miércoles, 1 de septiembre de 2010

Visitas al Santísimo Sacramento, XX.

Oh Jesús, ¿cómo te pagaré cuánto por mí has hecho?
-Te hiciste pobre para enriquecerme.
-Te hiciste pequeño para ensalzarme.
-Te hiciste débil para fortalecerme.
-Te hiciste siervo para libertarme.
-Te hiciste niño para atraerme.
-Te hiciste hombre para divinizarme.
Ojos piadosos de Jesús, que mirasteis compasivos a los desgraciados y a los pecadores, que yo sea compasivo.
Ojos agradecidos de Jesús, que os elevasteis al cielo para dar gracias a vuestro Eterno Padre, que yo sea agradecido.
Ojos despiertos de Jesús, que para orar os pasabais las noches en vela, que yo ande siempre vigilante y apercibido.
Ojos llorosos de Jesús, que llorasteis sobre la ciudad deicida, que yo llore mis pecados.
Ojos vendados de Jesús, que fuisteis cubiertos en son de burla con un sucio trapo, que yo vende mis ojos para las malas lecturas y espectáculos.
Ojos moribundos de Jesús, que os eclipsasteis con tinieblas de muerte, que se iluminen los míos el día del juicio con resplandores celestiales.
Oh Jesús, que lloraste sobre las pajas del pesebre y en el madero dela cruz, junto al sepulcro de Lázaro y ante las ruinas de Jerusalén, ¿cuántas veces habrás llorado por mi alma? Las lágrimas de tus ojos:
-son perlas que me adornan.
-son voces que me llaman.
-son quejas que me conmueven.
-son ascuas que me abrasan.
-son lluvia que me fecundan.
-son ríos que me lavan.
(Fuente: R. P. Saturnino Junquera, S.J.).

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