Dijo María: "He aquí la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra." El ángel, dejándola, se fue.
Reflexión de S.S. Benedicto XVI
"Con estas palabras María anticipa la tercera invocación del Padre Nuestro: "Hágase tu voluntad". Dice "sí" a la voluntad de Dios...Y con un gran "sí", inserta toda su existencia en la voluntad de Dios, abriendo a Dios la puerta del mundo.
"Hágase la voluntad de Dios": María nos invita a decir también nosotros ese sí, que a veces resulta tan difícil. Sentimos la tentación de preferir nuestra voluntad, pero Ella nos dice:"¡Sé valiente!, di también tú: "Hágase tu voluntad", porque esta voluntad es buena.
Al inicio puede parecer un peso casi insoportable, un yugo que no se puede llevar; pero en realidad la voluntad de Dios no es un peso. La voluntad de Dios nos da alas para volar muy alto y nos guía a la verdadera felicidad".
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