jueves, 22 de octubre de 2009

El material litúrgico (IV).

El Misal.
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El Misal es el libro oficial de la Iglesia, que contiene las preces y lecturas que deben recitarse en la celebración de la santa Misa y las ceremonias que deben observarse en ella.
Ceremonia es la acción que debe hacer el Sacerdote.
Rúbrica es el mandato que ordena lo que hay que hacer. Dícese rúbrica porque suele escribirse con tinta roja, rubro en latín.
Método muy excelente de oír la santa Misa es seguir los varios pasos de ella con el Misal, porque ofreciendo a una con el Sacerdote un mismo sacrificio, es natural que se conformen con él en las oraciones. Procure, sin embargo, cada uno oírla de la manera que le inspire más devoción.
El Misal Romano es el mismo en toda la Iglesia latina, y es obligatorio para todos sus Sacerdotes; no obstante, por respeto a antiguas tradiciones, se permiten algunas variantes en oraciones y ritos a los cartujos, Dominicos, etc.
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Las principales partes del Misal Romano son:
Preliminares.
Ordinario de la Misa.
Propio del Tiempo
Propio de los Santos.
Común de los Santos.
Misas votivas.
Oraciones diversas.
Misas de Difuntos.
Bendiciones varias.
Misas particulares.
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El Oficio propio del Tiempo comprende:
Adviento.
Navidad y Epifanía.
Septuagésima, Sexagésima y Quincuagésima.
Cuaresma.
Tiempo de Pasión.
Tiempo pascual.
Tiempo de Pentecostés.
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El Oficio común de Santos tiene los siguientes formularios:
Sumos Pontífices.
Un Mártir (fuera del Tiempo pascual).
Muchos Mártires (fuera del Tiempo pascual).
Mártires (T. pascual).
Confesor Pontífice.
Doctores.
Confesor no pontífice.
Abades.
Vírgenes.
No Vírgenes.
Dedicación iglesia.
Fiestas de la Virgen.
Santa María (sábados).
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El Propio de santos tras las Misas del Señor, de la Virgen María y de los santos que acurren durante el año, menos las comprendidas entre el 26 de diciembre al 5 de enero.
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El uso del Misal.
Conviene registrar siempre el misal antes de la Misa; y no precisamente en la iglesia, sino en casa. Para ello, procúrense los fieles un directorio de la iglesia en donde oyen la Misa.
Los registros o señales del Misal habrían de ser, por lo menos, cinco: Ordinario, Propio del Tiempo, Propio de Santos, Común de Santos y Oraciones diversas. A falta de cintas, pueden servirse de devotas estampas que causen devoción.
Sería bueno seguir siempre la misma Misa que dice el sacerdote; pero algunas veces quizá no sea esto posible, ya por celebrar en alguna iglesia particular, ya porque en ciertos días tiene el Sacerdote facultad de decir la que más devoción le inspire. También resultará, a veces, difícil a los fieles conocer exactamente la clase y número de las oraciones.
Como los fieles se sirven del misal como de un alimento de su piedad, no tengan reparo alguno en añadir o quitar algunas oraciones, o en cambiarlas por otras, porque a ellos no obliga ni el número ni la calidad. Recordemos las palabras de Pío XI: Actualmente en todas partes se hace liturgia, pero no siempre como sería necesario y Nós quisiéramos. Con frecuencia se da más importancia al aspecto externo, a la materialidad de las cosas, siendo así que lo más importante es el espíritu: rogar siguiendo el espíritu de la Iglesia en la plegaria. Y la Iglesia, continúa el mismo Papa, acepta modos deficientes e imperfectos de oración, porque se hace cargo de la flaqueza humana: lo que importa es rogar. De una manera semejante habla el Papa Pío XII.
No hay que leer la Misa sólo por leerla. Vale más leer poco despacio y con atención, que mucho y de prisa. Son de tanta unción espiritual las oraciones de la Iglesia que, cuanto más se leen, más gusto y pasto se halla en ellas.
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Tomado de Una Voce Cádiz.

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