domingo, 18 de enero de 2009

Domingo II después de Epifanía. (Semidoble - Ornamentos verdes)

El objeto litúrgico de este domingo es celebrar el primer milagro obrado por Jesús en Caná de Galilea. La intercesión de María tiene una parte muy principal; María es verdaderamente la Mediadora para obtener todas las gracias; es, por lo tanto, preciso nos dirijamos a Ella en nuestras necesidades.
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S. Sequéntia sancti Evangélii secúndum Joánnem. (Joann. 2, 1-11).
M. Glória tibi, Dómine.
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En aquel tiempo: celebrábanse unas bodas en Caná de Galilea y estaba allí la Madre de Jesús. Fue también convidado Jesús con sus discípulos a las bodas. Y llegando a faltar vino, la Madre de Jesús le dice: No tienen vino. Respondióle Jesús: Mujer ¿qué nos va a ti y a mí? aún no ha llegado mi hora; Dijo su madre a los que servían: Haced cuanto él os dijere. Había allí seis tinajas de piedra destinadas a las purificaciones judáicas cabiendo en cada una dos o tres cántaros. Y Jesús dijo: Llenad las tinajas de agua. Y las llenaron hasta arriba. Y Jesús les dice: Sacad ahora, y llevad al maestresala. Y lo hicieron así. Y luego que gustó el maestresala el agua hecha vino, como no sabía de donde era (aunque los sirvientes lo sabían, porque habían sacado el agua), llamó al esposo y le dijo: todos sirven al principio el buen vino: y después que los convidados han bebido bien, entonces sacan el más flojo. Mas tú reservaste el buen vino para lo último. Este fue el primer milagro que hizo Jesús en Galilea. Y manifestó su gloria y creyeron en él sus discípulos.
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M. Laus tibi, Christe.

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