María en la Liturgia.
El culto a la Santísima Virgen está ligado de una manera especial a los misterios de la vida de Nuestro Señor Jesucristo, a su infancia, a su pasión y a su triunfo.
Las principales fiestas de la Santísima Virgen son: la Inmaculada Concepción (8 de diciembre), la Natividad (8 de septiembre), el Santo Nombre de María (12 de septiembre), la Presentación (21 de noviembre), la Anunciación (25 de marzo), la Visitación (2 de julio), la Purificación (2 de febrero) y la Asunción (15 de agosto).
Además de estas fiestas en las que celebramos algún acontecimiento en la vida de la Santísima Virgen, hay otras dedicadas a celebrar sus prerrogativas, sus beneficios, etc.: la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes (11 de febrero), María Mediadora de todas las gracias (31 de mayo), del Carmen (16 de julio), de los Dolores (15 de septiembre), de las Mercedes (24 de septiembre), el Inmaculado Corazón de María, el sábado después de la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la Maternidad de la Santísima Virgen, el 11 de octubre, etc.
Inmaculada Concepción. Esta fiesta ha sido instituida para celebrar el privilegio singular por el que la Santísima Virgen, en atención a los futuros méritos de Nuestro Señor Jesucristo, desde el primer instante de su existencia, fue preservada del pecado original y adornada con los dones de la gracia. Se celebra el 8 de diciembre con rito doble de primera clase, con octava común y con vigilia.
En Oriente ya se celebraba esta fiesta en el siglo VII; en el siglo XIII comenzó a celebrase en Roma; en el siglo XV, Sixto IVprescribió su celebración a la Iglesia Universal; y en el siglo XVIII Clemente XI ordenó que fuera fiesta de precepto en la Iglesia;Pío IX definió el Dogma de la Inmaculada el 8 de diciembre de 1854.
Todo el propio de la Misa es un canto de gloria a María Inmaculada. Los ornamentos pueden ser blancos o azules.
La fiesta de la Inmaculada Concepción debe inspirarnos sentimientos de reconocimiento a Dios Nuestro Señor, que se dignó elevar a la Santísima Virgen, nuestra Madre a santidad tan excelsa; sentimientos de alegría por este privilegio tan singular otorgado a la Santísima Virgen y sentimientos de amor y veneración hacia Nuestra Madre, para que nos proteja y nos libre del pecado.
La Natividad de María Santísima. La Iglesia celebra la Natividad de María Santísima, porque nació pura e inmaculada.
Alegrémonos en el Señor porque nos ha nacido una Madre celestial y se acerca la plenitud de los tiempos, la Redención de la humanidad caída.
El Santo Nombre de María. Este nombre bendito significa Señora, Amada de Dios, Esposa del Mar.
Veneremos este dulce nombre y pronunciémoslo siempre con respeto y con amor; trae las bendiciones del cielo y hace huir a los demonios.
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