sábado, 14 de enero de 2012

Martirologio Romano (1956).

14 de Enero

SAN HILARIO, Obispo, Confesor y Doctor de la Iglesia

  1. San Hilario, Obispo de Poitiers, Confesor y Doctor de la Iglesia, que tal día como ayer voló al cielo.
  2. En Nola de Campania, el tránsito de san Félix, Presbítero, a quien, según escribe el Obispo san Paulino, primero atormentaron y echaron en una prisión los verdugos; mas, cuando le tenían atado y extendido sobre conchas y cascos, de noche un Ángel le desató y sacó libre; después, pasada la persecución, habiendo allí mismo convertido muchos con su santa vida y doctrina a la fe de Cristo, esclarecido en milagros, murió en paz.
  3. En Judea, san Malaquías, Profeta.
  4. En el monte Sinaí, treinta y ocho santos Monjes, martirizados por los Sarracenos, en odio a la fe de Cristo.
  5. En la región de Raiti, en Egipto, cuarenta y tres santos Monjes, que, en odio a la religión Cristiana, fueron muertos por los Blemios.
  6. En Milán, san Dacio, Obispo y Confesor, de quien hace mención san Gregorio Papa.
  7. En África, san Eufrasio, Obispo.
  8. En Neocesarea del Ponto, santa Macrina, discípula de san Gregorio Taumaturgo, y abuela de san Basilio, la cual educó en la fe al mismo Basilio.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

viernes, 13 de enero de 2012

Conmemoración del Bautismo del Señor.

Et testimónium perhíbuit Joánnes, dicens: Quia vidi Spíritum descendéntem quasi colúmbam de caelo, et mansit super eum (Y Juan dio testimonio diciendo: Yo he visto al Espíritu que descendía del cielo en forma de paloma, y reposó sobre Él), leemos en el Evangelio de hoy en que conmemoramos el Bautismo del Señor en el río Jordán.
Jesús se dirigió al Jordán, donde Juan bautizaba y predicaba. Allí, bajo la acción del Bautista, se había trasladado el centro de la vida religiosa nacional y florecía en toda su intensidad la esperanza en la venida del Mesías. Allí era, pues, el lugar más apropiado para empezar su apostolado, y allí fue para hacerse también bautizar. ¿Por qué quiso el Señor ser bautizado por San Juan? En primer lugar, para consagrar así toda la misión del Bautista, principalmente su bautismo como figura del bautismo cristiano, y para santificar, honrar y recompensar a Juan por su fidelidad, su celo y su gran abnegación. En segundo lugar, quería el Salvador, en aquella ocasión, revelarse ante el pueblo y ser iniciado por Dios en su vocación. En tercer lugar, se proponía darnos ejemplo de humildad, y de celo para aprovechar todos los medios de salvación, entonces ordenados por Dios, aunque El no viniese obligado a ello. Uno de estos medios de salvación era el bautismo de penitencia, y la voluntad de Dios era que todos lo recibiesen, aunque no de precepto, pero sí de consejo.
¡Es muy digno de notarse que el primer acto público de Jesús es un acto de inconcebible humildad, de aniquilamiento propio y de penitencia! Con esto se proponía el Salvador prefigurar en sí mismo el bautismo cristiano, y animar con su ejemplo a todos los hombres a que lo recibiesen. Nada obstaba a que recibiese el bautismo figurativo de Juan, porque no era más que una confesión y un medio de penitencia; y Cristo es el representante, el fundador y el modelo de la humanidad que expía y se santifica. Por esto se hizo bautizar, invitando así a todos a recibir el bautismo.
Al salir Jesús del agua del Jordán, aparecieron sobre El signos visibles celestiales. El cielo se abrió inundando el espacio con su gloria, el Espíritu Santo bajó visiblemente sobre El en figura de una blanca paloma deslumbrante y resonó una potente voz: “Este es mi Hijo muy amado, en él tengo mis complacencias”. La significación de este signo fue ante todo una revelación del Salvador, la más gloriosa y solemne de cuantas hasta ahora habían tenido lugar, pues la Santísima Trinidad misma es la que da testimonio, el más claro, el más glorioso y el más público posible, de la Divinidad del Salvador. Aquella aparición fue una recompensa al Salvador por su humildad, por su obscuridad, por su obediencia y por su sumisión en el bautismo. Estos signos celestiales, son, por así decirlo, la ejecutoria de Jesús para su apostolado público, como profeta, como sacerdote y como rey, y el comienzo oficial de su misión. Finalmente, el bautismo de Cristo además de dar lugar a una revelación de la divinidad de éste, es la revelación y el fundamento del sacramento del bautismo, y sobre todo de su necesidad. Desde ahora el bautismo será usado como medio indispensable de salvación. Lo que visiblemente tuvo lugar en el bautismo del Salvador, esto mismo sucede invisiblemente en todo bautismo cristiano.
Es, pues, el bautismo del Señor un alto y trascendental misterio. Es la solemne revelación de la Divinidad de Cristo en medio de su humildad y anonadamiento. Es el punto culminante del apostolado de Juan, y la figura del bautismo de la Iglesia y de todo el género humano. Por esto dicen los Santos Padres que Cristo, en su bautismo en el Jordán, sumergió y sacó consigo, de las aguas, el universo todo.

