- En Mauritania, san Timoteo, Diácono, que, por la fe de Cristo, al cabo de dura prisión, arrojado al fuego, consumó el martirio.
- En Alejandría, san Nemesio, Mártir, el cual, acusado primero falsamente de ladrón ante el Juez y vista su inocencia, quedó libre; después, en la persecución de Decio, delatado al Juez Emiliano como discípulo de Cristo, por el mismo Juez fue dos veces atormentado y finalmente quemado con unos ladrones, a semejanza del Salvador, que entre ladrones fue crucificado.
- Más información:
- En Nicea de Bítinia, los santos Mártires Darío, Zósimo, Pablo y Segundo.
- En Nicomedia, los santos Mártires Ciríaco, Pablito, Segundo, Anastasio, Sindimio y sus Compañeros.
- En Gaza de Palestina, el martirio de las santas Méuris (o Maura) y Tea.
- En Roma, el tránsito de san Anastasio I, Papa, varón de muy rica pobreza y celo apostólico; al cual, como dice san Jerónimo, no mereció Roma poseer mucho tiempo, porque tal Obispo no viese la ruina de la ciudad cabeza del mundo; pues a poco de su muerte Roma fue entrada a saco y destruida por los Godos.
- En Auxerre, san Gregorio, Obispo y Confesor.
- En Orleáns de Francia, san Adyuto, Abad, ilustre por el espíritu de profecía.
- En Roma, santa Fausta, que fue madre de santa Anastasia, e insigne por su nobleza y piedad.
- En Aviñón, san Urbano V, Papa, que, por haber restituido la Sedé Apostólica a Roma, llevado a cabo la unión de los Griegos con los Latinos y reprimido a los infieles, fue muy benemérito de la Iglesia. Su culto, ya muy antiguo, lo aprobó y confirmó el Sumo Pontífice Pío IX.
Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.
R. Deo Gratias.
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