Beatísimo Padre, nosotros, los abajo firmantes:
1. Expresamos nuestra profunda gratitud a Vuestra Santidad por vuestro ejemplo litúrgico personal para la Iglesia Universal. Vuestra Santidad sois un verdadero homo liturgicus, cuyo amor por la sagrada liturgia es una fuente de inspiración; vuestro ejemplo enseña con mayor claridad que las meras palabras la centralidad de la liturgia en la vida de la Iglesia.
2. Damos las gracias a Vuestra Santidad por vuestro regalo a la Iglesia en el 2007, el Motu Proprio Summorum Pontificum. Desde el 2007, el motu proprio ha producido muchos frutos, incluyendo una mayor unidad en la Iglesia de Cristo y un enriquecimiento generalizado de la vida litúrgica católica.
3. Observamos con tristeza la continua y real oposición a la aplicación de Summorum Pontificum en muchas diócesis y por parte de numerosos miembros de la jerarquía, así como el sufrimiento y la angustia que ello sigue causando para muchos de los fieles y el obstáculo que esta oposición es a una efectiva reconciliación dentro de la Iglesia.
4. Tomamos nota con ansiedad de los señales aparentes de que una venidera Instrucción para la aplicación de Summorum Pontificum de alguna manera se separe de lo que se establece jurídicamente en ese Motu Proprio y de la amplitud y generosidad de espíritu tan elocuentemente explicados por Vuestra Santidad en la carta que lo acompaña: “Abramos generosamente nuestro corazón y dejemos entrar todo a lo que la fe misma ofrece espacio.”
5. Expresamos nuestra profunda preocupación de que las medidas restrictivas pudieran ser causa de escándalo, de desunión y de sufrimiento en la Iglesia y frustraran la reconciliación que Vuestra Santidad fervientemente auspiciáis, así como impidieran una mayor renovación litúrgica y el desarrollo en continuidad con la Tradición, que ya es un fruto tan grande de vuestro pontificado.
6. Expresamos nuestra esperanza, nuestro deseo y nuestro llamamiento urgente a fin de que el bien que Vuestra Santidad habéis iniciado personalmente a través de Summorum Pontificum no sea obstaculizado por tales restricciones.
7. Con confianza filial y como hijos y hijas obedientes, nos dirigimos a Vuestra Santidad y os pedimos que consideréis con urgencia nuestras preocupaciones, y vuestra intervención, si necesaria.
8. Aseguramos a Vuestra Santidad nuestras oraciones continuas, nuestro profundo afecto y nuestra lealtad.
Para firmar: aquí.
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