sábado, 29 de noviembre de 2008

Novena a Santa Bárbara (día cuarto).

Per signum Crucis…
Señor Mío Jesucristo….

Oración preparatoria para todos los días.
¡Oh gloriosa virgen y mártir, Santa Bárbara...

Lectura bíblica: Sequéntia sancti Evangélii secúndum Matthaeum 7, 7-11.
Reflexión: Dice el apóstol San Pablo: La gracia está con todos los que aman a Nuestro Señor Jesucristo con un corazón incorrupto y puro (Efesios 6; 24). Dios es celoso del homenaje de nuestro espíritu; pero lo es aún más de nuestro corazón. El quiere ser el objeto de todos nuestros afectos y el fin único de toda nuestra vida. La causa de tantas impurezas que contaminan al mundo es el amor desordenado del hombre, ya a sí mismo, ya a las criaturas. La soberbia, sobre todo, que es la impureza del espíritu, atrae sobre sí la ira de Dios y tiene por efecto ordinario, según el apóstol, y como castigo de ella, la impureza de la carne (Romanos 1; 21).

Jaculatoria: ¡Señor, por los méritos de vuestra sierva, Santa Bárbara, cread en mí un corazón puro!
Prácticas: Tomar los medios de guardar la santa pureza de cuerpo y espíritu como son: 1) huir de las ocasiones próximas de pecar, de las malas compañías y de la ociosidad, que es la madre de todos los vicios; 2) practicar la oración, y tener una tierna devoción a María Santísima, madre de toda pureza y a la frecuente recepción de la sagrada comunión que es el pan de los escogidos y el vino que engendra vírgenes (Zacarías 9; 19).

Pater noster, Ave María, Glória Patri...
Oración final.
Aquí tenéis, oh santa patrona y protectora nuestra...

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