sábado, 13 de junio de 2009

Algunas prácticas piadosas.

Al toque del Ave María (por la mañana, al medio día y al anochecer) se reza el Angelus o Regína coeli.
Cuando, estando fuera de la Iglesia, se oye la señal de alzar la Hostia y el cáliz, o de la bendición con el Santísimo, se dirá:
Bendito y alabado sea en todo momento el Santísimo y Divinísimo Sacramento.
Al dar la hora
se reza una Ave María; suele añadirse alguna jaculatoria.
Cuando llevan el Santísimo a un enfermo se ha de procurar, si se puede, acompañarlo con modestia y recogimiento; y si no se puede, hacer un acto de adoración en cualquier sitio donde uno se halle y decir: “Consolad, Señor, a este enfermo, y dadle gracia para que se conforme con vuestra santísima voluntad y consiga su salvación”.
Al oír el toque de agonía iré, si puedo, a la Iglesia a rogar por el moribundo, y si no puedo, encomendaré su alma al Señor, pensando que dentro de poco me hallaré yo también en ese estado.
Al oír doblar a muerto, procuraré decir un De profundis o un Réquiem aetérnam por el alma de aquel difunto y renovaré el pensamiento de la muerte.
El viernes, a las tres de la tarde, o cuando se diese la señal con la campana de la Iglesia, se rezan cinco Padre Nuestros y Ave Marías en memoria de la Pasión y Muerte de N. S. Jesucristo.
GALO MORET Pbro. S. (1931).

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