La reliquia jerosolimitana de la Santa Cruz fue capturada por el Rey Cosroes Parviz de los Persas en el 614, y fue recuperada el 3 de mayo del 328 por el Emperador Heraclio. Es éste el origen de esta fiesta.
En las Iglesias de ámbito galicano, por una falsa interpretación, celebraban la Invención de la Santa Cruz el 3 de mayo y no el 14 de septiembre. En el Leccionario de Silos, ca. 650, se conoce esta jornada como dies crucis. Cuando se refundió el Sacramentario Gelasiano con los libros litúrgicos galicanos en época carolingia, hacia el 800, que posteriormente se adoptaron en Roma, se adoptó la fiesta del 3 de mayo con el título de Invención de la Santa Cruz y se conservó la del 14 de septiembre con el de Exaltación de la Santa Cruz.
En 1969 fue suprimida en beneficio de la más antigua del 14 de septiembre excepto en Hispanoamérica, que ha prevalecido ésta por su importancia dentro de la religiosidad popular.
Por ejemplo, en la ciudad de Corrientes, capital de la provincia argentina homónima, se conmemora la Santísima Cruz de los Milagros, prodigioso acontecimiento ocurrido al fundarse esta ciudad, en cuya oportunidad los indígenas prendieron fuego a la cruz que plantaron los españoles en el fuerte, pero al contemplar que a pesar de arder, la cruz no se quemaba, los indios se retiraron, con lo que se salvó la ciudad. Tradicional y antiquísima es también la fiesta del Santo Cristo de la Buena Muerte en la localidad de Reducción, en la provincia argentina de Córdoba.
Ramón de la Campa Carmona
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