domingo, 17 de enero de 2010

2º Domingo después de Epifanía.

(II clase, verde) Gloria y Credo. Prefacio de la Santísima Trinidad.
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Ante la muda y confiada súplica de su madre, Jesús, adelantando su hora, se manifiesta en su primer milagro: "y creyeron en él sus discípulos".
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Por su evangelio de las bodas de Caná y dos cánticos tomados de él se emparenta la liturgia de este domingo con la del Tiempo de Navidad y de Epifanía; lo demás se aproxima a los domingos siguientes.
El evangelio domina por su simbolismo, que es doble. Las bodas figuran la alianza; el agua cambiada en vino, la superioridad de la alianza nueva sobre la antigua con el anuncio de la Eucaristía. "¿Por qué ha de extrañar que asista el Señor a unas bodas si ha venido a este mundo para desposarse?" Esto dice San Agustín en maitines y comenta, uno tras otro, ambos simbolismos.
Todos los Padres han visto en el milagro de Caná el anuncio de la Eucaristía, de la transformación de nuestras almas bajo la acción de Cristo. "Aqua eramus, vinum nos fecit. Eramos agua y nos ha convertido en vino." Este cambio profundo de nuestro ser, que nos emparenta con Cristo desde aquí abajo, nos prepara para el banquete de las bodas eternas, al que estamos todos invitados con toda la Iglesia.
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INTROITUS
Ps. 65, 4. Ps. ibid.,1-2.
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Omnis terra adóret te, Deus,
et psallat tibi: psalmum
dicat nómini tuo, Altíssime.
Ps. Jubiláte Deo, omnis terra,
psalmum dícite nómini ejus:
date glóriam laudi ejus.
V/. Glória Patri.

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