martes, 21 de julio de 2009

Crónica de una celebración anunciada.

El domingo 19 de julio de 2009 se celebró en la Parroquia de Casablanca, nuestra Parroquia, la Sancta Missa Tradicional de acuerdo al querer del Santo Padre Benedicto XVI.
La Missa fue oficiada por Msr. Jaime Astorga Paulsen, sacerdote diocesano de Valparaíso, quien nos acompañará, Dios mediante, los segundos y terceros domingos de cada mes en que los católicos de Casablanca podrán participar de la Forma Extraordinaria de la celebración eucarística.
La Missa comenzó a las 17:00 horas ante una gran cantidad de fieles que se hicieron presentes en el Templo Parroquial. La concurrencia estaba conformada por diversas categorías de edades; así, algunos volvieron a revivir una celebración que hacía varias décadas no la tenían, y otros descubrieron por vez primera la riqueza litúrgica del ritus antiquior.
El Altar Mayor de la Iglesia parroquial lucía esplendoroso. Cabe destacar que este altar es de auténtico mármol de Carrara y, según la tradición, iba destinado a la Catedral de Santiago, pero en su trayecto hacia la capital quedó en nuestra ciudad. Siempre ha estado en el templo conservando su majestuoso estilo a pesar de los terremotos que han asolado a la región de Valparaíso. El actual templo se construyó después del terremoto de 1906. Después de más de cuarenta años, el Altar Mayor volvió a lucir sus manteles litúrgicos, las sacras, un hermoso misal de propiedad del celebrante. Monseñor Astorga, por su parte, revestido con los ornamentos litúrgicos tradicionales celebró asistido por los acólitos.
Los cantos litúrgicos se hicieron oír en el templo al momento del ofertorio, de la comunión y al final de la Missa cuando se entonó el tradicional canto a la Virgen del Carmen, Reina y Patrona de Chile.
Sorprendentemente, gran parte de la concurrencia respondía al unísono cuando el ritual lo pide, a pesar de los años transcurridos; y al momento de la comunión todos han recibido el Cuerpo del Señor arrodillados en los reclinatorios, sin recibir instrucción previa.
Ha sido, en definitiva, una hermosa celebración. Monseñor Astorga en su sermón se ha referido a la necesidad de ser discípulos y misioneros de Cristo en el mundo, y que la savia de El corra por nuestro ser para que demos frutos buenos y abundantes. Ciertamente que la presencia de Monseñor Astorga como celebrante de la Missa es una muestra palpable del fiel discípulo del Divino Maestro.

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