viernes, 10 de abril de 2015

Monseñor Eladio Lazcano Sáa, 44 años de párroco.



Entre los curas párrocos de Casablanca destaca Monseñor Eladio Lazcano Sáa, quien se mantuvo en dicho cargo por más de cuatro décadas. Su recordada memoria entre los fieles de Casablanca nos exige que le dediquemos un apartado especial.
Nació en la ciudad de Santiago el 6 de enero de 1886, siendo sus padres don Alejandro Lazcano Aspée y doña María Emperatriz Sáa Lazcano. Cursó sus primeros estudios en el Colegio de Santo Tomás, pero sintiendo ya muy niño una vocación religiosa ingresó en segundo año de humanidades al Seminario de Santiago en el año 1901. Ingresó siendo rector monseñor Gilberto Fuenzalida e inspector monseñor Pío Alberto Fariña, quien fuera obispo auxiliar de Santiago.
Cuando don Eladio Lazcano cursaba el segundo año de Teología fue enviado al seminario San Pelayo de Talca, como inspector y profesor. Alumno aventajado, monseñor Lazcano estudiaba en Talca y volvía a Santiago para rendir sus exámenes.
Fue ordenado sacerdote en tiempos de monseñor Juan Ignacio González Eyzaguirre, el 24 de septiembre de 1910, cantando su primera misa el día siguiente. Vivían en esos tiempos uno de sus cinco hermanos y sus padres. Ya sacerdote volvió al seminario de Talca siendo vicerrector hasta el año 1917.
Al año siguiente, en el mes de marzo, dejó los libros al serle ofrecido ministerio parroquial y viajó a Casablanca, perteneciente entonces a la Arquidiócesis de Santiago. Monseñor Lazcano al llegar no conocía a Valparaíso, pero se encariñó con esta tierra y así al separarse Valparaíso para formar una nueva diócesis se quedó en su parroquia.
Don Eladio Lazcano ha sido uno de los sacerdotes que más tiempo ha permanecido en una parroquia que era la más extensa de la diócesis. De él dependían San José de la Costa, Quintay, La Vinilla, Los Orozcos, Los Ovalles y Marga Marga.
Más de diez de los más de cuarenta años de párroco los pasó absolutamente solo. Con ocasión de sus bodas de oro sacerdotales, en un periódico se le describía como: “Reacio, por una gran modestia, a contar las fatigas de su ministerio sacerdotal, Monseñor Lazcano confiesa, sin embargo, que las más duras fatigas de su vida parroquial son las largas caminatas para atender a los enfermos en los lugares más apartados de su parroquia”. Agregaba que “es quizás lo más duro, pero lo más consolador en la vida de un sacerdote. Muchas veces volvía mojado, solo en medio de la noche y bajo una lluvia inclemente agradeciendo a Dios que me había brindado la oportunidad de llegar y dar auxilio religioso oportuno a algún moribundo”.
Una de sus grandes obras fue el Santuario de Lo Vásquez dedicado a la Virgen María, y ubicado a 8 kilómetros de la ciudad de Casablanca. En 1918 cuando Monseñor Lazcano llegó era una capillita que andando el tiempo se transformó en el precioso templo en que ahora se venera a la Madre de Dios. La preocupación que demostró este párroco por la Virgen fue innegable; por eso es que sus restos mortales descansan al interior del santuario.

También Monseñor Lazcano fue un hombre dedicado a la labor educativa. En el desaparecido diario “La Unión de Valparaíso” de fecha 24 de septiembre de 1960, en el reportaje que se le hizo, se afirmaba que “en su parroquia tiene cuatro escuelas primarias de primer orden, dos de las cuales están ubicadas en Casablanca”. También se recalcaban las obras religiosas llevadas a cabo por su celo pastoral y que apuntaban “a la piedad y al ejercicio de la beneficencia y de la caridad cristianas”.
Monseñor Lazcano recibió el título honorífico de Monseñor y Camarero Secreto de Su Santidad, de parte de S.S. Pío XII, en reconocimiento a su apostólica y dilatada labor sacerdotal. El título le fue entregado por Monseñor Rafael Lira Infante.
Querido, respetado y admirado por generaciones –“a los que he bautizado, los casé, les bauticé los hijos, se los casé y también les he bautizado los nietos”, decía Monseñor Lazcano en el diario citado, fue objeto de diversas celebraciones y atenciones en la ciudad de Casablanca cuando cumplió sus bodas de oro sacerdotales.
Falleció el 24 de agosto de 1962.

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