martes, 3 de noviembre de 2009

Visitas al Santísimo Sacramento del Altar (VI).

I.
“Oh Jesús, tu Sagrada Hostia me dice:
-que eres bueno como el pan: un trozo de pan es el símbolo de la bondad.
-que eres barato como el pan: el Dios de los humildes, el Pan de los pobres.
-que eres sabroso como el pan: nunca cansas, y más gustas cuanto más se te come.
-que eres nutritivo como el pan: das fuerzas para practicar la virtud y vencer las tentaciones.
-que eres blanco como el pan: eres la misma pureza y castificas a quien te come.
-que eres corriente como el pan: de todos los tiempos, de todos los países, de todas las fortunas y de todas las complexiones”.
*
II.
“Oh Jesús, aquí estás en el copón o en la custodia:
-como un día sobre el pesebre: llorando.
-como un día en el brocal del pozo: cansado.
-como un día sobre la barca de Pedro: enseñando.
-como un día sobre una columna: burlado.
-como un día sobre la cruz: orando.
-como un día en el sepulcro: sacrificado”.
*
III.
“Oh Jesús, tu permanencia en el sagrario es un efecto de tu puro amor:
-te marchabas al cielo, y quisiste dejarnos, como lo hacen los parientes y amigos, un recuerdo.
-no nos dejaste como recuerdo un retrato, los manteles o la copa de la última cena, u otra cosa que tú usases. Tú mismo te quedaste como recuerdo.
-te quedaste, no sólo en Roma o Jerusalén, que nos podrían ir a verte los pobres y los enfermos, sino en todas las partes.
-te quedaste, no sólo un día al año durante algunas horas, sino todas las horas del día y todos los días del año.
-te quedaste, no como emperador, lleno de majestad, que pudiera retraernos, sino como un humilde alimento, para unirte cuanto fuera posible a nosotros.
-te quedaste, no como un alimento escogido y caro, que no fuese para todas fortunas y naturalezas, sino como pan de trigo, que es el más apto, humilde y barato de los alimentos”.
*
IV.
“Oh Jesús, a tu sagrario vienen las almas, en espíritu:
-como las abejas a una colmena: qué dulce eres.
-como las palomas al palomar: qué puro eres.
-como los enfermos al hospital: qué bueno eres.
-como los perseguidos al refugio: qué seguro eres.
-como los ignorantes al consejero: qué prudente eres.
-como los desamparados a su valedor: qué poderoso eres”.
*
De: Cien visitas a Jesús Sacramentado de Saturnino Junquera, S.J.

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