domingo, 11 de enero de 2009

Fiesta de la Sagrada Familia. Doble Mayor – Ornamentos Blancos.


“Muy dulce nos es recordar la casita de Nazaret y la humilde existencia que allí se lleva; muy dulce es celebrar con cantos la vida oscura de Jesús.
Allí es donde el Divino Niño aprende el humilde oficio de José; allí crece en edad, y se muestra dichoso de compartir los trabajos del carpintero.
Junto a El se sienta su dulce Madre; junto a su esposo mora la abnegada esposa, la cual se siente feliz de poder aliviar sus fatigas con sus tiernísimos cuidados” (Himno de Mait. comp. por León XIII).
En esa humilde casita de Nazaret, Jesús, María y José santificaron la vida familiar mediante el ejercicio de las virtudes domésticas. En ella practicaron la caridad, la mutua ayuda, el respeto y la obediencia; en ella encontraron el gozo y la paz en el recogimiento y en la oración común. Ojalá que también nosotros, después de haber vivido como ellos en la tierra, merezcamos vivir en su santa compañía en el cielo.Lastimoso es el estado en que hoy en día se encuentra la familia cristiana, célula de las sociedades. Muchas ruinas hay en ella, ruinas que tan sólo se repararán procurando imitar las virtudes que se practicaron en la familia integrada por José, María y Jesús.
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S. Sequéntia sancti Evangélii secúndum Lucam. (Luc. 2, 42-52).
M. Glória Tibi, Dómine.
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Cuando tuvo Jesús doce años, sus padres fueron a Jerusalén, según la costumbre del día de la fiesta, y acabados aquellos días, cuando se volvían, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que sus padres lo advirtiesen. Y creyendo que él estaba con los de la comitiva, hicieron una jornada de camino y le buscaban entre los parientes y conocidos. Y como no le hallaban, se volvieron a Jerusalén en busca suya, hasta que, al cabo de tres días, le hallaron en el templo, sentado en medio de los Doctores, escuchándolos y preguntándoles. Todos cuantos le oían se pasmaban de su sabiduría y de sus respuestas. Y cuando le vieron se admiraron. díjole entonces su madre: Hijo, ¿por qué te has portado así con nosotros? Mira como tu padre y yo angustiados te buscábamos. Y les respondió: ¿Para qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debo emplearme en las cosas de mi Padre?. Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos y vino a Nazaret: y les estaba sujeto: Y su Madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría, y en edad y en gracia, delante de Dios y de los hombres.
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M. Laus tibi, Christe.

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