domingo, 31 de mayo de 2015

Fiesta de la Santísima Trinidad.

Siendo la Fe católica que veneremos un solo Dios en la Trinidad y la Trinidad en la unidad, creemos firmemente y con toda sencillez confesamos que hay un solo Dios verdadero, Padre, e Hijo, y Espíritu Santo: tres personas, pero una sola esencia, substancia o naturaleza del todo simple: el Padre de ninguno, el Hijo del Padre sólo, el Espíritu Santo de uno y otro a la par, sin principio, siempre, y sin fin. El Padre engendrando, el Hijo naciendo, y el Espíritu Santo procediendo; consubstanciales e iguales, y omnipotentes y coeternos; principio único de todas las cosas, creador de lo visible y de lo invisible. Este misterio de la augustísima Trinidad no ha de discutirse con curiosas investigaciones, ni se ha de confirmar con razones humanas, sino que ha de sostenerse con suma veneración y fe firmísima (CPAL, Tit.I, ns.29 y 30). Por eso ha establecido la Iglesia esta fiesta de la Santísima Trinidad para que honremos y veneremos a Dios Padre, a Dios Hijo y a Dios Espíritu Santo, en común, después de haberlos celebrado separadamente en las fiestas precedentes, y para que consolidemos nuestra fe adorando con humildad este misterio.
El Espíritu Santo, cuyo reinado se inaugura con la fiesta de Pentecostés, vuelve a inculcar a nuestras almas en esta segunda parte del año (de Trinidad hasta Adviento), lo que Jesús nos enseñó en la primera parte del año (del Adviento hasta la Trinidad).
El dogma fundamental del que todo fluye (Epístola) y al que todo en el cristianismo viene a parar (Evangelio) es el de la Santísima Trinidad. De ahí que, después de haber recordado uno tras otro en el curso del ciclo a Dios Padre, autor de la creación, a Dios Hijo, autor de la redención, y a Dios Espíritu Santo, autor de nuestra santificación, la Iglesia nos incita hoy a la consideración y rendida adoración del gran misterio que nos hace reconocer y adorar en Dios la unidad de naturaleza en la trinidad de personas (Oración colecta).
“Apenas hemos celebrado la venida del Espíritu Santo, cantamos la fiesta de la Santísima Trinidad en el oficio del Domingo que sigue, escribía San Ruperto en el siglo XII, y este lugar está muy bien escogido, porque tan pronto como hubo bajado el Espíritu Santo, comenzó la predicación y la creencia; y, en el bautismo, la fe y confesión en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo.”
Afi rmaciones del dogma de la Trinidad se ven a granel en la Liturgia. En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo empieza y termina la Misa y el Oficio Divino y se confieren los Sacramentos. 
A todos los Salmos sigue el Gloria Patri…; los himnos acaban con la doxología y las Oraciones por una conclusión en honor de las Tres Divinas Personas. 
Dos veces se recuerda en la Misa que el Sacrificio se ofrece a la Trinidad beatísima. 
Si queremos vernos siempre exentos de toda adversidad (Oración colecta), hagamos hoy con la liturgia solemne profesión de fe en la santa y eterna Trinidad y en su indivisible Unidad (Oración secreta) seguros de que la visión clara de Dios en el cielo será el premio de nuestra fe en este como en los demás Misterios de nuestra Sacrosanta religión. Démosle también rendidas gracias por habérnoslo revelado; pues que, al revés de la existencia de Dios, no hubiéramos los hombres podido ni sospechar tan sublime misterio, que aun cuando sea para nosotros oscuro, todavía nos permite conocer a Dios mejor que le conoció pueblo alguno de la tierra.
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sábado, 30 de mayo de 2015

El gueto de la Misa Tradicional

Visto y leído en Adelante la Fe.

Se piensa habitualmente que las Misas tradicionales que reflotan en varias localidades se iniciaron con Benedicto XVI y Summorum Pontificum. Si bien es cierto que el Motu Proprio ha permitido una mayor difusión, desde 1984 Juan Pablo II ya estaba permitiéndolas a aquellos grupos que lo solicitaban.
Estas se concedían a cuentagotas y bajo la autorización previa del obispo del lugar, que por lo general, salvo honrosas excepciones, mantenía aquello como una especie de gueto donde “recluir” a los tradis, y callarles la boca de paso. La gran aportación que hizo Benedicto XVI fue justamente liberar la Misa de las llaves de los obispos para entregarla de forma directa a los párrocos, quienes en adelante no necesitarían ningún permiso episcopal para la misma, ni directo ni indirecto, bastaría con que un grupo de fieles la solicitaran (1).

viernes, 29 de mayo de 2015

Fiesta de la Santísima Trinidad.

Misterio inefable del Dios vivo en tres personas: Padre creador, Hijo redentor, Espíritu santificador de la Iglesia. 
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(I clase, blanco) Gloria, Credo y prefacio de la Santísima Trinidad. Para la aspersión de la agua bendita antes de la Misa mayor se cante el Asperges me.
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El dogma fundamental al que todo se reduce en la religión cristiana es el de la Santísima Trinidad, en cuyo nombre se bautizan los fieles.
La fiesta de la Santísima Trinidad pide se le comprenda y celebre en la prolongación de los misterios de Cristo, como la expresión solemne de nuestra fe en la vida trinitaria de las personas divinas, en que nos han introducido el bautismo y la redención de Cristo. Solamente en el cielo hemos de comprender cómo podremos nosotros tener por Cristo una verdadera participación de hijos en la misma vida de Dios.
Aunque introducida en el siglo IX, la fiesta de la Santísima Trinidad no se extendió a la Iglesia universal hasta el siglo XIV. No obstante, el culto de la Santísima Trinidad aflora por doquier en toda la liturgia.
En el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo comenzamos y terminamos la misa y el oficio divino y se confieren todos los sacramentos. Todos los salmos terminan con el Gloria Patri; los himnos, con una doxología, y las oraciones, con una conclusión en honor de las tres divinas personas. Continuamente, pues, nos hace alabar y adorar la Iglesia al Dios tres veces santo, que tanta misericordia ha tenido de nosotros, pues nos ha dado el participar de su propia vida.
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Benedícta sit sancta Trínitas,
atque indivísa únitas:
confitébimur ei, quia fecit
nobíscum misericórdiam suam.
Ps. Dómine Dóminus noster,
quam admirábile est nomen
tuum in univérsa terra! V/
Glória Patri.
(Introito, Tobías 12.6; Salmo 8.2)

jueves, 28 de mayo de 2015

JUEVES DE LA OCTAVA DE PENTECOSTÉS



JUEVES DE LA OCTAVA DE PENTECOSTÉS
Fiesta extralitúrgica de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote
I clase, rojo
Gloria, Aleluya pascual con genuflexión, Secuencia, Credo, Prefacio y Comunicantes y Hanc igitur propios.

Durante la octava de Pentecostés se prolonga la alegría de la Iglesia por el don del Espíritu Santo. La misa de hoy vuelve a repetir los cánticos y las oraciones de domingo.
CRISTO SACERDOTE. Se celebra también en España y en otros lugares una fiesta instituida el  6 de junio de 1974: la fiesta de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. La rúbricas del misal de 1962 no permiten celebrar esta fiesta con los textos de la misa votiva  que Pio XI mando insertar en el misal en el año 1935. Pero ello, no obsta a que en este jueves meditemos sobre el sacerdocio de Nuestro Señor Jesucristo.
Desde el primer instante de la Encarnación, el Hijo de Dios, por la unción del Espíritu Santo, es consagrado Mesías: Sacerdote, Profeta y Rey en su humanidad. Toda su existencia terrena y especialmente en el momento de su ofrenda en la cruz, Nuestro Señor Jesucristo mediante la unción del Espíritu Santo realiza el sacrificio único, perfecto y definitivo que nos posibilita la vida de comunión con Dios. Él es en verdad sacerdote, víctima y altar. Sacerdote porque él ofrece el sacrificio. Víctima porque se ofrece a sí mismo. Altar porque lo ofrecen el altar de su humanidad, de su cuerpo.  Tras su ascensión, sigue ejerciendo su sacerdocio intercediendo incesantemente ante el Padre en favor nuestro, ofreciendo los méritos de su Pasión, el culto de toda la creación que alaba a su Creador, el amor de la Virgen Santísima, de los ángeles  y de todos los santos y la ofrenda de su cuerpo, la Iglesia
SACERDOCIO COMÚN. La misión del Espíritu Santo es unirnos a Cristo y hacernos vivir en él. Esto comienza a realizarse en el Bautismo por el que somos incorporados a Cristo Sacerdote, Profeta y Rey. Todos los bautizados –al ser cuerpo de Cristo- participan de aquello que es su Cabeza y están llamados también a ofrecer el culto en espíritu y verdad que agrada al Padre. Ha hecho de nosotros un pueblo sacerdotal. Una ofrenda que es agradable al Padre no por el valor de nuestros méritos sino porque es culto en su Hijo: Cristo acoge nuestra ofrenda y la hace suya. Es así como hemos de entender la expresión “completar lo que falta a la Pasión de Cristo”.
La existencia cristiana es pues una existencia sacerdotal  para ofrecernos junto con él acogiendo aquellas palabras del apóstol: Os exhorto, pues, hermanos, por la misericordia de Dios, a que os ofrezcáis a vosotros mismos como un sacrificio vivo, santo, agradable a Dios: tal será vuestro culto espiritual. Y no os acomodéis al mundo presente, antes bien transformaos mediante la renovación de vuestra mente, de forma que podáis distinguir cuál es la voluntad de Dios: lo bueno, lo agradable, lo perfecto. Rom 12, 1-2. 
El modelo perfecto de la acción del Espíritu Santo en el ser humano se nos presenta también como modelo de sacerdocio bautismal es la Virgen María: «La Bienaventurada Virgen avanzó en la peregrinación de la fe y mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la cruz. Allí, por voluntad de Dios, estuvo de pie, sufrió intensamente con su Hijo y se unió a su sacrificio con corazón de madre que, llena de amor, daba amorosamente su consentimiento a la inmolación de su Hijo como víctima que Ella había engendrado. Finalmente, Jesucristo, agonizando en la cruz, la dio como madre al discípulo con estas palabras: “Mujer, ahí tienes a tu hijo” (Jn 19, 26-27)» (LG 58). Por eso, la llamamos Corredentora. 

SACERDOCIO MINISTERIAL. El santo Evangelio de hoy nos recuerda como Nuestro Señor convocando a los Doce, les dio autoridad y poder sobre todos los demonios, y para curar enfermedades; y los envió a proclamar el Reino de Dios y a curar. Los hace partícipes de su misma misión como sacerdote, profeta y rey. Exhalando su aliento sobre los Apóstoles después de su Resurrección y enviándoselo en Pentecostés, los constituye sacerdotes de la nueva alianza para gobernar, enseñar y santificar a su pueblo. Entre todos los bautizados, Jesús sigue eligiendo a algunos hombres por medio de su Iglesia  para que continúen su sacerdocio  mediante la celebración de los sacramentos, en particular de la Santa Misa, y la predicación. Pero, el sacerdote católico no obra por sí mismo, sino que es Cristo el que actúa por medio de él –in persona Christi-, siendo aquel sacramento vivo del Único y Eterno Sacerdote y Pastor por la acción misteriosa del Espíritu Santo.  Podemos hacer nuestra la oración de la misa votiva: Oh Dios, que cuidas y santificas a tu Iglesia por medio de tu Espíritu; suscita en ella dispensadores fieles e idóneos de los santos misterios, para que por su ministerio y su ejemplo, el pueblo cristiano protegido por ti avance por la senda de la salvación.
RELACIÓN DEL SACERDOCIO COMÚN Y EL SACERDOTE MINISTERIAL. El
sacerdocio ministerial o jerárquico de los obispos y de los presbíteros, y el sacerdocio común de todos los fieles, "aunque su diferencia es esencial y no sólo en grado, están ordenados el uno al otro; [...] ambos, en efecto, participan (LG 10), cada uno a su manera, del único sacerdocio de Cristo" (LG 10). ¿En qué sentido? Mientras el sacerdocio común de los fieles se realiza en el desarrollo de la gracia bautismal (vida de fe, de esperanza y de caridad, vida según el Espíritu), el sacerdocio ministerial está al servicio del sacerdocio común, en orden al desarrollo de la gracia bautismal de todos los cristianos. Es uno de los medios por los cuales Cristo no cesa de construir y de conducir a su Iglesia. Por esto es transmitido mediante un sacramento propio, el sacramento del Orden. (CEC 1547)

miércoles, 27 de mayo de 2015

Oraciones principales en latín.

Per sígnum crucis de inimícis nostris líbera nos, Deus noster. In nómine Patris, et Fíllii, et Spíritus Sancti. Amén. 
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Gloria Patri, et Fili, et Spiritui Sancto. Sicut erat in principio, et nunc et semper, et in saecula saeculorum. Amen.
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Credo in unum Deum, Patrem omnipoténtem, factórem caeli et terrae, visibílium ómnium et invisibílium. Et in unum Dóminum Iesum Christum, Filium Dei Unigénitum, et ex Patre natum ante ómnia saécula. Deum de Deo, lumen de lúmine, Deum verum de Deo vero, génitum, non factum, consubstantiálem Patri: Per quem ómnia facta sunt. Qui propter nos hómines et propter nostram salútem descéndit de caelis. Et Incarnátus est de Spíritu Sancto ex María Vírgine, et homo factus est. Crucífixus étiam pro nobis sub Póntio Piláto; passus et sepúltus est et resurréxit tértia die, secúmdum Scriptúras, et ascéndit in caélum, sedet ad déxteram Patris. Et íterum ventúrus est cum gloria, judicáre vivos et mórtuos, cuius regni non erit finis. Et in Spíritum Sanctum, Dóminum et vivificántem: qui ex Patre Filioque procédit. Qui cum Patre et Filio simul adorátur et conglorificátur: qui locútus est per prophétas. Et unam, sanctam, cathólicam et apostólicam Ecclésiam. Confíteor unum baptisma in remissiónem peccatórum. Et exspécto resurrectíonem mortuórum, et vitam ventúri sáeculi. Amen
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Pater Noster, qui es in caelis, sanctificétur nomen Tuum, adveniat Regnum Tuum, fiat volúntas tua, sicut in caelo et in terra. Panem nostrum cotidiánum da nobis hódie, et dimitte nobis débita nostra, sicut et nos dimittímus debitóribus nostris; et ne nos indúcas in tentationem, sed libera nos a malo. Amen.
***
Ave María, gratia plena, Dominus técum; benedicta tu in muliéribus, et benedictus fructus ventris tui, Iesus. Sancta María, Mater Dei, ora pro nobis peccatóribus nunc et in hora mortis nostrae. Amen.
***
Salve, Regina, mater misericordiae; vita, dulcendo et spes nostra, salve. Ad te clamamus, exules, filii Evae. Ad te suspiramus, gementes et flentes in hac lacrimarum valle. Eia ergo advocata nostra, illos tuos misericordes oculos ad nos converte. Et Iesum, benedictus fructus ventris tui, nobis post hoc exsilium ostende. O clemens, O pía, o dulcis Virgo María. Ora pro nobis, Sancta Dei Génitrix, ut digni efficiámur promissionibus Chrsiti. Amen.
***
Angelus

V. Angelus Domini nuntiávit Mariae;
R. Et concépit de Spíritu Sancto.
Ave Maria
V. Ecce ancilla Dómini;
R. Fiat mihi secundum verbun tuum.
Ave Maria.
V. Et Verbum caro factum est;
R. Et habitávit in nobis.
Ave Maria.

V. Ora pro nobis, Sancta Dei Génetrix
R. Ut digni efficiámur promissiónibus Christi.
Orémus: Gratiam tuam, quaesumus, Dómine, méntibus nostris infúnde: ut qui, Angelo nuntiánte, Christi Fílii tui Incarnatiónen cognóvimus, per passiónem ejus ad crucem ad resurrectiónis glóriam perducámur. Per eúndem Christum Dóminum nostrum.
R. Amen.

***

Regina Caeli
V. Regína caeli, laetáre; allelúia.
R. Quia quem meruísti portáre; allelúia.
V. Resurréxit sicut dixit;; allelúia.
R. Ora pro nobis Deum; allelúia.
V. Gáude et laetáte, Virgo Maria; allelúia.
R. Quia surréxit Dóminus vere; allelúia.

Orémus: Deus, qui per resurréctionem Fílii tui Dómini nostril Iesu Christi mundum laetificáre dignátus es, praesta quáesumus, ut per ejus Genetrícem Vírginem Maríam, perpétuae capiámus gáudia vitae. Per eúmdem Christum Dominum nostrum. R. Amen
***
Sub tuum praesidium confugimus, Sancta Dei Genitrix, nostras deprecationes ne despicias in necessitatibus nostris, sed a periculis cunctis libera nos semper, Virgo gloriosa et benedicta. Amen.

martes, 26 de mayo de 2015

Martirologio Romano 1956.

26 de Mayo / Die 26 Maji. Septimo Kalendas Junii. 


En Roma, san Felipe Neri, Presbítero y Confesor; que fue Fundador de la Congregación del Oratorio, e insigne por la virginidad, el don de profecía y los milagros.
Romae sancti Philippi Nerii, Presbyteri et Confessoris, qui Congregationis Oratorii Fundator fuit, ac virginitate, prophetiae dono, et miraculis extitit insignis.

En Roma también, san Eleuterio, Papa y Mártir, el cual convirtió a la fe de Cristo muchos nobles Romanos, y envió a Inglaterra a los santos Damián y Fugacio, los cuales bautizaron al Rey Lucio con su esposa y casi todo el pueblo.
Item Romae sancti Eleutherii, Papae et Martyris, qui multos nobiles Romanorum ad fidem Christi perduxit, et sanctos Damianum et Fugatium in Britanniam misit, qui Lucium Regem, cum uxore ipsius ac toto fere populo, baptizarunt.

En Cantórbery de Inglaterra, el tránsito de san Agustín, Obispo y Confesor, que enviado junto con otros por san Gregorio Papa, predicó el santo Evangelio de Cristo a la nación Inglesa; y glorioso en virtudes y milagros, durmió allí el sueño de los justos. Su fiesta se celebra el 28 de Mayo.
Cantuariae, in Anglia, natalis sancti Augustini, Episcopi et Confessoris; qui, una cum aliis, a beato Gregorio Papa missus, genti Anglorum sacrum Christi Evangelium praedicavit, ibique, virtutibus et miraculis gloriosus, obdormivit in Domino. Ejus tamen festivitas quinto Kalendas Junii recolitur.

En Atenas, el tránsito de san Cuadrato, discípulo de los Apóstoles, que en la persecución de Adriano, con su fe e industria juntó los fieles de aquella ciudad, despavoridos y dispersos, y presentó al mismo Emperador una apología de la Religión cristiana, muy provechosa y digna de la doctrina Apostólica.
Athenis item natalis beati Quadrati, Apostolorum discipuli, qui, in persecutioneHadriani, fide et industria sua congregans Ecclesiam grandi terrore dispersam, librum pro Christianae religionis defensione, valde utilem et Apostolica doctrina dignum, eidem Imperatori porrexit.

En Roma, los santos Mártires Simitrio, Presbítero, y otros veintidós, que padecieron en el imperio de Antonino Pío.
Romae sanctorum Martyrum Simitrii Presbyteri, et aliorum viginti duorum; qui sub Antonino Pio passi sunt.

En Viena de Francia, san Zacarías, Obispo y Mártir, que padeció en tiempo de Trajano.
Viennae, in Gallia, sancti Zachariae, Episcopi et Martyris, qui sub Trajano passus est.

En África, san Cuadrato, Mártir, en cuya solemnidad predicó un sermón san Agustín.
In Africa sancti Quadrati Martyris, in cujus solemnitate sanctus Augustinus sermonem habuit.

En Todi de Umbría, el triunfo de los santos Mártires Felicísimo, Heraclio y Paulino.
Tuderti, in Umbria, natalis sanctorum Martyrum Felicissimi, Heraclii et Paulini. 

En el territorio de Auxerre, el suplicio de san Prisco, Mártir, que con gran multitud de fieles de Cristo fue decapitado.
In territorio Antisiodorensi passio sancti Prisci Martyris, qui, cum ingenti multitudine fidelium Christi, capite csesus est.


En la ciudad de Quito, territorio del Ecuador, santa Mariana de Jesús de Paredes, Virgen, de la Orden tercera de San Francisco, preclara por la austeridad y por la caridad con el prójimo; a la cual el Papa Pío XII añadió al catálogo de las santas
In civitate Quitensi, Æquatorianae dicionis, sanctae Mariae Annae a Jesu de Paredes, Virginis, e tertio Ordine sancti Francisci, austeritate et in proximum caritate praeclarae, quam Pius Papa Duodecimus sanctarum Virginum catalogo adnumeravit.


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.

lunes, 25 de mayo de 2015

Misa de Réquiem en San Felipe, Chile.

La Comisión de Patrimonio y Cultura de la Catedral de San Felipe invita a todos a conmemorar los 75 años de defunción de Monseñor Melquisedec del Canto y Terán.
Acompañará la Santa Misa Tridentina el Maestro Organista Rodrigo Meza Cancino.
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sábado, 23 de mayo de 2015

VIGILIA DE PENTECOSTÉS - SABBATO IN VIGILIA PENTECOSTES


SABBATO IN VIGILIA PENTECOSTES
VIGILIA DE PENTECOSTÉS
I Clase, rojo, vigilia no penitencial
Estación en San Juan de Letrán
La estación es en San Juan de Letrán, a causa de su baptisterio, único lugar en que antiguamente se administraba el bautismo en Roma. Antaño se bautizaba en Pentecostés a los catecúmenos que no habían podido recibir el bautismo en la noche de Pascua. Por ello toda la misa canta la renovación bautismal por la acción del Espíritu Santo. A diferencia de otras vigilias, es una misa festiva, como la de la vigilia pascual.
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viernes, 22 de mayo de 2015

Martirologio Romano 1956.

22 de Mayo / Die 22 Maji. Undecimo Kalendas Junii. 

En Roma, los santos Mártires Faustino, Timoteo y Venusto.
Romae sanctorum Martyrum Faustini, Timothei et Venusti.

En África, los santos Mártires Casto y Emilio, los cuales, por el tormento del fuego, consumaron el martirio. A éstos, como escribe san Cipriano, vencidos en el primer combate, hizo el Señor vencedores en el segundo; pues los que antes cedieron a la vista del fuego, fueron más fuertes que el fuego.
In Africa sanctorum Martyrum Casti et Æmilii, qui per passionis ignem martyrium consummarunt. Hos (ut beatus Cyprianus scribit), in prima congressione devictos, Dominus victores in secundo praelio reddidit, ut fortiores ignibus fierent qui ignibus ante cessissent.

En Comana del Ponto, san Basilisco, Mártir, a quien, en el imperio de Maximiano y bajo la presidencia de Agripa, calzaron chinelas de hierro sembradas de clavos candentes, y después de otros muchos tormentos, al fin decapitado y arrojado a un río, consiguió la gloria del martirio.
Comanae, in Ponto, sancti Basilisci Martyris, qui, sub Maximiano Imperatore et Agrippa Praeside, ferreas calceatus crepidas, ignitis clavis confixas, multaque alia passus, demum, capite obtruncatus et in flumen projectus, martyrii gloriam consecutus est.


En Córcega, santa Julia, Virgen, que en el suplicio de la cruz alcanzó la corona.
In Corsica sanctae Juliae Virginis, quae crucis supplicio coronata est.

En España, santa Quiteria, Virgen y Mártir.
In Hispania sanctae Quiteriae, Virginis et Martyris.

En Ravena, san Marciano, Obispo y Confesor.
Ravennae sancti Marciani, Episcopi et Confessoris.

En Pistoya de Toscana, san Atón, Obispo, de la Orden de Valleumbrosa.
Pistorii, in Tuscia, beati Atthonis Episcopi, ex Ordine Vallis Umbrosae.

En una aldea de Auxerre, san Román, Abad, el cual sirvió a san Benito en la cueva; y pasando después a las Galias, edificó allí un monasterio, donde, dejando muchos aspirantes a la santidad, descansó en el Señor.
In pago Antisiodorensi beati Romani Abbatis, qui sancto Benedicto ministravit in specu; inde, in Gallias profectus, ibi,aedificato monasterio relictisque multis sanctitatis alumnis, quievit in Domino.

En Aquino, san Fulco, Confesor.
Apud Aquinum sancti Fulci Confessoris.

En Auxerre, santa Elena, Virgen.
Antisiodori sanctae Helenae Virginis.

En Casia de Umbría, santa Rita, Viuda, Monja de la Orden de Ermitaños de san Agustín; la cual, muerto su marido, solamente amó al inmortal esposo Cristo.
Cassiae, in Umbria, sanctae Ritae Viduae, Monialis ex Ordine Eremitarum sancti Augustini; quae, post saeculi nuptias, aeternum sponsum Christum unice dilexit.


Y en otras partes, otros muchos santos Mártires y Confesores, y santas Vírgenes.
R. Deo Gratias.