Por la señal de la santa cruz, etc.
ACTO DE CONTRICIÓN
ORACIÓN AL PADRE ETERNO
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
PARA TODOS LOS DÍAS DE LA NOVENA
Meditación
AGRADECIMIENTO DE LAS BENDITAS ÁNIMAS PARA CON SUS DEVOTOS
PUNTO PRIMERO
Ved aquí el día feliz; hoy, con las numerosas comuniones y sufragios que los fieles han ofrecido al Señor, no sólo en ésta, sino en tantas otras iglesias, muchas de aquellas Almas, ayer tan afligidas y desgraciadas, han pasado a ser dichosos habitantes y príncipes felicísimos de la Corte celestial. Ya ven cara a cara la Hermosura y Majestad infinita; ya poseen a Dios, que contiene en sí cuanto hay de amable, de grande, delicioso y perfecto. Su entendimiento ya no puede experimentar ni más alegría, ni más suavidad, ni más dicha. ¡Ay¡ ¡si pudieses, amado cristiano, penetrar hoy en aquella dichosa patria y contemplar el transporte de aquellos Bienaventurados! ¡Qué enhorabuenas, qué abrazos se dan tan amorosos! ¡Qué cánticos entonan en acción de gracias al Dios de las misericordias y a los generosos cristianos que las han sacado del Purgatorio! ¡Oh! ¡cómo dan por bien empleadas las penas que en este mundo padecieron! ¡Oh! ¡con cuánta alegría está diciendo cada una de ellas: Dichosas confesiones y comuniones; dichosas las Misas que oía, las limosnas, oraciones, penitencias y obras buenas que yo practicaba; dichosas las burlas y escarnios que yo sufría por ser devota! ¡Y con qué magnificencia pagáis, Señor, hasta los sacrificios más pequeños e insignificantes que hice por vuestro amor! ¿No quisieras, cristiano, tener tú la misma suerte? Pues pelea contra las pasiones; que sin pelear no se alcanza victoria; sin pena, no hay felicidad.
Medita un poco sobre lo dicho.
PUNTO SEGUNDO
¡Y qué dicha, cristiano, la tuya, si has logrado librar del Purgatorio a alguna de aquellas Almas! El cielo debe a tus sufragios el nuevo regocijo y la nueva gloria accidental que ahora experimenta. Y aquellas Almas dichosas te deben la libertad, y con ella la posesión de una felicidad infinita. ¿Qué súplicas, pues, tan fervorosas no harán a Dios por ti? ¿En qué necesidad podrás encontrarte que no cuiden de socorrerte? ¿Qué empeño pondrán en conseguirte las gracias necesarias para vencer las tentaciones, adquirir las virtudes y triunfar de los vicios? Y si alguna vez te vieres en peligro de pecar y de caer en el infierno, ¡con cuánto más celo que el pueblo de Israel lo hizo en favor de Jonatás, dirán al Señor!: ¿Y permitiréis, oh gran Dios, que se pierda eternamente un cristiano que me ha librado a mí de tan horribles penas? ¿No prometisteis que alcanzarían misericordia con el prójimo? ¿Y consentiríais ahora que cayese en el infierno aquel que con sufragios me abrió las puertas del cielo? ¡Ah dichoso cristiano! ¡cuánto envidio tu dicha! Persevera, y tienes segura la palma de la gloria.
Medita lo dicho un poco; encomienda a Dios las Ánimas de tu mayor obligación y pide, por la intercesión de María Santísima, la gracia que deseas conseguir en esta Novena.
EJEMPLO
Santa Gertrudis, aquella esposa tan regalada del Señor, había hecho donación de todos sus méritos y obras buenas a las pobres Ánimas del Purgatorio; y para que los sufragios tuviesen más eficacia y fuesen más adeptos a Dios, suplicaba a su divino Esposo le manifestase por qué Alma quería que satisfaciese. Se lo otorgaba su Divina Majestad, y la Santa multiplicaba oraciones, ayunos, cilicios, disciplinas y otras penitencias, hasta que aquella alma hubiese salido del Purgatorio. Sacada una, pedía al Señor le señalara otra; y así logró librar a muchas de aquel horrible fuego. Siendo ya la Santa de edad avanzada, le sobrevino una fuerte tentación del enemigo que le decía: “¡Infeliz de ti! ¡Todo lo has aplicado a las Animas del Purgatorio y no has satisfecho todavía por tus pecados! Cuando mueras, ¡qué penas y tormentos te aguardan!” No dejaba de acongojarla este pensamiento, cuando se le apareció Cristo Señor Nuestro, y la consoló diciendo: “Gertrudis, hija mía muy amada; no temas: los sufragios que tú ofreciste a las Ánimas del Purgatorio, me fueron muy agradables; tú no perdiste nada; pues en recompensa no sólo te perdono las penas que allí habías de padecer, sino que aun aumentaré tu gloria de muchísimos grados. ¿No había prometido yo dar el ciento por uno, pagando a mis fieles servidores con medida buena, abundante y apretada? Pues mira, yo haré que todas las Almas libertadas con tus oraciones y penitencias te salgan a recibir con muchos Ángeles a la hora de la muerte, y que, acompañada de este numeroso y brillante cortejo de bienaventurados, entres en el triunfo de la gloria”.
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ORACIÓN A LAS BENDITAS ALMAS LIBERTADAS
DEL PURGATORIO POR LOS SUFRAGIOS
OFRECIDOS DURANTE EL NOVENARIO
DEL PURGATORIO POR LOS SUFRAGIOS
OFRECIDOS DURANTE EL NOVENARIO
¡Oh almas dichosas y felices, a quienes nuestro dulcísimo Jesús acaba de admitir hoy en su patria celestial! Os felicitamos, y damos en nombre de toda la Iglesia mil enhorabuenas por esta dicha tan grande. Unimos nuestra alegría con la vuestra y con la de los Ángeles y Serafines; juntamos nuestras acciones de gracia con los cánticos y alabanzas que vosotras entonáis al Creador por tan inestimable beneficio. Sí, Almas santas y dichosas; alegraos: ya se han acabado para vosotras las penas y tristezas, las aflicciones y trabajos, los peligros y tentaciones de esta miserable vida. Sólo os queda una eternidad de descanso, de alegría, de delicias y de bienaventuranza infinita. ¡Qué dicha también la nuestra, si con estos sufragios os hemos acelerado la posesión de tanta gloria! Sí, triunfad en el cielo; pero no hagáis como hizo aquel ingrato copero de Faraón con José; no olvidéis a vuestros pobres hermanos, que militamos aún en este valle de lágrimas; echad una mirada compasiva sobre nosotros; ¡mirad de cuántos y cuán fieros enemigos nos vemos rodeados! Ahora que sois tan poderosas delante de Dios, interceded por nosotros, para que siendo fieles y constantes en su servicio podamos en vuestra compañía alabarle y glorificarle un día eternamente. Amén. Cinco Padre nuestros, cinco Ave Marías y un Gloria Patri a las cinco llagas de Cristo Señor nuestro en sufragio de las benditas Ánimas del Purgatorio.
OBSEQUIO
Formar una firme resolución de ofrecer todas nuestras obras satisfactorias en sufragio de las pobrecitas Ánimas.
Formar una firme resolución de ofrecer todas nuestras obras satisfactorias en sufragio de las pobrecitas Ánimas.
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