jueves, 12 de enero de 2012

SAN ARCADIO.

Mártir
† martirizado hacia el año 302 en Cesarea

SAN ARCADIO, Mártir

Si con Él padecemos, reinaremos también con Él;
si lo negáremos, Él nos negará igualmente.
(2 Timoteo 2, 12)

San Arcadio se retiró a la soledad durante la persecución, mas no lo hizo sino para adquirir en ella fuerzas a fin de combatir con mayor coraje. Presentose al tirano. Fue cortado en pedazos, pero los suplicios le resultaron dulces, porque lo hacían semejante a Jesucristo en la tierra, y le aseguraban su dicha en el cielo.

MEDITACIÓN
SOBRE LOS SUFRIMIENTOS

I. Pecador, es preciso sufrir en esta vida para no sufrir en la otra; es menester que borres tus delitos con tus trabajos, tus lágrimas y tu sangre: no hay otro medio para que vuelvas a gozar del favor de Dios. Él te envía sufrimientos: recíbelos como remedios para las enfermedades de tu alma. Siempre quieres pecar y no quieres hacer penitencia: ten cuidado, te encuentras en un estado peligroso. Es necesario satisfacer a Dios en este mundo o en el otro. Elige.

II. Pecadores convertidos, que habéis tenido la felicidad de reconciliaros con Dios, no os creáis que ya podéis dejar de llorar vuestros pecados y cesar de sufrir para borrarlos. Aun cuando se os hubiera revelado, como a Magdalena, que vuestros pecados han sido perdonados, menester sería, sin embargo, hacer como ella penitencia, todo el resto de vuestros días. Temblad, llorad siempre, pues no sabéis si sois dignos de odio o de amor de Dios. Aunque no hubierais cometido sino un solo pecado, sería suficiente como para obligaros a llorar eternamente.

III. Almas santas que aspiráis a la perfección, aun cuando fueseis arrebatadas todos los días hasta el tercer cielo, como San Pablo, no os creáis por eso dispensadas de hacer penitencia. Vuestras contemplaciones haríanse sospechosas, si no van acompañadas del amor a los sufrimientos. Si amáis sólidamente a Jesús, querréis asemejaros a Él sufriendo con Él. Tendréis motivo para esperar la gloria de Jesucristo, si participáis en los dolores de su pasión.

La paciencia.
Orad por vuestros enemigos.

ORACIÓN

Os suplicamos, oh Dios omnipotente, que hagáis que por la intercesión del bienaventurado Arcadio, vuestro mártir, cuyo nacimiento al cielo celebramos, seamos fortificados en el amor de vuestro Nombre. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
12 de enero

miércoles, 11 de enero de 2012

Martirologio Romano (1956).

11 de Enero

SAN HIGINIO, Papa y Mártir

  1. En Roma, san Higinio, Papa y Mártir, que en la persecución de Antonino consumó gloriosamente el martirio.
  2. En Roma también el triunfo de san Melquíades, Papa y Mártir, que en la persecución de Maximiano padeció muchas penalidades, y restituída la paz a la Iglesia, descansó en el Señor. Su fiesta se celebra el 10 de Diciembre.
  3. En Fermo del Piceno, san Alejandro, Obispo y Mártir.
  4. En Amiéns de Francia, san Salvio, Obispo y Mártir.
  5. En África, san Salvio, Mártir, en cuya fiesta predicó san Agustín un sermón al pueblo de Cartago.
  6. En Alejandría, los santos Mártires Pedro, Severo y Leucio.
  7. En Brindis, san Leucio, Obispo y Confesor.
  8. En Judea, san Teodosio Cenobiarca, natural de Magariaso, aldea de Capadocia; el cual, habiendo padecido mucho por la fe católica, al fin descansó en paz en el monasterio que él había edificado sobre un monte solitario de la diócesis de Jerusalén.
  9. En la Tebaida, san Palemón, Abad, que fue maestro de san Pacomio.
  10. En Supentonia, al pie del monte Soractes, san Anastasio, Monje, y sus Compañeros, los cuales, llamados del cielo, pasaron felizmente al Señor.
  11. En Pavía, santa Honorata, Virgen.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

lunes, 9 de enero de 2012

SAN ADRIANO.

Abad
n. hacia el año 635 en África; † 710 en Cantórbery, Inglaterra

SAN ADRIANO, Abad

Gozaos por cuanto vuestros nombres
están escritos en el cielo.
(Lucas 10, 20)

San Adriano, nacido en África, era abad de Niridano, cerca de Nápoles, cuando el Papa Vitaliano lo señaló como candidato a arzobispo de Cantórbery. El humilde siervo de Dios declinó esta dignidad recomendando en su lugar a San Teodoro, pero aceptó partir con él para la lejana Inglaterra. Constituyolo el Papa asistente y consejero del arzobispo. Éste le confió el gobierno del monasterio de los Santos Pedro y Pablo de Cantórbery, llamado más tarde de San Agustín. San Adriano enseñó en él las letras divinas y humanas y, sobre todo, dio allí ejemplo vivo de virtudes. Murió en el año 710.

MEDITACIÓN
SOBRE LA NECESIDAD
DE TRABAJAR PARA SALVARSE

I. Dios quiere que seas un predestinado. Es tan grande su amor por los hombres, que quiere salvar a todos. Para esto les ha dado a su Hijo, para enseñarles el camino del cielo; para esto les ha dado sus mandamientos, ha establecido los sacramentos y les acuerda tantas gracias. ¡Cuán obligados estamos para con Vos, oh Bondad infinita, por tantos medios de salvación como habéis puesto a nuestro alcance! ¿Has agradecido a Dios estos favores, los has aprovechado? ¿Cómo has trabajado hasta el presente en el negocio de tu salvación?

II. Te puedes salvar, tienes entre manos la vida y la muerte, el paraíso y el infierno; tienes libertad; la gracia nunca te falta. ¡No depende sino de mí el ser eternamente feliz; mi salvación depende de mis esfuerzos durante esta vida, y dejo yo correr inútilmente el tiempo que Dios me ha dado para que trabaje por ella! Puesto que mi salvación está en mi poder, y puesto que puedo, si quiero, ser amigo de Dios, ¿por qué no lo seré desde ahora?

III. No quieres conseguir tu salvación, ahora que lo puedes; tal vez llegue el día en que querrás hacerlo, pero, ¡ay!, ya no será tiempo. No, no quieres salvarte, pues desprecias los medios que se te dan para salvarte, y rehusas renunciar a tus placeres. Servir al mismo tiempo a Dios y al mundo es algo imposible. Trabaja pues en tu salvación, mientras tienes tiempo todavía; camina mientras tienes luz, no sea que te sorprendan las tinieblas (Jesucristo).

El cuidado de la salvación.
Orad por los enfermos.

ORACIÓN

Haced, os lo rogamos, Señor, que la intercesión de San Adriano, abad, nos haga agradables ante vuestra Majestad, a fin de que obtengamos por su asistencia lo que no podemos esperar de nuestros méritos. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
9 de enero

domingo, 8 de enero de 2012

Sagrada Familia.

Quiere la Iglesia que, además de los días dedicados a festejar separadamente al Niño Jesús, a María Santísima y al Patriarca San José, se haga recuerdo hoy de los tres juntos como formando la familia tipo, ejemplar y modelo de lo que debe ser, según Dios y el Evangelio, la familia cristiana de nuestro tiempos. En este concepto, se venera hoy al Hijo de Dios como hijo de familia, a María como madre de familia, y a José como padre y jefe de familia; y se recuerda a los padres y a las madres y a los hijos atolondrados de hoy, su condición de tales y sus respectivos y mutuos deberes, y la obligación de todos juntos para con Dios. Esto ha tenido presente la Iglesia al renovar con la fiesta de la Sagrada Familia el hermoso ideal de la antigua familia cristiana, a la que anhela reconducir otra vez al mundo, hijo pródigo y prófugo de ella, que ha convertido al hogar en un hotel, si es rico, o en un figón, si es pobre.
En esa humilde casita de Nazarét, Jesús, María y José santificaron la vida familiar mediante el ejercicio de las virtudes domésticas. En ella practicaron la caridad, la mutua ayuda, el respeto y la obediencia; en ella, encontraron el gozo y la paz en el recogimiento y en la oración común.
Lastimoso es el estado en que hoy día se encuentra la familia cristiana, célula de las sociedades.
Muchas ruinas hay en ella, ruinas que tan sólo se repararán procurando imitar las virtudes que se practicaron en la familia integrada por José, María y Jesús.
*

sábado, 7 de enero de 2012

Misa Tridentina.

INVITACION
*
Se invita cordialmente a Ud. y Familia a la
a la SANTA MISA TRIDENTINA
(en latín y con canto gregoriano)
Domingo 8 de enero de 2012
a las 17:00 hrs
Parroquia Santa Bárbara de Casablanca
*
Previamente a las 16:30 hrs Confesiones y rezo
del Santo Rosario.

HAGA EXTENSIVA ESTA INVITACION A SUS CONOCIDOS.

viernes, 6 de enero de 2012

EPIFANÍA DE NUESTRO SEÑOR.

EPIFANÍA DE NUESTRO SEÑOR

Hallaron al Niño con María, su Madre,
y prosternándose lo adoraron;
y abiertos sus cofres le ofrecieron presentes
de oro, incienso y mirra.
(Mateo 2, 11)

Unos magos de Oriente reciben aviso del nacimiento del Hijo de Dios por medio de la aparición de una estrella milagrosa. Dejan su reino y van a Jerusalén a buscar a ese Dios. Túrbase Herodes ante la noticia; disimula sin embargo su pavor, y ruega a los magos que regresen a Jerusalén después que hayan adorado al recién nacido, en Belén. Pero éstos, advertidos en sueños de que no vuelvan a Herodes, retornan a su país por otro camino.

MEDITACIÓN
SOBRE LOS PRESENTES
DE LOS MAGOS

I. Los Magos ofrendaron mirra a Nuestro Señor para honrar su humanidad. Jesús es Hombre, y lo es por amor nuestro, porque por amor nuestro tomó un cuerpo semejante al nuestro. Amémoslo, pues, y ofrendémosle nuestro cuerpo. Este cuerpo es vuestro, ¡oh Jesús mío!, disponed de él como os plazca, sano o enfermo, vivo o muerto. ¡Qué feliz sería si pudiese sufrir con Vos para reinar un día también con Vos! Me habéis rescatado todo entero a fin de poseerme todo entero (San Agustín).

II. Jesús es hombre, mas también es Rey. Por eso se le ofrenda oro. Es el dueño de nuestros bienes, Él nos los dio; debemos servirnos de ellos para honrarlo, para engalanar sus altares, para socorrer a los pobres. Ve a Jesús en sus pobres, con la fe de los Magos que, contemplando en el pesebre a un niño pobre y abandonado, lo reconocieron como a su Rey y a su Dios. Si eres pobre, ofrece a Jesús tu pobreza; esta ofrenda le será más agradable que todos los tesoros de la tierra.

III. Los Magos ofrecieron incienso a Jesús, y reconocieron así su Divinidad. El incienso que tú le debes presentar es la oración que eleva a tu alma hasta Dios. Humíllate ante este Soberano, ofrécele todas las potencias de tu alma, adóralo, témelo. Acuérdate sobre todo que los Magos volvieron por otro camino; cambia de vida a ejemplo suyo, y después de haberte dado a Jesucristo, no te des más al mundo. Por el cambio de ruta entendemos el cambio de vida (Eusebio).

La devoción.
Orad por los que os gobiernan.

ORACIÓN

Oh Dios que en este día hicisteis que los gentiles conocieran a vuestro Unigénito, dándoles una estrella por guía, haced que, conociéndoos ya por la fe, nos elevemos a la contemplación de vuestra gloria. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
6 de enero

jueves, 5 de enero de 2012

SAN TELÉSFORO.

Papa y Mártir
† martirizado hacia el año 138

SAN TELÉSFORO, Papa y Mártir

Venid, benditos de mi Padre, a tomar posesión del reino
que os está preparado desde el principio del mundo.
(Mateo 25, 34)

San Telésforo, griego de nacimiento, sucedió al Papa Sixto I, y fue el octavo obispo de Roma. Tuvo el dolor de ver los estragos causados en la Iglesia por la persecución del emperador Adriano. Sabemos, por San Ireneo, que terminó gloriosamente su vida con el martirio, cerca del año 136; por espacio de diez años había ocupado la cátedra de San Pedro.

MEDITACIÓN
SOBRE LA GLORIA DEL PARAÍSO

I. En el cielo se posee a Dios y, poseyéndolo, gózase de todos los bienes. Jamás estamos contentos en este valle de lágrimas; lo estaremos en la mansión de los Bienaventurados. Privémonos, pues, de estos placeres tan fugaces, tan poco capaces de satisfacernos, a fin de que gocemos de las delicias del cielo. Placeres, honores, riquezas, ¡cuán despreciables aparecéis para quien considera el cielo! ¡Ah, Señor, yo puedo conseguir esta dicha, pero no puedo concebir su inmensidad!

II. En el cielo encontrarás todo lo que deseas y ya no volverás a hallar nada de lo que te disgusta. No más lágrimas, ni suspiros, ni dolores, ni tristezas. En esta vida no hay placer que no esté mezclado con amargura; allí habrá toda clase de bienes sin mezcla de mal alguno. ¡Es, pues, muy razonable que sufra algo para gozar de tantas delicias!

III. ¿Cuánto durará ese estado de gloria? Toda una eternidad; y los santos tendrán la seguridad de que su felicidad es eterna. ¡Oh eternidad bienaventurada! ¡Qué no harían los cristianos para poseerte si te comprendiesen! Todo lo que es eterno es grande, lo demás pequeño. Trabajemos para la eternidad y despreciaremos todos los bienes de esta vida. ¿Quién no sentirá que se desvanece su tristeza al pensar que, por un momento de prueba…, tendremos una eternidad de dicha? (San Gregorio).

