Extraido del V.I.S.
El día de ayer 9 de noviembre, el Santo Padre recordó la celebración de la dedicación de la Basílica Lateranense, llamada "madre y cabeza de todas las Iglesias de la Urbe y del Orbe". "Rindiendo homenaje a este edificio sacro -dijo el Santo Padre- se expresa también amor y veneración por la Iglesia romana, que como afirma San Ignacio de Antioquia, "preside en la caridad" de toda la comunión católica".
"La palabra de Dios en esta solemnidad nos recuerda una verdad esencial: el templo de ladrillos es símbolo de la Iglesia viva, la comunidad cristiana que ya los apóstoles Pedro y Pablo en sus cartas, entendían como un "edificio espiritual", construido por Dios con las piedras vivas que son los cristianos, sobre el único fundamento que es Jesucristo, comparado a su vez con la piedra angular".
"La belleza y la armonía de las iglesias, destinadas a rendir alabanza a Dios, nos invita también a nosotros, los seres humanos, a convertirnos para formar un cosmos, una construcción bien ordenada, en estrecha comunión con Jesús, que es el verdadero Santo de los Santos. Esto acontece de forma culminante en la liturgia eucarística, donde "la ecclesia", es decir la comunidad de los bautizados se une para escuchar la Palabra de Dios y para nutrirse del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Alrededor de esta doble mesa la Iglesia de piedras vivas se edifica en la verdad y en la caridad, plasmada interiormente por el Espíritu Santo".
"La belleza y la armonía de las iglesias, destinadas a rendir alabanza a Dios, nos invita también a nosotros, los seres humanos, a convertirnos para formar un cosmos, una construcción bien ordenada, en estrecha comunión con Jesús, que es el verdadero Santo de los Santos. Esto acontece de forma culminante en la liturgia eucarística, donde "la ecclesia", es decir la comunidad de los bautizados se une para escuchar la Palabra de Dios y para nutrirse del Cuerpo y la Sangre de Cristo. Alrededor de esta doble mesa la Iglesia de piedras vivas se edifica en la verdad y en la caridad, plasmada interiormente por el Espíritu Santo".
La festividad actual, concluyó el Papa, celebra "un misterio siempre actual: Dios quiere construirse en el mundo un templo espiritual" y nos recuerda además "la importancia de los edificios materiales, donde la comunidad se recoge para escuchar la Palabra de Dios. Por lo tanto, toda comunidad tiene el deber de custodiar sus edificios sagrados, que constituyen un patrimonio religioso e histórico de gran valor".
No hay comentarios:
Publicar un comentario