domingo, 30 de noviembre de 2008

Novena a Santa Bárbara (día quinto)

Per signum Crucis…
Señor Mío Jesucristo…

Oración preparatoria para todos los días.
¡Oh gloriosa virgen y mártir, Santa Bárbara...
*
Lectura bíblica: Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthaeum 7, 13-20.
Reflexión: “El hombre celoso por la casa de Dios, dice San Agustín, pone empeño en corregir el mal que en ella repara, desea quitarlo sin darse punto de reposo en tan santa tarea y, caso que no pueda hacer nada para ello, lo sufre gimiendo”.
El celo es el primer efecto del amor de Dios, así como lo es del fuego, la llama.
Santa Bárbara amó mucho a Jesucristo; y por eso admirable fue su celo. Lo ejerció comenzando por sí misma, mortificando sus sentidos y destruyendo en sí cuanto pudiera desagradar a su divino esposo; -lo ejerció convirtiendo la torre que habitaba en una casa de oración-, lo ejerció trabajando, aunque infructuosamente, en la conversión de su padre; lo ejerció haciéndose a sí misma víctima de amor a su Dios; lo ejerció finalmente, extendiendo su caridad a todos sus devotos, impetrándoles la gracia de no morir sin los últimos auxilios de la santa religión.
Jaculatoria: ¡Oh! Santa muy amada, haced que en todas las cosas no mire ya más que el honor de mi Dios y el bien espiritual de mis prójimos!
Prácticas: 1) Trabajar constantemente en corregir los defectos propios y combatir la pasión dominante; 2) ejercer las obras de misericordia mirando en el prójimo, al mismo Jesucristo; 3) tener a honra pertenecer a aquellas sociedades en que se hace profesión de practicar la piedad.
Pater noster, Ave María, Glória Patri...

Oración final.
Aquí tenéis, oh santa patrona y protectora nuestra...

No hay comentarios: