La Iglesia, después de habernos manifestado la Encarnación del Hijo de Dios, nos revela todas las grandezas de su Santísimo Nombre. A los niños judíos se les solía imponer el nombre al circuncidarlos. De ahí que la Iglesia traiga hoy el mismo Evangelio que el día de la Circuncisión. Jesús significa Salvador, porque "no se ha dado a los hombres ningún otro por el cual deban ser salvos" (Epístola). Si queremos "alegrarnos de ver un día escritos nuestros nombres junto al nombre de Jesús en los cielos" (Poscomunión), traigámoslo a menudo en nuestros labios; una indulgencia parcial (300 días anteriormente) está concedida a los que invocan con reverencia los nombres de Jesús, María y José. Indulgencia Plenaria con las condiciones habituales si cada día durante un mes se invocaren con reverencia (Sac. Pæn. Ap.) Jesús es su Nombre, que es - dice San Bernardo - miel en la boca, música en el oido y melodía en el corazón.
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