jueves, 26 de mayo de 2011

La gracia y el mérito (II).

La vida sobrenatural se recupera cuando se alcanza el perdón del pecado con un acto de contrición o con el sacramento de la penitencia.

Es importantísimo poseer la vida sobrenatural, porque:

-ella es la condición del mérito en esta vida

-nadie entra en el cielo si no muere en estado de gracia.

La gracia santificante ocupa en la obra de nuestra salvación, el primer lugar, después de Dios mismo, porque sin ella nadie se salva, y por eso:

-todos los sacramentos tienen por fin darla o aumentarla

-los mandamientos se ordenan a conservarla

-el demonio se esfuerza en quitárnosla

-la Iglesia tiene por misión darla a los cristianos o acrecentarla en ellos.

La gracia actual es una ayuda que Dios nos da para evitar el mal y hacer el bien.

Esta gracia se llama actual porque es un acto transitorio y no un estado permanente como la gracia habitual.

La gracia actual nos es tan necesaria porque la salvación es un bien sobrenatural que sólo se consigue con fuerzas sobrenaturales (S. Juan XV, 5).

Sí podemos resistir a la gracia porque este don de Dios nos excita y nos ayuda a hacer el bien, pero nos deja plena libertad.

Dios concede a todos los hombres gracias suficientes para que puedan salvarse ( I Tim. II, 4).

Dios nos da siempre cuando menos la gracia de orar y por medio de la oración podemos obtener todas las demás gracias que necesitamos.

Los principales medios de conseguir la gracia son la oración y los sacramentos.

(1939).


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