
B) Misa rezada o privada.
Al sonar la campanilla y acceder el sacerdote al altar: de pie.
Al comenzar la misa hasta el Dominus vobiscum que precede a la Colecta: de rodillas.
Al Dominus vobiscum que precede a la Colecta y durante ésta: de pie.
Durante la lectura de la Epístola y del Gradual (o Tracto) y el verso aleluyático (con la Secuencia, si la hay): sentados.
Al Dominus vobiscum que precede el Evangelio y durante la proclamación de éste: de pie, vueltos hacia el Misal.
A la homilía: sentados.
Al Credo: de rodillas.
Al Ofertorio y hasta el principio del diálogo que precede al Prefacio: sentados.
Al principio del diálogo que precede al Prefacio y hasta el Sanctus: de pie.
Al Canon, durante éste y hasta las abluciones: de rodillas.
Después de las abluciones y hasta el Dominus vobiscum que precede a la Postcomunión: sentados.
Al Dominus vobiscum que precede a la Postcomunión y durante ésta: de pie.
Después de la Postcomunión y hasta la bendición: de rodillas.
Al Dominus vobiscum que precede al Último Evangelio y durante éste: de pie, vueltos hacia el (genuflexión al Et Verbum caro factum est).
A las preces leoninas: de rodillas.
Al marchar el sacerdote del altar a la sacristía: de pie.
Nota: Hay quienes prefieren permanecer de rodillas durante toda la misa excepto a los dos Evangelios, costumbre laudable. Sin embargo, es signo de poca cortesía eclesiástica permanecer de rodillas cuando entra o sale el sacerdote, a quien se debe respeto por estar revestido de la potestad de Jesucristo, en cuya persona celebra. Este respeto se manifiesta levantándose al llegar él al altar para la misa y al marcharse acabada ésta.
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Próximo capítulo: Gestos durante la Santa Misa.
Tomado de Roma Aeterna.
Tomado de Roma Aeterna.
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