La Iglesia, nueva Eva, nace del costado traspasado de Cristo, nuevo Adán, Agustín, Ezposizione sui Salmi, salmo 40, 10.
“Una palabra perversa tramaron contra mí. ¿Qué palabra perversa? Presta atención a la Cabeza misma: Matémoslo y será nuestra la heredad (Mt 21, 38) ¡Necios! ¿De qué modo será vuestra la heredad? ¿Por haberlo matado? Pues bien, lo habéis matado y la heredad no será vuestra? ¿Acaso el que duerme no se acostó para levantarse? Cuando habéis exultado después de matarlo, él dormía; pues dice otro salmo: “Yo dormí”. Ellos se ensañaron y quisieron matarlo. Yo dormí porque tengo el poder de dar mi vida y tengo poder para recobrarla (Jn 10, 18). Yo dormí, descansé y me levanté. Que se ensañen también los judíos, que sea entregada la tierra en manos de los impíos, que sea puesta la carne en manos de los perseguidores, que la claven en la cruz, que la atraviesen con clavos, que la traspasen con la lanza: ¿acaso el que duerme no se acostó para levantarse? ¿Por qué dormía? Porque Adán era figura del que debía dormir; y Adán dormía cuando de su costado fue tomada Eva. Adán es figura de Cristo, Eva es figura de la Iglesia; por eso es llamada madre de los vivientes. ¿Cuándo fue creada Eva? Mientras Adán dormía. ¿Cuándo brotaron de Cristo los sacramentos de la Iglesia? Cuando dormía en la cruz. ¿Acaso que el duerme no se acostó para levantarse?
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