jueves, 5 de agosto de 2010

La acción de gracias.

Las abluciones.
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Después de la Comunión el sacerdote purifica el Cáliz y los dedos con que tomó la Hostia consagrada. Hay dos abluciones del Cáliz: la primera se hace sólo con vino y la segunda, que sirve para purificar los dedos se hace con vino y agua. En estas abluciones el celebrante pide que el sacramento produzca en él frutos sempiternos y que no quede mancha, en virtud de los santos y puros sacramentos recibidos. En seguida el sacerdote arregla y cubre el Cáliz con el velo; en las Misas solemnes lo cubre el subdiácono.
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La antífona de la Comunión y la postcomunión.
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La antífona de la Comunión, tomada generalmente de los Libros Santos, se refiere a la fiesta del día. Su nombre se debe a que desde el siglo IV hasta el XI, el Coro cantaba el salmo 33: Bendeciré el Señor en todo tiempo, repitiendo después de cada versículo la antífona: Gustad y ved que dulce es el Señor, durante la Comunión de los fieles; ahora la Comunión es sólo una antífona: en las Misas solemnes la canta el Coro. El sacerdote, leída la antífona, va al medio del altar, lo besa y se vuelve al pueblo diciendo: El Señor sea con vosotros. Vuelto al lado de la Epístola invita a los fieles a la oración y pronuncia la Postcomunión; en ella el sacerdote da gracias por el sacramento recibido y pide que perduren en el alma sus efectos saludables.
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El Ite, Missa est.
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Terminada la Postcomunión va al medio del altar, lo besa y saluda a los fieles con el Dominus vobiscum y les dice Ite, Missa est.
En las Misas solemnes el diácono canta el Ite… Desde el siglo IV comenzó a designarse el Santo Sacrificio con el nombre de Misa.
A partir del siglo XI, en los días de penitencia y ayuno, en que no se dice el Gloria…, en vez de Ite…, se dice Benedicamus Domino… que es una invitación a continuar la oración, porque antiguamente, en estos días de ayuno y penitencia, se cantaban las Vísperas a continuación de la Misa. Al Ite…y al Benedicamus se contesta: Deo gratia.
En las Misas de difuntos, el sacerdote invita a los fieles a rogar por los difuntos diciendo: Requiescat in pace. El acólito contesta: Amén.

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