El pensamiento del Paraíso.
Orad por los pecadores.

ORACIÓN

Pastor eterno, mirad con benevolencia a vuestro rebaño, y cuidadlo con protección constante por medio de vuestro bienaventurado Mártir y Soberano Pontífice Telésforo, a quien constituiste pastor de toda la Iglesia. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
5 de enero

miércoles, 4 de enero de 2012

Martirologio Romano (1956).

4 de Enero

  1. En Creta, el nacimiento para el cielo de san Tito, el cual, ordenado por el Apóstol san Pablo Obispo de los Cretenses, y cumplido fidelísimamente el ministerio de la predicación, alcanzó dichoso fin y fue sepultado en la Iglesia donde el Apóstol le había puesto, cual digno ministro del Señor. Su fiesta se celebra el día 6 de Febrero.
  2. En Roma, los santos Mártires Prisco, Presbítero, Prisciliano, Clérigo, y Benita, mujer religiosa; los cuales, en tiempo del impiísimo Juliano, consumaron el martirio por la espada.
  3. En Roma también santa Dafrosa, mujer de san Flaviano Mártir, y madre de las santas Bibiana y Demetria, Vírgenes y Mártires; la cual, después del martirio de su marido, fue, de orden del mismo Emperador Juliano, primero desterrada y últimamente degollada.
  4. En Bolonia, los santos Hermes, Ageo y Cayo, Mártires; los cuales padecieron bajo el Emperador Maximiano.
  5. En Adrumeto de África, la conmemoración de san Mavilo, Mártir, que en la persecución del Emperador Severo, echado a las fieras por el cruelísimo Presidente Escápula, recibió la corona del martirio.
  6. En África igualmente, los preclarísimos Mártires Aquilino, Gémino, Eugenio, Marciano, Quinto, Teódoto y Trifón.
  7. SAN GREGORIO, Obispo y Confesor

  8. En Langres de Francia, san Gregorio, Obispo, esclarecido en milagros.
  9. En Reims de Francia, san Rigoberto, Obispo y Confesor.

Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

martes, 3 de enero de 2012

SANTA GENOVEVA.

Virgen
n. 422 en Nanterre, Francia; † 500 en París, Francia

Protectora contra la fiebre; plagas; desastres.

SANTA GENOVEVA, Virgen

Estad apercibidos, porque a la hora que menos penséis
ha de venir el Hijo del hombre.
(Mateo 24, 44)

Santa Genoveva comenzó a servir al Señor a la edad de 7 años; consagrose por entero a Jesucristo haciendo voto de castidad, próxima a cumplir los 15. Cuando Atila estaba cerca de París con su ejército, esta santa aseguró que no entraría en la ciudad, e impidió que los habitantes la dejasen. Se cumplió su profecía. Obraba milagros; a menudo, no comía sino dos veces a la semana. Murió llena de méritos, hacia el año 500.

MEDITACIÓN
SOBRE LA MUERTE

I. Morirás; nada es más cierto, es el orden dispuesto por Dios: hasta ahora todos los hombres han obedecido a su decreto. ¿Lo crees? ¿Piensas en ello? ¿Comprendes el significado de estas palabras: yo moriré? Significan que dejarás a tus parientes, a tus amigos, a tus bienes; tu cuerpo será enterrado, tus ojos no verán más, tu lengua no hablará más. ¿Por qué, pues, apegarme tan fuertemente a estos bienes que debo abandonar? ¿Por qué mimar tanto a este cuerpo destinado a convertirse en pasto de gusanos? Yo moriré…: medita estas palabras.

II. Ignoro el tiempo y el lugar de mi muerte. No puedo prometerme ni siquiera un momento de vida. ¿Cuántos que ni siquiera piensan en la muerte morirán hoy? Si Dios me arrebatase en el estado en que estoy, ¿a qué sería reducido? ¿A dónde iría? ¿Quién me asegura que tendré, en lo porvenir, tiempo para hacer penitencia? ¡Ah! Puesto que no sé ni en qué tiempo ni en qué lugar la muerte me habrá de sorprender, es preciso que la espere en todo tiempo y en todo lugar.

III. ¿En qué estado moriré: en gracia de Dios o en pecado? No lo puedo saber. Ignoro si la muerte será para mi un tránsito de la tierra a la gloria del cielo o, en cambio, a los suplicios del infierno. ¿Podemos pensar en serio en esta verdad y no sobrecogemos de terror? Es menester que, en adelante, asegure mi salvación y que viva, este año y todos los días de mi vida, como si debiese morir cada día. Haz ahora lo que, en la hora de la muerte, quisieras haber hecho.

El pensamiento de la muerte.
Orad por los agonizantes.

ORACIÓN

Escuchadnos, oh Dios que sois nuestra salvación, a fin de que la fiesta de vuestra santa virgen Genoveva alegre nuestra alma y la enriquezca con los sentimientos de una tierna devoción. Por J. C. N. S.

Martirologio Romano (1956)
3 de enero

lunes, 2 de enero de 2012

El Santísimo Nombre de JESUS.

Homilía del día de su fiesta

En efecto, el Nombre de Jesús contiene en sí mismo toda la religión cristiana: la Persona que lo lleva es la secunda Persona de la Trinidad, encarnada, hecha hombre. Y este Nombre estaba inscrito en la Cruz, es el Nombre del Redentor. Es como una predicación, un sacramental poderoso, una bendición de Cristo; una gracia está vinculada al Nombre de Jesús. Aleja la tentación, pacifica el alma perturbada. San Pío Xº había otorgado una indulgencia de trescientos días a los que dicen con fervor ¡“JESÚS mío, misericordia”! El demonio tiembla a oírlo; ni lo puede pronunciar, como lo atestiguan los exorcistas; porque el Nombre de JESÚS le recuerda su derrota, su condenación. ¡Ya le arrancó tantas almas!

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Queridos fieles,

En el principio de cada año, la Santa Iglesia, usando las palabras de San Pablo, nos invita a vivir sobria, justa y piadosamente. ¡Qué excelente manera de responder a su invitación pronunciando y adorando el Santísimo Nombre de JESÚS, que festejamos en el primer Domingo del año 2010!

Que al Nombre de JESÚS toda rodilla se doble, en los cielos, en la tierra y en el infierno.

No se ha dado a los hombres otro Nombre debajo del Cielo por el cual podamos salvarnos.

Este Nombre, el Nombre del Mesías, había sido anunciado por ángeles a San José y a la santísima Virgen. Significa “SALVADOR”, y no sólo lo significa sino que también trae consigo la salvación, salvación de las almas y a veces incluso del cuerpo, como nos lo narra el evangelio de hoy.

Un misionero de África nos contó un día que solamente el hecho de pronunciar con fe el Nombre de Jesús, conmovía y convertía el corazón de muchos infieles.

En efecto, el Nombre de Jesús contiene en sí mismo toda la religión cristiana: la Persona que lo lleva es la secunda Persona de la Trinidad, encarnada, hecha hombre. Y este Nombre estaba inscrito en la Cruz, es el Nombre del Redentor. Es como una predicación, un sacramental poderoso, una bendición de Cristo; una gracia está vinculada al Nombre de Jesús. Aleja la tentación, pacifica el alma perturbada. San Pío Xº había otorgado una indulgencia de trescientos días a los que dicen con fervor ¡“JESÚS mío, misericordia”! El demonio tiembla a oírlo; ni lo puede pronunciar, como lo atestiguan los exorcistas; porque el Nombre de JESÚS le recuerda su derrota, su condenación. ¡Ya le arrancó tantas almas!

Está escrito en toda parte en la Iglesia: sobre las hostias, los ornamentos, sus edificios, los cálices. IHS, eso es “IESUS, hominum Salvator”, “JESÚS, Salvador de los hombres”.

Con qué respeto y adoración debemos pronunciar el Santísimo Nombre de Jesús. Antiguamente no se decía sin sacarse el sombrero, o inclinar la cabeza. Era la primera palabra que los niños aprendían, y la última de los agonizantes. Muchos mártires, como San Juan de Brito, San Juana de Arco, unieron la Palabra “JESÚS” con su último suspiro. San Bernardino de Siena lo predicaba sin cesar, y su devoción contribuyó mucho a su difusión. San Bernardo escribió maravillosamente sobre Él: “Es miel a la boca, melodía al oído, alegría al corazón (…); “Oleum effusum Nomen tuum” , Tu Nombre es un aceite derramado. No es en vano que el Espíritu Santo ha comparado el aceite con el Nombre del Esposo: como el aceite ilumina, alimenta y cura, así el Nombre de JESÚS es luz, alimento y remedio; Ilumina cuando se lo publica, alimenta cuando se lo medita, unge y suaviza todos los males cuando se lo invoca.

No lo pronunciemos nunca sin fe, sin respeto, sin razón, o como por superstición. Por lo menos hoy, recemos las hermosas letanías del santísimo Nombre de JESÚS, que está en muchos misales y en los devocionarios, como el de los ejercicios espirituales.

Hay un solo Dios, Creador y Salvador. Hay un solo Nombre que salva. El Nombre de “JESÚS” designa la misión, la naturaleza misma de Nuestro Señor, es, de un cierto modo, JESÚS que sigue actuando, curando, salvando. Dijo San Pedro al paralítico: “En el Nombre de JESÚS, levántate y camina”. Se unen, se identifican en el Nombre de JESÚS el medio y el fin, el camino de esta vida y el Cielo eterno. En efecto, dice San Juan: “He escrito estas cosas para vosotros que creeis en el Nombre del Hijo de Dios, para que sepais que tienen la vida eterna. Por lo tanto, los que no creen en el Nombre de JESÚS no tienen la vida eterna. ¡Qué clara condenación del ecumenismo con su Dios común a todas las religiones, un Dios sin Nombre, sin salvación, sin existencia!

Sea por siempre alabado el Santísimo Nombre de JESÚS

y con Él, el Santísimo Nombre de MARÍA.

Ave María Purísima

En el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.


domingo, 1 de enero de 2012

Octava de la Natividad del Señor (1 de enero).

(1ª clase - Ornamentos blancos)

La liturgia de hoy celebra como tres fiestas juntas:
1. La primera es la que los Sacramentarios antiguos designan con el título de "En la Octava del Señor". Hace ya ocho días que Jesús nació.
2. La segunda fiesta nos recuerda que, si tenemos a Jesús, después de Dios se lo debemos a María.
3. La tercera fiesta es la de la Circuncisión. Moisés impuso en nombre de Dios ese rito purificatorio, imagen del Bautismo, a todos los israelitas varones el día octavo de su nacimiento (Evangelio).
Era una figura del Bautismo, por el cual el hombre es espiritualmente circuncidado. "Veis, dice San Ambrosio, cómo toda la Ley Antigua fue imagen del futuro: porque la circuncisión significa la expiación de los pecados. El que es circuncidado espiritualmente por la poda de sus vicios es juzgado digno de las miradas del Señor" (Maitines). Esa sangre divina fue la primera que vertió el
Señor y Salvador nuestro para lavar con ella nuestras almas, y así nos inculca la Iglesia como hemos de cortar todo brote vicioso que en nosotros veamos. "Jesucristo se entregó a Sí mismo para redimirnos de toda iniquidad y purificarnos" (Epístola). "Dígnate, Señor, purificarnos mediante estos santos Misterios, y esta comunión nos purgue de nuestros pecados" (Oraciones Secreta y Poscomunión).
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