“Vendrá tiempo, dice S. Juan en que todos los que están en los sepulcros oirán la voz del Hijo de Dios y saldrán los que hicieron buenas obras, a resucitar para la vida; pero los que las hicieron malas, resucitarán para ser condenados” (V, 28-29). Véase, además: XI, 24; 1ª Cor. XV, 52; Job XIX, 27 y 2º Mac. VII, 11 y 14. Nuestros cuerpos resucitarán para que tengan parte en el premio o castigo, como tuvieron parte en las buenas o malas obras y para que el triunfo de Jesucristo sobre la muerte sea entero y cumplido. Nuestro Señor Jesucristo enseña la doctrina de la resurrección. “Yo los resucitaré en el último día” (S. Juan VI, 40).De ella hablan los apóstoles como de dogma principal de nuestra fe. San Pablo la demuestra a los Corintios (1ª XV, 13). La razón acepta y confirma esta verdad. La resurrección no es superior al poder divino. El que crea de la nada podría muy bien pedir de nuevo a la nada la carne que a ella hubiese vuelto; pero nada se pierde en la naturaleza: hay transformación, no aniquilamiento. Dios que crea los elementos puede muy bien reunirlos y reformarlos. La resurrección no es indigna de Dios. Al contrario, demuestra 1º su poder, en la reconstitución del cuerpo del hombre; 2º su bondad, que completa al hombre para hacerlo más feliz; 3º su sabiduría, que no deja perecer un cuerpo que El creó y santificó; 4º su justicia que da al cuerpo y al alma del hombre la parte de recompensa o de castigo que cada uno de ellos mereció. Vida litúrgica. La conmemoración de Todos los Fieles Difuntos (2 de noviembre), nos recuerda no sólo el dogma consolador de la comunión de los Santos, sino también la verdad expuesta en esta lección de la resurrección de los muertos. La Iglesia nos recuerda en una Epístola, sacada de S. Pablo, que los muertos resucitarán; y nos manda esperar, porque en ese día nos tornaremos a ver todos en el Señor. La Secuencia describe gráficamente el Juicio Final. Los fieles visitan en este día piadosamente los cementerios, haciendo una profesión de fe en la verdad de la resurrección. La voz Cementerio viene de una palabra griega que significa dormitorio o lugar de descanso. (1939).
No hay comentarios:
Publicar un comentario