Doctrina de la Iglesia.
El Orden es un Sacramento instituido por Nuestro Señor Jesucristo para dotar a su Iglesia de Obispos, presbíteros y ministros, cada orden con potestad y gracia especial para desempeñar debidamente los sagrados misterios.
La materia de la Sagrada Ordenación es la imposición de las manos o la entrega de los instrumentos, prescritos en los libros pontificales aprobados.
La forma son las palabras que pronuncia el ministro, al imponer las manos o al entregar los instrumentos.
El ministro ordinario de la Sagrada Ordenación es el Obispo propio del ordenando, o un Obispo delegado por él; el ministro extraordinario, es aquel que, por derecho o por indulto apostólico, recibe potestad de conferir algunas Órdenes.
Las Órdenes se dividen en Órdenes Mayores y Menores. Las Mayores son: el Episcopado, el Presbiterado, el Diaconado y elSubdiaconado; las Menores son: el Ostiario, el Lectorado, el Acolitado y el Exorcistado. La tonsura no es orden, sino sólo una preparación a las Órdenes.
La santidad y preparación que la Santa Iglesia exige de los sacerdotes están claramente indicadas por los diversos Órdenes que tiene que pasar el candidato antes de llegar al sublime ministerio del Altar, y por las ceremonias de las ordenaciones que van encaminadas a tener ministros santos.
Este sacramento imprime carácter.
Ceremonial de las Ordenaciones.
Tonsura clerical.
La tonsura es una ceremonia por la que un seglar pasa oficialmente a formar parte del Clero; se confiere sólo a los que tienen la intención de llegar al sacerdocio. La ceremonia consiste en cortar el cabello al tonsurado y revestirlo de la cota.
Ordenes menores.
El Ostiarado.
El Ostiario o Portero debe “tocar la campana, abrir la iglesia y la sacristía y sostener el libro abierto delante del que predica”. El Obispo le entrega las llaves.
El Lectorado.
“El oficio del Lector es leer las cosas que se han de predicar, cantar las lecciones y bendecir el pan y todos los nuevos frutos”. El Obispo le hace entrega del Leccionario.
El Exorcistado.
“El exorcista debe arrojar los demonios, avisar al pueblo que el que no ha de comulgar ceda el lugar a los demás, y suministrar el agua para el ministerio”. El Obispo le hace entrega del Libro de los Exorcismos.
El Acolitado.
“El acólito debe llevar el candelero, encender las luces de la iglesia y suministrar el vino y el agua necesarios para el Sacrificio”. El obispo le entrega el candelero con una vela apagada y las vinajeras vacías.
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