miércoles, 6 de febrero de 2013

Santa Dorotea.


Virgen y Mártir
† martirizada hacia el año 303 en Cesarea, Capadocia
Patrona de floristas; jardineros; novias; recién casados.
SANTA DOROTEA, Virgen y Mártir
¿Quién podrá separarnos del amor de Cristo?
¿Acaso la tribulación, o la angustia, o el hambre,
o la desnudez, o el peligro, o la persecución, o el cuchillo?
(Romanos 8, 35)
Santa Dorotea es representada con rosas en la mano. Estas flores son prendas preciosas del amor de Jesús, su divino Esposo. En el momento en que iba a ser muerta, un pagano, llamado Teófilo le declaró que creería en el Dios de los cristianos, si le mostraba flores y frutos del huerto de su Esposo. Dorotea levantó los ojos al cielo y un ángel le trajo una canastilla con tres rosas y tres manzanas. Este milagro convirtió a Teófilo, que, con Dorotea, recibió la corona del martirio, hacia el año 303.
MEDITACIÓN
SOBRE LA CASTIDAD
REPRESENTADA POR LA ROSA
I. Considera las rosas que trae el ángel a Dorotea; descubrirás en ellas tres cualidades que debe poseer una virgen para conservar la pureza. El color de la rosa es el pudor, y el pudor es el compañero de la virtud. ¿Quieres ser casto? Ten pudor; él guarda las murallas de tu corazón. Huye de los lugares donde se ven o se oyen cosas capaces de herir la pureza y de avergonzar a la virtud.
II. Tiene la rosa sus espinas, que punzan a todos los que se le aproximan, nobles o ricos, rústicos o pobres. ¡Qué gran lección para una virgen! Siempre debe conservar una circunspección y una severidad que aparten de ella a las personas de vida desordenada; nunca debe complacerse en palabras, ni en actos, por mínimamente deshonestos que sean. Además, las espinas son emblema de la mortificación, y la mortificación es la salvaguardia de la pureza del cuerpo y del alma. Sin ella, imposible conservarse puro.
III. La rosa se eleva hacia el cielo, como para decir que sólo tiene belleza y amor para Dios, y que de Él espera el rocío y la luz necesarios para su conservación. Almas castas, pedid a Dios la pureza, no os fiéis de vosotras mismas; si Dios no os la concede, inútiles son vuestros cuidados y austeridades. Aprended de esta flor, vírgenes consagradas a Dios, que no debéis tener belleza sino para agradar a Dios, ni amor sino para Él. Que las vírgenes no busquen otra cosa que agradar a Dios, porque de Él solo esperan la recompensa de su virginidad (San Cipriano).
La confianza en Dios.
Orad por vuestros amigos.
ORACIÓN
Que la bienaventurada Dorotea, virgen y mártir, implore por nosotros, oh Señor, vuestra misericordia, ella que siempre os fue agradable por la hermosura de su castidad y por su valentía en confesar vuestro Santo Nombre. Por J. C. N. S.

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