jueves, 13 de mayo de 2010

En la Ascensión de Fray Luis de Léon.

¿Y dejas, Pastor santo,
Tu grey en este valle hondo, escuro,
Con soledad y llanto;
Y tú, rompiendo el puro
Aire, te vas al inmortal seguro?
Los antes bienhadados,
Y los ahora tristes y afligidos,
A tus pechos criados,
De Ti desposeídos,
¿ a dó convertirán ya sus sentidos?
¿Qué mirarán los ojos
Que vieron de tu rostro la hermosura,
Que no les sea enojos?
Quién oyó tu dulzura,
¿qué no tendrá por sordo y desventura?
Aqueste mar turbado,
¿quién le pondrá ya freno? ¿Quién concierto
Al viento fiero, airado?
Estando tú encubierto,
¿qué norte guiará la nave al puerto?
¡Ay! Nube, envidïosa
Aun deste breve gozo. ¿Qué te aquejas?
¿Dó vuelas presurosa?
¡Cuán rica tú te alejas!
¡Cuán pobres y cuán ciegos, ¡ay!, nos dejas!
*
(Coster lanza la suposición de que pudo ser compuesta en la festividad de la Ascensión de 1572, poco después de su arresto, el 26 de marzo, cuando abrigaba la esperanza de un triunfo inmediato de su causa. No caben más que conjeturas. Llobera cree que no puede ser anterior a 1578. Desde luego, es de la mejor época de Fray Luis. “No tiene más que cinco estrofas –dice Arjona-; pero estas bastarían para dar a León la corona de la lírica moderna. Toda ella es belleza y grandeza”. Gerardo Diego la encuentra retórica en exceso. Soberbia oda la llama Vossler. No cabe decir más que es incomparable”. Obras Completas Castellanas de Fray Luis de León, Madrid, Biblioteca de Autores Cristianos, MCMLVII).

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