miércoles, 3 de abril de 2013

LA SEMANA IN ALBIS.

La octava pascual. Su interés actual.
La fiesta de Pascua está dotada de una octava, privilegiada entre todas las demás 14. Pero ¿cómo explicar la institución de esta octava, puesto que el tiempo pascual, como hemos afirmado al comienzo de estas páginas, era originariamente una solemnidad ininterrumpida que abarcaba todo el misterio redentor y representándole en su conjunto, sin distinguir sus etapas sucesivas? ¿Qué ha sucedido para que en esta solemnidad pascual de una duración de cincuenta días, se haya venido a insertar una octava que prolonga una semana la celebración de la resurrección del Salvador? La respuesta es muy sencilla. La octava de Pascua no fue universalmente admitida, en occidente como en oriente, sino a finales del siglo IV, es decir, en una época en que la significación primitiva de la "cincuentena" pascual había sido ya modificada sensiblemente. No era ya tanto la representación y el símbolo del único misterio divino y eterno de la redención, como "la conmemoración histórica, réplica fiel de los acontecimientos de la redención en su orden cronológico: muerte, resurrección, ascensión, misión del Espíritu Santo. Entonces se comprende que el ciclo antiguo de siete semanas se haya podido desdoblar en un nuevo ciclo de ocho días, definido tan sólo por el día de Pascua, por la resurrección, por uno de los actos redentores, y que el nuevo ciclo haya recibido sorprendentemente un carácter festivo y bautismal" 15.

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