"La Kalenda de la Vigilia de la Natividad de el Señor, que tan solemnemente se celebra, por costumbre inmemorial en todas las religiones, se dirá siempre a la hora de Prima, y aquel dái se despierta a las cinco. Antes que entren en Prima, ha de tener el Sacristán en medio del Coro una alfombra tendida, y a un lado del Coro el facistol adornado, y en repitiendo la antífona de Prima, se pone en medio. Mientras se entona Prima, se viste el que ha de cantar la Kalenda de Diácono con alba, estola y manípulo morado, y dos acólitos con roquetes, el uno lleva la naveta, y el otro el incensario, que va adelante, luego el que ha a decir la Kalenda con el libro en las manos, envuelto en una palia, y puesto ante el pecho. Con este orden entran al Coro, hecha la genuflexión al Santísimo Sacramento los que llevan las velas a los lados de el libro, vuelto el rostro uno a otro, el Diácono pone el Martirologio sobre el facistol, y toma la naveta, y llegando al Prelado con el Turiferario, para que eche y bendiga incienso, le da la cuchara y dice: Benedicite Pater Reverende, y bendecido el incienso, vuelve al libro con las debidas reverencias, da la naveta, toma el incensario e incensa tres veces al libro, y devuelve el incensario.
Hecho esto, puestas las manos como cuando se dice el Evangelio, comienza a cantar la Kalenda en tono bajo (estando ya los religiosos en pie, unos contra otros, y sin mantos, que no se los vuelven a poner hasta dicha la Capítula). En llegando a aquellas palabras: In Bethlehem Iuda, alza un poco más la voz, y otro poco más cuando dice: Nativitas Domini, hasta secundum carnem, inclusive, y luego la continúa en el tono que la comenzó. Los religiosos, en comenzando aquellas palabras: In Bethlehen Iuda, se arrodillan unos contra otros, y en diciendo: Factus homo, hasta secundum carnem, se postran en agradecimiento de tan gran beneficio, y memoria de tan profunda humildad, como fue la del vestirse el Hijo de Dios del sayal de nuestra mortalidad. El Diácono, ni los que tienen las velas, no se postran."
Instrucción y doctrina de novicios, con la cual se han de criar los nuevos religiosos de esta Santa Provincia de San José, de los Descalzos de la Regular Observancia de los Menores. Madrid, 1733
La Kalenda, también llamado Pregón de Navidad, es un antiguo texto con el cual se anunciaba con pompa inusitada, en los coros de las catedrales y monasterios durante el oficio de Prima del 24 de Diciembre, la proximidad de la Natividad del Señor.
El texto se encuentra en el Martyrologium Romanum
Die 25 Decembris. Octavo Kalendas Januarii.
Anno a creatione mundi, quando in principio Deus creavit caelum et terram, quinquies millesimo centesimo nonagesimo nono; a diluvio autem, anno bis millesimo nongentesimo quinquagesimo septimo; a nativitate Abrahae, anno bis millesimo quintodecimo; a Moyse et egressu populi Israel de Ægypto, anno millesimo quingentesimo decimo; ab unctione David in Regem, anno millesimo trigesimo secundo; Hebdomada sexagesima quinta, juxta Danielis prophetiam; Olympiade centesima nonagesima quarta; ab urbe Roma condita, anno septingentesimo quinquagesimo secundo; anno Imperii Octaviani Augusti quadragesimo secundo, toto Orbe in pace composito, sexta mundi aetate, Iesus Christus, aeternus Deus aeternique Patris Filius, mundum volens adventu suo piissimo consecrare, de Spiritu Sancto conceptus, novemque post conceptionem decursis mensibus (Hic vox elevatur, et omnes genua flectunt), "in Bethlehem Iudae nascitur ex Maria Virgine factus Homo". Nativitas Domini nostri Iesu Christi secundum carnem.
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