“Desde que Santiago manifestó sus ambiciones, no del todo nobles, hasta su martirio hay un largo proceso interior. Su mismo celo, dirigido contra aquellos samaritanos que no quisieron recibir a Jesús porque daba la impresión de ir a Jerusalén, se transformará más tarde en afán de almas. Poco a poco, conservando su propia personalidad, fue4 aprendiendo que el celo por las cosas de Dios no puede ser áspero y violento, y que la única ambición que vale la pena es la gloria de Dios. Cuenta Clemente de Alejandría que cuando el Apóstol era llevado al tribunal donde iba a ser juzgado fue tal su entereza que su acusador se acercó a él para pedirle perdón. Santiago… lo pensó. Después lo abrazó diciendo: “la paz sea contigo”; y recibieron los dos la palma del martirio.
“Al meditar hoy sobre la vida del Apóstol Santiago nos ayuda no poco comprobar sus defectos, y los de aquellos Doce que el Señor había elegido. No eran poderosos, ni sabios, ni sencillos. Los vemos a veces ambiciosos, discutidores, con poca fe. Santiago será el primer Apóstol mártir. ¡Tanto puede la ayuda divina! ¡Cuántas gracias dará en el Cielo a Dios por haberlo llevado por caminos tan distintos de los que él había soñado! Así es el Señor: porque es bueno e infinitamente sabio, y nos ama, en muchas ocasiones no nos da aquello que le pedimos, sino lo que nos conviene.
“Santiago, como los demás Apóstoles, tenía defectos y flaquezas que se pueden ver con claridad en los relatos de los Evangelistas. Pero, junto a estas deficiencias y fallos, tenía un alma grande y un gran corazón. El Maestro fue siempre paciente con él y con todos, y contó con el tiempo para enseñarlos y formarlos con una sabia pedagogía divina.”Fijémonos -escribe San Juan Cristóstomo- en cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: ¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?, sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su Pasión le da el nombre de bautismo, para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo”.
“También a nosotros nos ha llamado el Señor. No demos entrada al desaliento si alguna vez las flaquezas y los defectos se hacen patentes. Si acudimos a Jesús, El nos alentará para seguir adelante con humildad, más fielmente. También el Señor tiene paciencia con nosotros, y cuenta con el tiempo.
¡Sancte Jacóbe Apóstole, intercéde pro nobis et pro Hispániae!
Fuente: Francisco Fernández Carvajal: Hablar con Dios. 1992. Tomo 7.
“Al meditar hoy sobre la vida del Apóstol Santiago nos ayuda no poco comprobar sus defectos, y los de aquellos Doce que el Señor había elegido. No eran poderosos, ni sabios, ni sencillos. Los vemos a veces ambiciosos, discutidores, con poca fe. Santiago será el primer Apóstol mártir. ¡Tanto puede la ayuda divina! ¡Cuántas gracias dará en el Cielo a Dios por haberlo llevado por caminos tan distintos de los que él había soñado! Así es el Señor: porque es bueno e infinitamente sabio, y nos ama, en muchas ocasiones no nos da aquello que le pedimos, sino lo que nos conviene.
“Santiago, como los demás Apóstoles, tenía defectos y flaquezas que se pueden ver con claridad en los relatos de los Evangelistas. Pero, junto a estas deficiencias y fallos, tenía un alma grande y un gran corazón. El Maestro fue siempre paciente con él y con todos, y contó con el tiempo para enseñarlos y formarlos con una sabia pedagogía divina.”Fijémonos -escribe San Juan Cristóstomo- en cómo la manera de interrogar del Señor equivale a una exhortación y a un aliciente. No dice: ¿Podéis soportar la muerte? ¿Sois capaces de derramar vuestra sangre?, sino que sus palabras son: ¿Podéis beber el cáliz? Y, para animarlos a ello, añade: Que yo tengo que beber; de este modo, la consideración de que se trata del mismo cáliz que ha de beber el Señor había de estimularlos a una respuesta más generosa. Y a su Pasión le da el nombre de bautismo, para significar con ello que sus sufrimientos habían de ser causa de una gran purificación para todo el mundo”.
“También a nosotros nos ha llamado el Señor. No demos entrada al desaliento si alguna vez las flaquezas y los defectos se hacen patentes. Si acudimos a Jesús, El nos alentará para seguir adelante con humildad, más fielmente. También el Señor tiene paciencia con nosotros, y cuenta con el tiempo.
¡Sancte Jacóbe Apóstole, intercéde pro nobis et pro Hispániae!
Fuente: Francisco Fernández Carvajal: Hablar con Dios. 1992. Tomo 7.
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COMO CELEBRAR LA SANTA MISA TRADICIONAL (VIDEOS):
http://catolicidad-catolicidad.blogspot.com/2009/05/como-celebrar-la-misa-catolica.html
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