Recuérdese cómo la doctrina de la divinidad de Jesucristo es de suma importancia. En efecto, si Jesucristo es Dios se sigue que también sus enseñanzas son divinas; que la Iglesia fundada por El es una institución divina; que el magisterio eclesiástico tiene realmente el don de infalibilidad que Jesucristo le prometió, y que por consiguiente tenemos una garantía divina de la verdad de cada una de las doctrinas de la Iglesia.
He aquí un claro y jugoso resumen de las pruebas de la divinidad de Jesucristo:
-Jesucristo nació como Dios. Antes de su nacimiento fue anunciado, y vivió en la memoria de los hombres que durante 4.000 años le esperaron como Dios.
-Jesucristo habló como Dios. Es el único que ha anunciado una doctrina que se adapta a todos los naturales, se armoniza con todos los tiempos, con todos los lugares, con todas las edades; es el único que a sí mismo se ha llamado Dios.
-Jesucristo obró como Dios:
-En el orden físico. Lo cambió a su voluntad; hizo cosas que ningún otro ser creado puede hacer.
-En el orden intelectual. Anunció el porvenir de su Evangelio, de su patria, de sus discípulos, de su persona; y lo que predijo se ha realizado.
-En el orden moral. Soportó con fuerza y abnegación sobrehumanas los desprecios, las molestias, los tormentos; vivió en una santidad y una perfección que sobrepujan a toda santidad y perfección humanas.
-En el orden social. Fundó una sociedad religiosa, victoriosa del tiempo, de los hombres, de las cosas, la cual, según su promesa, subsistiría siempre; la fundó sin recurrir ni a la ciencia, ni a la fuerza, ni a las pasiones.
-Jesucristo murió como Dios. Predijo la época y el género de su suplicio. Sufrió la muerte con paciencia y fuerza sobrehumanas.
-Jesucristo resucitó como Dios. Este hecho, que está bien demostrado, bastaría por sí solo para probar su divinidad.
-Jesucristo reina como Dios. En las inteligencias por la fe que obtiene a pesar de los sentidos y de la razón; en los corazonespor el amor que en ellos engendra; en las almas por la adoración que le rinden.
-Jesucristo sobrevive como Dios. En su Iglesia que perpetúa sus enseñanzas; en sus Santos que perpetúan su santidad. Si Jesucristo produce aún mártires, héroes y santos, es que está presente, siempre presente; es que resucitó; es que es Dios. (1939).
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