaría Juan Diego. A él, la Virgen María se le apareció en reiteradas oportunidades en el monte Tepeyac, solicitándole que se le construyera un santuario donde se venerara su Santo Nombre. Sin embargo, como es bien sabido, el obispo no le creyó al indiecito Juan Diego hasta que este le presentara una prueba de la señal sobrenatural. Y la Virgen, no sólo le dio a Juan Diego que recogiera rosas de Castilla en una zona y época en que estas no se daban y las pusiera en su regazo, sino que cuando las depositó a los pies del incrédulo obispo, en el manto estaba estampada la milagrosa imagen de Nuestra Señora de Guadalupe. El indiecito es el primer indígena elevado al honor de los altares por el Siervo de Dios Juan Pablo II en uno de sus varios viajes apostólicos a la nación mexicana, mientras que el nombre del obispo sólo quedó como aquel dignatario eclesiástico que sólo puso los obstáculos al querer de Dios.
Hoy el templo erigido en su honor, es el centro de las miradas y de los corazones de todos los mexicanos que han amado siempre con filial devoción a su Virgen de Guadalupe, correspondiendo ella con una protección nunca desmentida a tan sinceras muestras de veneración y de cariño.
Ha querido la providencia divina que en estas tierras de Casablanca estén varias religiosas venidas de México a evangelizar y a atender a los más pobres. Hoy en el templo parroquial de nuestra ciudad en la Sancta Missa se orará por ellas en el día de La Guadalupana.
Ante la imagen milagrosa de la Virgen de Guadalupe exclamó Benedicto XIV: “Non fecit táliter omni natióni”: no hizo cosa igual con ninguna otra nación.
Virgen bendita de Guadalupe, mira por todos lo pueblos de América, dales la paz religiosa y la prosperidad; y haz que conserven aquel riquísimo patrimonio de religiosidad que le diste por medio de España.
Protege sobre todo al pueblo mexicano, que tanto ha sufrido con las persecuciones, acércalo más a tu Hijo, para que comprenda el precio de la Redención y obtenga la salvación eterna, como también a toda América que ha sido puesta bajo tu manto protector. Protege al soberano pontífice Benedicto XVI de sus enemigos y a la Tradición Católica, al apostolado de la FSSP, a los amigos de Una Voce y de Creer en México.
¡Viva Cristo Rey!
Ha querido la providencia divina que en estas tierras de Casablanca estén varias religiosas venidas de México a evangelizar y a atender a los más pobres. Hoy en el templo parroquial de nuestra ciudad en la Sancta Missa se orará por ellas en el día de La Guadalupana.
Ante la imagen milagrosa de la Virgen de Guadalupe exclamó Benedicto XIV: “Non fecit táliter omni natióni”: no hizo cosa igual con ninguna otra nación.
Virgen bendita de Guadalupe, mira por todos lo pueblos de América, dales la paz religiosa y la prosperidad; y haz que conserven aquel riquísimo patrimonio de religiosidad que le diste por medio de España.
Protege sobre todo al pueblo mexicano, que tanto ha sufrido con las persecuciones, acércalo más a tu Hijo, para que comprenda el precio de la Redención y obtenga la salvación eterna, como también a toda América que ha sido puesta bajo tu manto protector. Protege al soberano pontífice Benedicto XVI de sus enemigos y a la Tradición Católica, al apostolado de la FSSP, a los amigos de Una Voce y de Creer en México.
¡Viva Cristo Rey!
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