sábado, 17 de octubre de 2009

Visitas al Santísimo Sacramento del Altar, II.


“Oh Jesús, la pequeñez de tu Hostia me habla:

-De tu pequeñez cuando viniste al mundo: te hiciste niño.

-De tu pequeñez en tu familia: elegiste por padres unos pobres carpinteros.

-De tu pequeñez en tu patria: tuviste por pueblo a Nazaret, de donde se decía no podía salir cosa buena, y te hiciste de nación judío, la raza más despreciada de la tierra.

-De tu pequeñez en tus relaciones sociales: tu círculo social eran los niños, los pobres y los enfermos. “Venid a mí todos los que estáis cansados y cargados”.

-De tu pequeñez en tus apóstoles: eran unos pobres pescadores de Galilea.

-De tu pequeñez en tus pretensiones terrenas: huiste cuando quisieron nombrarte rey, y tu doctrina fue el sacrificio, la humillación, la pobreza”.

“Oh Jesús, aquí estas en el Sagrario:

-Olvidado: ¿quién se acuerda de los que pasan por la calle de que estás en el sagrario?

-Despreciado: ¿quién estima la Misa, la Comunión y las visitas a Jesús Sacramentado?

-Ultrajado: ¡cuántas blasfemias contra este Sacramento de Amor!

-Perseguido: ¡cuántas irreverencias y profanaciones de iglesias y de sagrarios!

-Maltratado: ¡cuántos sacrilegios de los que como Judas se acercan al comulgatorio en grave pecado!

-Amado: a cambio de todo esto yo quiero amar con todo el corazón, en tu amor abrasado”.

“Memoria de Cristo, que yo te recuerde.

-Entendimiento de Cristo, que yo te conozca.

-Voluntad de Cristo, que yo te desee.

-Pies de Cristo, que yo os busque.

-Ojos de Cristo, que yo os encuentre.

-Corazón de Cristo, que yo te ama siempre”.

Fuente: Cien visitas a Jesús Sacramentado de Saturnino Junquera, S.J.

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