domingo, 26 de julio de 2009

Octavo domingo después de Pentecostés.

(II clase, verde) Gloria, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad. Conmemoración de Santa Ana, madre de la Santísima Virgen.
*
"¡Abba! ¡Padre!": grito de amor filial que el Espíritu, huésped divino, pone en nuestros labios y que penetra hasta el cielo.
*
La enseñanza del evangelio de hoy se reduce a una lección de prudencia cristiana y de celo sobrenatural. Sólo importa el cielo, y a él debemos tender utilizando las situaciones transitorias de aquí abajo, para caminar con más ímpetu.
Deberíamos mostrarnos tan hábiles en procurar nuestro porvenir futuro, como los hijos de las tinieblas en sus negocios temporales.
En la epístola se encontrará la razón profunda de este despego de las cosas de la tierra y el secreto de esta aspiración poderosa hacia las cosas del cielo. Es la gracia, la cual transforma nuestras vidas y las prepara a entrar en el reino celestial. Es el Espíritu Santo quien nos da un alma de hijos y nos hace gritar: "¡Abba = Padre!".
*
INTROITUS
Ps. 47, 10 - 11. Ps. ibid., 2
*
Suscépimus, Deus
misericórdiam tuam in
médio templi tui: secúndum
nomen tuum. Deus,
ita et laus tua in fines
terrae: justítia plena est
déxtera tua.
Ps. Magnus Dóminus,
et laudábilis nimis:
in civitáte Dei nostri,
in monte sancto ejus.
V/. Glória Patri.
*
Los textos propios de la Sancta Missa los obtienes aquí.

No hay comentarios: