jueves, 14 de noviembre de 2013

San Lorenzo de Dublín.

Obispo y Confesor
n. 1128 en Kildare, Irlanda;
† 14 de noviembre de 1180 en Eu (Normandía), Francia
SAN LORENZO DE DUBLÍN, Obispo y Confesor
Vosotros, al presente, a la verdad padecéis tristeza;
pero yo volveré a visitaros,
y vuestro corazón se bañará en gozo,
y nadie os quitará vuestro gozo.
(Juan 16, 22)
A la edad de diez años, el joven Lorenzo, irlandés, debió ser entregado por su padre como rehén, y fue cruelmente maltratado por espacio de dos años. Pidió, después, entrar al convento de Glendalough, del que llegó a ser abad a los 25 años de edad, para ser elevado a la sede arzobispal de Dublín trece años después. Gobernó su abadía como su iglesia, en los tiempos más difíciles, con admirable piedad y gran sabiduría. Murió en Eu, en Normandía, en el curso de un viaje, el 14 de noviembre de 1180.
MEDITACIÓN
SOBRE LA FELICIDAD
DE LOS MALOS
Y LAS AFLICCIONES DE LOS JUSTOS
I. Aquí abajo los malos a menudo nadan en prosperidad y abundancia. Dios previendo que serán condenados por sus crímenes, les concede esta felicidad temporal para recompensar algunas buenas acciones que han hecho. ¡Dichosos de este mundo, temblad y llorad! Dios os trata como a un enfermo desahuciado a quien el médico permite todo lo que desea. Son víctimas que se prepara y que se corona de flores antes de inmolarlas (Minucio Félix).
II. Los justos, por el contrario, a menudo son afligidos en este mundo, porque su Padre celestial no quiere que los bienes de la tierra les arrebaten los del cielo. Alegraos, pues, vosotros que sois pobres y estáis afligidos, porque las aflicciones que os hacen gemir señal son de predestinación. Os apegaríais a los placeres de la tierra, no pensaríais en las delicias del paraíso, si en este mundo tuvieseis todo lo que deseáis. Los males que nos abruman aquí nos urgen ir a Dios (San Gregorio).
III. El teatro cambiará de escena tanto para el justo como para el impío. El impío ha gozado durante su vida: una tristeza eterna sucederá a este gozo de un momento. Justos, habéis vivido en la tribulación: consolaos. Dios os colmará de un gozo eterno; necesariamente hay que sufrir en este mundo o en el otro. Las cosas deben cambiar de faz; ellos gozan y nosotros estamos en la tristeza; lloremos, pues, mientras ellos están alegres, a fin de estar alegres cuando ellos viertan lágrimas (Tertuliano).
La paciencia.
Orad por los que están afligidos.
ORACIÓN
Escuchad, Señor, las oraciones que os dirigimos en la fiesta del bienaventurado Lorenzo, vuestro confesor y pontífice; y por los méritos de aquél que tan dignamente os ha servido, perdonadnos nuestros pecados. Por J. C. N. S.
Fuentes:
- Santoral de Juan Esteban Grosez, S.J. - Tomo IV; Patron Saints Index.

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