- En Agnone del Abruzo citerior, san Francisco, de la noble familia Napolitana Caracciolo, Confesor, Fundador de la Congregación de Clérigos Regulares Menores; el cual vivió abrasado en admirable caridad para con Dios y el prójimo, y en celo vivísimo de propagar el culto de la sagrada Eucaristía; y por el Sumo Pontífice Pío VII fue puesto en el número de los Santos. Su cuerpo fue trasladado a Nápoles de Campania y allí religiosísimamente se venera.
- Más información:
- En Roma, los santos Mártires Arecio y Daciano.
- En Sisseck de Iliria, san Quirino, Obispo, al cual, por la fe de Cristo, según escribe Prudencio, mandó el Presidente Galerio atar al cuello una rueda de molino y precipitarlo en un río; pero sobrenadando la piedra, el Santo, después de exhortar largamente a los cristianos circunstantes para que no se aterrasen por verle padecer, ni titubeasen en la fe, para no perder él la gloria del martirio, consiguió de Dios con oraciones que la piedra se sumergiese.
- En Milán, san Clateo, Obispo de Brescia y Mártir; el cual, en tiempo del Emperador Nerón, apresado por orden del Prefecto de aquella ciudad, y no queriendo renunciar a Cristo, después de azotado prolongadamente, fue degollado.
- En Panonia, los santos Mártires Rútilo y sus Compañeros.
- En Tívoli, san Quirino, Mártir.
- En Arrás de Francia, santa Saturnina, Virgen y Mártir.
- En Constantinopla, san Metrófanes, Obispo y Confesor insigne.
- En Milevi de Numidia, san Optato, Obispo, esclarecido en doctrina y santidad, a quien los santos Padres de la Iglesia Agustín y Fulgencio celebraron con sus alabanzas.
- En Verona, san Alejandro, Obispo.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
R. Deo Gratias.
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