martes, 28 de octubre de 2014

San Simón y San Judas Tadeo.

Apóstoles
1. Patrono de hospitales y trabajadores de hospital. Se invoca su intercesión en las causas perdidas e imposibles.
SAN SIMÓN Y SAN JUDAS TADEO, Apóstoles
Como vosotros no sois del mundo,
sino que os entresaqué yo del mundo,
por eso el mundo os aborrece.
(Juan 15, 19)
San Simón, de Caná en Galilea, y San Judas Tadeo, hijos de María de Cleofás y primos de Jesús, fueron a predicar el Evangelio, uno a Egipto, el otro a Mesopotamia. Después de treinta años de trabajos apostólicos, fueron llamados a Persia, en donde convirtieron a gran número de paganos. Las imágenes del sol y de la luna se quebraron cuando ellos lo ordenaron, y los demonios salieron de sus templos y emprendieron la fuga bajo la forma de negros etíopes. Los paganos, excitados por dos magos, se arrojaron sobre los santos apóstoles y los masacraron. Los instigadores del crimen perecieron fulminados por un rayo.
MEDITACIÓN
SOBRE SAN SIMÓN
Y SAN JUDAS TADEO
I. Dios llama a su servicio a los que Él ama; los separa del mundo, como hizo con estos dos apóstoles, hijos de María de Cleofás, prima de la Santísima Virgen. Jesús amaba particularmente a estos dos hermanos, gracias, sin duda, a la intercesión de María en su favor. Dios sólo es quien nos llama a su servicio, mas, ¡cuántas almas deben su vocación a la Santísima Virgen! Renunciemos al mundo, y seremos más grandes que sus honores y que toda su gloria (San Cipriano).
II. El mundo persiguió a estos dos apóstoles y les dio muerte, porque disipaban sus tinieblas con la luz del Evangelio. Hombres apostólicos: la persecución será siempre vuestra parte. Vosotros aborrecéis al mundo, no os asombréis de que él os pague con la misma moneda. Regocijaos, porque cuanto más disgustéis a los hombres, más agradaréis al Señor. El mundo ama sólo a los que se le parecen.
III. Las amenazas, las calumnias, los tormentos y la muerte no fueron suficientes para detener el celo de los dos ilustres hermanos. El mundo se esforzará por hacer fracasar todo lo que emprendáis por amor a Dios; pero no os dejéis abatir: avanzad, Dios os hará triunfar contra todos los obstáculos. No busquemos agradar a los hombres; alegrémonos más bien de disgustar a aquellos a quienes Dios mismo ha disgustado (San Paulino).
El desprecio del mundo.
Orad por la conversión de la India.
ORACIÓN
Oh Dios, que os servisteis de los bienaventurados apóstoles Simón y Judas Tadeo para conducirnos al conocimiento de vuestro santo Nombre, haced que celebremos su gloria eterna avanzando en la virtud, y que avancemos en la virtud celebrando su gloria. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo IV; Patron Saints Index.

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