Honrar padre y madre.
Dios nos manda en el 4to.mandamiento honrar a nuestros padres, es decir, amarlos, respetarlos, obedecerlos y socorrerlos.
Debemos especial amor y respeto a nuestros padres, porque después de Dios les somos deudores de la existencia y de innumerables beneficios.
Los hijos no estarían obligados a obedecer a sus padres, cuando estos mandasen algo contra Dios.
Los malos hijos faltan al socorro que deben a sus padres:
-si siendo pobres no los atienden convenientemente
-si los abandonan o descuidan en su vejez
-si en sus enfermedades no les aseguran con tiempo los auxilios de la Religión.
Después de nuestros padres debemos honrar también a nuestros parientes más cercanos a nuestros superiores.
Debemos honrar especialmente:
-al Romano Pontífice, Jefe Universal de la Iglesia y Vicario de Jesucristo
-al Obispo de la Diócesis
-al Sr. Cura y ayudantes de nuestra Parroquia.
Los discípulos deben respeto a sus profesores e inspectores, respeto, amor, obediencia y gratitud.
Los padres deben proveer a las necesidades de sus hijos, educarlos cristianamente, corregir sus malas inclinaciones y darles un buen ejemplo.
La autoridad civil debe procurar la efectiva observancia de las leyes que protegen los derechos de los ciudadanos y hacer respetar los principios de la Religión y la Moral.
Ejemplos bíblicos:
Honra a tus padres (Eclesiástico VII, 29-30; Proverbios I, 8-9).
Salomón honra a su madre (II Reyes II, 19).
José honra a su padre en vida (Gén. XLVI, 28-29) y después de muerto (Gén. L).
Tobías recomienda a su hijo que honre a su madre (Tobías IV, 3-5).
Obligaciones respectivas de los hijos y de los padres, de los criados y de los amos (S. Pablo a los de Efeso VI).
Conducta ejemplar de Samuel (I Reyes III, 3-10).
Ruina de la casa y de la familia de Helí (I Reyes II, 25-30).
Noé maldice a Cam (Gén. IX, 25).
Castigo de Absalón (II Reyes XVIII, 5-15).
Jesús estaba sumiso a sus padres (S. Lucas II, 51).
(1939).
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